El Fondo Monetario internacional volvió a respaldar el plan económico de Javier Milei al señalar que está compuesto por medidas que “son importantes y van en la dirección correcta”, al tiempo que aceptó la posibilidad de aplicar un esquema de competencia de monedas. Sin embargo, por ahora no habilita desembolsos por sobre los 800 millones de dólares que corresponden a la aprobación de la octava revisión del acuerdo aprobado en 2022.
La encargada de actualizar la posición de FMI sobre la situación de la economía argentina fue Julie Kozack, la vocera del organismo internacional.
“Esperamos que la economía comience a crecer nuevamente en la segunda mitad del año”, dijo Kozac en una conferencia de prensa. El FMI había estimado en su último cálculo oficial que la retracción del PBI argentino será este año del 2,8%, contra lo que estimó el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, quien ayer habló de un 3.5%.
Kozak dijo que la perfomance del gobierno en materia económica ofrece resultados “mejores de lo esperado”. Habló en ese sentido que la octava revisión del acuerdo que se aprobó el lunes es la primera desde que cerró el acuerdo en que Argentina tiene el visto bueno en todos los ítems.
Destacó que en el trimestre hubo un superávit fiscal por primera vez en 16 años y que hubo una acumulación acelerada de reservas y una “rápida reducción de la inflación”, que cayó desde el 25% en diciembre al 8,8% en abril.
Sobre la política monetaria, Kozack dijo que “deberá continuar evolucionando para anclar la inflación y las expectativas inflacionarias”. Y que se necesitará una política cambiaria que se flexibilice en el tiempo para salvaguardar las reservas.
“Serán necesarios algunos cambios mientras los controles cambiarios se levantan gradualmente basados en las condiciones y mientras las autoridades vayan a una transición hacia un nuevo régimen monetario”, señaló la vocera del Fondo.
Kozack explicó a qué se refería con estas políticas que podrían implementarse en el futuro, que ya no implican una dolarización, algo con lo que el FMI nunca estuvo demasiado de acuerdo. “Este régimen implicaría una competencia de monedas, un régimen donde el peso y otras monedas como el dólar puedan coexistir y puedan ser usados libremente”. Y explicó que “otros países en la región, como Perú y Uruguay, tiene sistemas como ese”.
Diplomática pero tajante, Kozac negó una inyección de fondos frescos para acelerar esa medida. Dijo que “el (próximo) desembolso estará en línea con lo enumerado en el programa, lo que significa 800 millones de dólares”. Es decir, no liberarán los 15.000 millones de dólares que quiere el gobierno como refuerzo de las reservas para liberar el tipo de cambio sin sufrir un salto brusco en la cotización del dólar. (DIB)