Emilia Attias rompió el silencio: carta en Instagram y críticas al “show” mediático

La noticia de la separación de la pareja tras 20 años juntos y una hija en común, se conoció el jueves. La panelista Yanina Latorre dio la primicia en el programa LAM (América).

La foto que compartió Emilia Attias en su cuenta de Instagram junto a una sentida carta. (@emilia_att)

La actriz, Emilia Attias, hizo un sincero y sentido posteo en su cuenta de Instagram, en el que publicó una carta para su exmarido, Julio “El Turco” Naim Sibara, con una foto de ambos, en el que hizo referencia a los años compartidos y al cariño que se tienen. Asimismo, criticó el “show” mediático que se armó alrededor de la noticia de la separación y de “las mentiras” que se dijeron.

“Recuerdo la noche del jueves, mientras el show de esta noticia se desplegaba en los medios, y nuestros celulares explotaban, hablamos por videollamada, como 1 hora… acompañándonos, riéndonos con cierta tristeza, y resignación, de todas esas mentiras y condimentos que desdibujaban la realidad, propio de quien tiene una verdad a cuartas entre sus manos. Despellejando semejante intimidad. De una manera tan liviana y desprolija. Sobre vos. Sobre mí”, subrayó, y añadió: “Por suerte sabemos quiénes somos. Y que suerte que estamos tranquilos. Solo nosotros sabemos el camino recorrido. Solo nosotros conocemos esa verdad”.

La noticia de la separación de la pareja tras 20 años juntos y una hija en común, se conoció el jueves. La panelista Yanina Latorre dio la primicia en el programa LAM (América) y, según se conoció en el programa que conduce Ángel de Brito, la actriz le habría sido al infiel al humorista nada menos que con Nicolás Francella, el hijo del renombrado actor de El secreto de sus ojos, Guillermo Francella.

Sin anestesia, Latorre disparó: “Ella dejó al hipotético amante y él se felpudeó, fue alfombra de ella para recuperarla. Ella laburaba, le reclamaba sexo que él no le estaría dando porque era un tipo deprimido. Él casi 60, ella casi 40, joven, muy bomba, madre”.

Al parecer, Naim estaba “deprimido” por falta de trabajo y había comenzado a “perseguir” a su bella esposa. “Él está sin laburo, ella con laburo, él está todo el día en la casa, se volvió paranoico, a perseguirla… Ella trabajando, manteniendo la casa, la hija, todo… Hasta que él la enganchó: vio varios chats con otro. Ella le dijo que no tenía nada e incluso dejó al amante. Y él se felpudeó. Se regaló”, contó Latorre.

El posteo y la carta completa

Cuando algo llega tan alto. Tan sublime. Se vuelve intocable.

Cierro mis ojos. Respiro. Y siento mi alma caer al vacío. Como si de esa altura en la que está, se cayera, atravesando una tempestad. No estoy asustada. Prefiero la consciencia. Sentir ese viento frío en la cara. Mis musculos rígidos, la piel seca. Abrir los ojos y fijar la dirección, a través de toda esa niebla. Reconocer cada uno de sus rincones. Mirarlos de frente. Apropiarme, con cada respiro, de esta hostilidad, para transformarla. Aceptar. Con humildad. Sintonizar la antena de la sabiduría. Del perdón. Propio y ajeno. Aceptar. Integrar. Crecer. Fortalecerse. Templarse.

Si este es el momento que me toca vivir ahora, al menos de esta menera me da fuerza.

Te acompaño, donde estés, de la mano. Siempre vas a contar con eso. Siempre.

Todas las noches te mando ángeles que te protejan y te iluminen.

Siento orgullo por ambos. Por como atravesamos muchas cosas. Con cuanta entrega. Sorteando nuestras propias complejas humanidades.

Recuerdo la noche del jueves, mientras el show de esta noticia se desplegaba en los medios, y nuestros celulares explotaban, hablamos por videollamada, como 1 hora… acompañándonos, riendonos con cierta tristeza, y resignación, de todas esas mentiras y condimentos que desdibujaban la realidad, propio de quien tiene una verdad a cuartas entre sus manos. Despellejando semejante intimidad. De una manera tan liviana y desprolija. Sobre vos. Sobre mí.

Por suerte sabemos quienes somos. Y que suerte que estamos tranquilos. Solo nosotros sabemos el camino recorrido. Solo nosotros conocemos esa verdad.

Y esta bendita comprensión tan profunda del otro, que no le dió lugar al resentimiento, al enojo.

Te espera todo lo grande. Desplegar ese magnetísmo. Esa inteligencia. Esa inmensa capacidad. Esa potencia, tan tuya. Semejante calor adentro de ese corazón. Siempre admiré mucho de vos. No merecés que esas palabras que hoy flotan entre algunas personas, sean las que te definan.

Acepto todo. Decido también. Elijo el perdón. Y el amor.

El tiempo y la vida dirá después.

Y, tranquilo. Que la fuerza que tengo no me la saca nadie. Tampoco a vos. La ví con mis propios ojos. Más de una vez.

(DIB) ACR

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