Si el lector está pasando sus vacaciones en el extremo sur del Partido de La Costa, entre San Bernardo y Mar del Ajó, quizás se haya asombrado al ver el improvisado show de baile de un atlético vendedor de pochoclo. Se trata de Facundo “Facu” Chocobar, de 24 años y bailarín profesional de ritmos brasileños, que eligió este verano caminar las playas bonaerenses para vender “pororó” y un día se le ocurrió fusionar su pasión con su necesidad de ganar dinero.
Facu le contó al portal Infobae que “un día se me ocurrió preguntarle a la gente: ‘¿Si bailo una coreo, me ayudan con las palmas? Todos dijeron que si con la mejor onda y se coparon. Hicieron un círculo alrededor del carrito, encendí el parlante e hice una coreografía con el tema ‘Olha a Explosão’, de Mc Kevinho”.
El joven camina alrededor de cinco kilómetros por jornada, alternando las dos localidades balnearias. “Me lo propuso un amigo, que tiene una empresa llamada Marea Dulce Pochoclos. Salgo con el carrito todos los días a partir del mediodía y trabajo hasta las 19 o 20 horas, dependiendo del clima”, afirmó. Y agregó: “Acá se trabaja de lunes a lunes, bajo el rayo del sol sin parar. Es un trabajo agotador pero supe encontrarle la vuelta para hacerlo menos pesado, más entretenido y rentable”.
Rutina
Chocobar, oriundo de Quilmes, se formó en una escuela de Porto Seguro, Brasil, y es cinco veces campeón mundial de la especialidad. Actualmente integra la compañía de baile Paula Amoedo y se desempeña como profesor en Maravillarte Studio, en Capital Federal. También trabaja como instructor en un gimnasio y es personal trainer.
Contó que su rutina es la siguiente: “Mientras pongo a hacer los pochoclos en la máquina, arranco con la animación. Enciendo el parlante, agito a la gente y a medida que se van sumando a la ronda arranco con los primeros movimientos”.
“Como siempre la gente pide más, tengo dos coreos preparadas. Todos quedan muy contentos con el baile y se me hace más fácil venderles”, admitió. La bolsita de pochoclo cuesta $ 1.500 y carga en su carrito 140 unidades para comercializar por día. Vende todo; la cuenta es fácil. Y hasta le dejan propinas. (DIB) MM