Viejo San Juan vs. Antigua Guatemala

A lo largo del continente americano, hay ciudades antiguas que se conservan como congeladas en el tiempo. ¿La joya de Puerto Rico o el museo a cielo abierto de Guatemala? Una difícil decisión para cualquier viajero.

Rumbo a Puerto Rico

Casas coloniales de patios frescos, fachadas de coloridos colores, palmeras, balcones con flores, y mucha gente en las rectilíneas calles vibrando al ritmo de salsa y bomba -el son de la zona por excelencia-. Así es el Viejo San Juan, la joya de Puerto Rico. Declarado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad en 1983, está incrustado en una pequeña península y circundado por muros y fortificaciones que protegen su herencia colonial. Gracias a esfuerzos de conservación, esta colorida ciudad luce tal y como se veía más de 400 años atrás.

Lo positivo es que al ser tan pequeña, sus atracciones están muy cerca una de la otra y en una jornada uno puede recorrerla toda. Aunque siempre es bueno dedicarle más tiempo y pararse a tomar algo para disfrutar de sus aires coloniales. Las calles adoquinadas que suben hacia la cara norte llegan hasta la más reconocida, San Sebastián -atraviesa todo El Viejo San Juan-, y, un poco después, a la de Norzagaray, frente al Atlántico, protegida por murallas y las estratégicas garitas, marca que nos cuenta que durante siglos resistió los ataques de flotas de potencias extranjeras.

Algunos de los destinos imperdibles dentro de San Juan son la Capilla del Cristo y La Fortaleza –construida hacia 1540-, también conocida como el Palacio de Santa Catalina, residencia oficial del gobernador de Puerto Rico. También se destacan la Catedral, originalmente levantada en el siglo XVI pero con innumerables retoques, el Fuerte de San Felipe del Morro y el Fuerte de San Cristóbal, las dos grandes fortificaciones de la antigua ciudad.

Antigua Guatemala, fundada en 1543.

Hacia Guatemala

A 45 kilómetros de la capital y entre los altiplanos de interior del país, esta ciudad, marcada por años trágicos, es la historia viviente. Su geometría de calles perpendiculares, casitas que no superan los dos pisos, plazas e iglesias atractivas y sus fachadas de tonos pastel hablan del empeño que pusieron los españoles por recrear al otro lado del océano la nostalgia de sus pueblos.

Fundada en 1543 como la primera capital del país, después de pestes, terremotos e inundaciones, fue el movimiento telúrico de 1773 que la hirió casi de muerte. A pesar de haber sido una ciudad proscrita y abandonada para crear una nueva capital, paulatinamente sus pobladores volvieron a darle vida a la ciudad que hoy es uno de los mayores atractivos turísticos de Guatemala, debido a ser una joya del urbanismo y la arquitectura colonial.

Aún se conservan edificaciones del siglo XVI y antiguos conventos como el de Capuchinas y Santa Clara, la Catedral de San José, la Compañía de Jesús, la Iglesia de La Recolección, la Iglesia y Convento de La Merced y el Convento y Arco de Santa Catarina, tesoros que enamoran al pasear por sus calles.

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