Crimen del country: la empleada detenida afirmó que el asesino fue un vecino llamado Félix

Rosalía Soledad Paniagua rompió el silencio y dijo que ella también fue víctima del asesino, que la golpeó y le dio los objetos robados para que no hablara. Dudas de los investigadores.

La sospechosa, Rosalía Paniagua, en la estación de Derqui tras el hecho. (Cámara de seguridad)
La sospechosa, Rosalía Paniagua, en la estación de Derqui tras el hecho. (Cámara de seguridad)

Rosalía Soledad Paniagua, la empleada doméstica que terminó detenida por el homicidio de Eduardo Wolfenson Band en su casa del country La Delfina, en Pilar, rompió el silencio y se desligó del hecho: afirmó que el asesino fue un vecino llamado Félix con quien su patrón tenía una relación. Además, afirmó que ella fue víctima del homicida, que la golpeó y le dio los objetos robados para que no hablara. Y sostuvo que no había dicho nada hasta ayer “por miedo”.

La ampliación de la declaración indagatoria de la sospechosa ante el fiscal de Pilar Germán Camafreita, que está a cargo de la investigación, tuvo una duración de casi seis horas, según informa La Nación.

Los investigadores valoraron que la sospechosa se ubicara en la escena del crimen. “Se puso en el lugar del crimen y confirmó que el homicidio fue el 22 de febrero pasado”, explicaron. Pero no le creyeron. La versión que dio Paniagua para desvincularse del homicidio pierde fuerza ante el peso de la prueba científica y tecnológica incorporada en el expediente.

El testimonio

Paniagua, de 34 años e imputada del delito de “robo calificado por el uso de arma impropia en concurso real con homicidio criminis causae”, sostuvo que cuando el jueves 22 de febrero pasado llegó a la casa del lote 498 del country La Delfina se encontró con un hombre de 1,80 metros de altura que vestía una chomba negra y le dijo que iba a tener que hacer todo lo que le pidiera. Ella, según dijo, pensó que era el hijo del ingeniero y que tendría unos 40 años. “No vi la marca (de la ropa), no vi tatuajes, anillos ni reloj. Tenía ojos claros. Nariz ni grande ni chica, la cara media flaquita, era lindo. No tenía pinta de ser un trabajador del barrio, estaba limpito. Tenía guantes blancos de látex, los típicos de peluquería”, agregó.

“Estaba limpiando el baño donde dormían Roberto y su mujer (Graciela Orlandi). Cuando salí a buscar un trapo para limpiar la ventana me asomé, en la puerta vi que (el ingeniero y el hombre de la chomba negra) se dieron un beso, ahí en la puerta para salir. Ellos no me vieron, yo los vi besándose. Después me fui para atrás, seguí en el baño, me quedé en shock”, sostuvo Paniagua, que aseguró que hablaban bajito y no podía escuchar lo que decían.

La imputada contó que la “mató la curiosidad” e intentó grabar un nuevo beso entre el ingeniero y la visita para mostrarle la filmación a la “señora Graciela”.

“Me metí en el escritorio del señor, para grabar con mi celular si se besaban. Intenté dos veces, se me cayó dos veces y dije ‘me dejo de joder’”, afirmó Paniagua.

Luego dijo que en un momento el “muchacho” bajó y el “señor” se quedó en el escritorio solo. “Estuvo un tiempito hablando por teléfono, en otro idioma, portugués, creo. Tosía y me dijo ‘Soledad, esto no le cuentes a nadie, lo que vos ves hoy’”.

Después, siempre según lo que habría declarado la imputada, el “muchacho” subió a la planta alta y escuchó que le espetó al ingeniero “me dijiste que ibas a dejar a tu señora”. Y, Wolfenson Band, según Paniagua, respondió: “Ya te dije que no”.

Después Wolfenson Band le pagó a Paniagua el día de trabajo. Eran las 12.30. Ella siguió con el trabajo de limpieza hasta las 13.15 cuando se fue a cambiar.

“Vos no me conocés, yo a vos sí”

“Me cambié y salí, entre la cocina y el lavadero. En el pasillito, entrando a la cocina escuché que me dicen ‘eh, che’, me di vuelta y me dieron un golpe en la cara, en la nariz. Me caí. Salía sangre, no tanto, pero quedó en el piso. Me desmayé y quedé inconsciente, quedé ahí tirada, en el medio del lavadero y la cocina. Manché el piso con sangre, me quedé un segundo ahí dormida. Cuando me desperté tenía cinta gruesa transparente en la boca y atada las manos y también los tobillos. Ahí tenía puesto el vestidito rosa. Estaba acostada en el piso atada. Cuando me desperté escuché al señor Roberto decir ‘Basta Félix, basta Félix’, como tres o cuatro veces”, aseguró la sospechosa.

Paniagua aseguró que oyó golpes y después el “muchacho” bajó y la agarró de la nuca. “Sentate puta de mierda, paraguaya de mierda”, le dijo el tal Félix y le limpió la nariz. Después agregó: “Me dijo ‘vos no me conoces a mí, yo a vos sí. No le cuentes a nadie. Yo sé que tenés familia, tenés un bebé, por eso no te voy a matar, los chicos no tienen la culpa. Te tocó estar en el lugar equivocado’. Estaba furioso el chico. Me preguntaba ‘cuánta plata querés para quedarte callada?’ Como no le acepté la plata, aunque la necesitaba, la mochila estaba ahí tirada. Él trajo un montón de cosas, me puso en la mochila el celular del señor. Me dijo ‘paraguaya de mierda, llevate esto´, el celular Motorola color celeste oscuro, el parlante rojo que estaba en mi casa en el allanamiento, una cosita así plateada con una velera (por la menorá), una bolsita con chucherías, una pulsera con caracoles, supongo de la señora y unos auriculares. Me dijo ‘ahora te vas a ir, sin plata pero esto es una fortuna’. Me dijo ‘descartate del teléfono, yo sé donde vivís, tenés chicos, se mueren. No hables a la Policía. No hables con nadie’”.

Dudas

¿Por qué los investigadores duran de este testimonio? Para empezar, “Paniagua sostuvo que, por el golpe, sangró, pero los peritos que trabajaron en la escena del crimen confirmaron que no se levantaron rastros de manchas hemáticas donde la sospechosa dijo haber estado maniatada”, dijo una de las fuentes consultadas.

La empleada doméstica también afirmó que no habló antes por miedo y que en la estación de trenes de Derqui, donde quedó filmada por una cámara de seguridad, rompió el chip y después desechó el teléfono celular de la víctima.

“Cuando Paniagua sostuvo que había arrojado el móvil de la víctima en el andén de la estación de Derqui, se volvieron a revisar una y otra vez las imágenes de las cámaras de seguridad y no se observa la situación que ella describió. No se la ve arrojar el teléfono”, sostuvo un investigador.

De todas maneras, durante este miércoles los investigadores van a trabajar en el country para corroborar si existe alguna persona que responda al nombre Félix o a las características descriptas por la imputada. Mientras tanto, Paniagua continuará detenida. (DIB) MM

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