Por Manuel Tejo, de la agencia DIB.
Un Foro del que participan tres ministerios bonaerenses y organizaciones de la sociedad civil trabaja en la difícil tarea de “reforestar” con plantas nativas sectores de la Reserva de Biósfera Parque Pereyra Iraola y recuperar allí parte del paisaje original de la ecorregión Pampeana con influencias del Delta.
La Reserva de Biósfera Parque Pereyra Iraola es uno de los parques urbanos más grandes del mundo. Su territorio comprende a distritos bonaerenses de Berazategui, La Plata, Ensenada y Florencio Varela, y está divido en tres sectores según el uso y las exigencias de conservación.
Este pulmón verde del conurbano bonaerense está administrado por los ministerios provinciales de Ambiente, Desarrollo Agrario y Seguridad, que trabajan de manera mancomunada en un Comité de Gestión con productores (principalmente horticultores), que también son parte de la Reserva, y organizaciones de la sociedad civil.
En este espacio nació la idea del Foro de Nativas, una iniciativa que busca controlar a las plantas exóticas invasoras (como la acacia negra, el ligustro y la mora) en algunos puntos del Pereyra Iraola, recuperar parte del paisaje original del parque y generar un espacio educativo, entre otros objetivos.
“Todo el mundo habla de nativas, pero hay pocos que tienen capacidad de producir semilla para vender o entregar. Uno tiene que generar bosques de nativas para en el futuro poder ir a recolectar semillas”, le explicó a DIB en una recorrida por la reserva Emiliano Cocciufo, director provincial de Innovación Productiva, Extensión y Transferencia Tecnológica del Ministerio de Desarrollo Agrario.
El Foro Nativas contempla en su fase inicial la plantación de 2 mil ejemplares de distintas especies de árboles y plantas como ceibos, coronillos, espinillos, talas, carquejas, pajas coloradas y senes de campo. Los mismos son brindados por los viveros de Desarrollo Agrario y Ambiente ubicados en la misma reserva.
Los trabajos ya se iniciaron con dos intervenciones: la plantación de 300 ejemplares en un paseo educativo a la vera del Arroyo Pereyra y la entrega de otros 90 para distribuir entre unidades productivas presentes en la reserva que podrán usarse como cortinas forestales y para favorecer al suelo.
La búsqueda del paisaje original
La parte que administra el ministerio de Desarrollo Agrario bonaerense del Parque Pereyra está catalogada como “zona de transición”. Es la franja exterior de la reserva y se trata de un sector en donde se practican formas de explotación sostenible de los recursos. Allí se administran programas vinculados al uso público, a la conservación del ambiente y a actividades productivas.
Otra de las funciones de este sector de la reserva es la educativa. Para aportar en este ámbito, en el marco del Foro Nativas, se creó el “Sendero de los ceibos”, un espacio de 100 metros ubicado en el margen del arroyo Pereyra que ya comenzó a utilizarse para visitas escolares.
Realizar esta intervención implicó “un relevamiento previo del terreno, analizar qué especies eran las que estaban y qué interacciones biológicas eran las de ahí, para poder acondicionar el lugar y no generar un impacto negativo”, le explicó a DIB Silvina Romero, integrante del equipo de gestión del parque. En ese lugar, por ejemplo, había cuatro ceibos y se plantaron 50 más, además de otras plantas nativas.
Cocciufo, por su parte, señaló que el sector del arroyo hoy se encuentra fuertemente tomado por invasoras exóticas como la acacia negra. “Lo que te termina pasando en arroyos invadidos por acacia negra es que es un monocultivo de acacia negra. Cuando despejas eso, lo que estás haciendo es tratar de volver al paisaje original”, señaló sobre el trabajo que realizan. El director provincial detalló además que ese sector está dentro de la ecorregión Pampeana “con una reminiscencia del Delta” por lo que contempla especies de río y también de zonas más altas.
Por otro lado, en referencia a algunas voces disidentes que surgieron a la intervención, explicó que la misma fue planificada y discutida por técnicos y que incluyó un informe técnico. En esa misma línea, Pablo Feipeler, también del equipo de gestión, explicó que “el diseño del parque tiene un valor patrimonial paisajístico a conservar” y que “el daño estaba generándose del no control de exóticas invasoras que estaban avanzando sobre toda la biodiversidad”.
Cuidar para el futuro
El “Sendero de los ceibos” es hoy un proyecto incipiente. Al costado del arroyo, los árboles y las plantas que lo integran aún son bajas y su preservación dependerá también del cuidado. “Si agarran bien y los podemos cuidar de la hormiga y la sequía, en uno o dos años ya van a estar florecidos”, anticipó Cocciufo. Y Romero agregó: “Esto cuando empiece a crecer va a ser hermoso”.
Un escenario ideal para el futuro sería que las mismas nativas comiencen a tomar territorio. “La regeneración natural es la situación más deseable de todas”, señalaron desde el equipo de gestión del parque.
Asimismo, se espera que las reforestaciones (las del sendero, las de las unidades productivas y otras) funcionen como montes semilleros para poder seguir generando nativas. “Ojalá tengamos un volumen de semillas importantes para poder aportar a los viveros”, se esperanzó Cocciufo. (DIB) MT