Por Andrés Lavaselli
Al menos para los que la leyeron con lente altruista, la retirada de Mauricio Macri del escenario electoral puso al expresidente en un lugar diferenciado en el escenario de los líderes de la democracia argentina recuperada, pero ni ese repentino prestigio le alcanzó para ordenar uno de los escenarios clave de la pelea de este año: la Provincia de Buenos Aires. Allí, el PRO sigue sumergido en un doble debate: uno a la candidatura a gobernador y el otro, ligado a ese pero no idéntico, respecto de cómo ordenar su oferta en los municipios.
Macri no dejó pasar 48 horas de su anuncio para reunirse con la cúpula de la dirigencia bonaerense de su espacio. El gesto no fue casual: además de electoralmente estratégico por su demografía, ese territorio es el corazón del kirchnerismo, su posible refugio si la elección nacional resulta un fracaso para ellos. Lo central: tras ese encuentro surgieron versiones cruzadas respecto de lo que dijo o no dijo el Expresidente respecto de una cuestión clave: ¿el PRO debe llevar uno o dos candidatos para la gobernación?
La realidad es que Macri solo sugirió, sin imponer. Pero las posiciones están claras: Miguel Pichetto, aliado de Horacio Rodríguez Larreta, pidió un solo candidato. Claro, el elegido sería Diego Santilli porque marcha primero en las encuestas. En el campamento de Patricia Bullrich lo rechazan: antes de fin de mes definirán entre Grindetti, De La Torre e Iguacel su candidato para la PASO, afirman. Podría demorarse hasta que María Eugenia Vidal decida si juega o no. Si se retira, Cristian Ritondo podría sumarse a las opciones de Patricia.
Es interesante comprender la lógica de quienes empujan la unificación. Para eso, hay que tener en cuenta que en Provincia no hay balotaje pero la elección es doble: primarias y general. En ese marco, si Javier Milei hace una buena perfomance en las PASO con un corte de boletas que cabe suponer ínfimo un PRO con dos candidatos podría ubicar a esos representantes en un tercer y cuarto puestos. Así se crearía un incentivo para que el “voto útil” vaya al postulante libertario, que terminaría peleando con Axel Kicillof en la general.
Por supuesto, hay mil objeciones. Bullrich sostiene que es factible instalar el número de las dos opciones de PRO sumadas y evitar así que quienes tienen como principal motivación que no gane el kirchnerismo se vuelquen a los libertarios. Además, no cree que Santilli pueda ser un candidato “neutral” que represente las dos opciones nacionales de PRO con igual intensidad, dada su relación previa con Larreta. De hecho, el jefe de Gobierno tampoco luce muy interesado en “compartir” un candidato en el que invirtió tiempo y recursos.
Por eso, cada uno sigue por ahora su camino. Santilli quiere sumar a José Luis Espert al espacio, aunque el libertario quiere hacer valer cara su inclusión. Bullrich promete dar a conocer a 40 postulantes locales en los próximos días, luego de anunciar la incorporación de un jugador de peso: el alcalde de San Nicolás, Manuel Passaglia. “Si no aplicamos la `Y`, el nombre en jerga el esquema descripto hasta aquí, es porque muchos piensan más en sumar legisladores que en ganar la provincia”, se lamentaba un hombre cercano al “Colorado”.
La discusión, como fuere, involucra a los intendentes: muchos piden que si va a haber dos candidatos a gobernador ellos puedan “pegar” su boleta a la de ambos porque de lo contrario podrían perderse distritos a manos de terceras fuerzas incluso del FdT. Es el llamado esquema de la “V”· La cuestión se complejiza si se tiene en cuenta que los intendentes radicales miran lo mismo. Allí, en la semana hubo una exhibición de apoyo mayoritario a Facundo Manes como candidato presidencial por parte del oficialismo partidario, pero en Provincia podrían compartir fórmula con PRO. De ahí el interés es como se resuelva la sopa de letra de sus socios.
En el Frente de Todos, la reunión del PJ bonaerense en La Plata volvió a poner en primer plano una serie de paradojas. 1) La centralidad de Cristina Fernández es absoluta, al punto que de allí sus seguidores reiteraron el pedido de un aumento salarial de suma fija que ella impulsa contra los planes del gobierno que ella misma integra. 2) Habrá una nueva marcha (a la Corte) para denunciar su “proscripción” y pedirle que sea candidata. Eso, mientras la mayoría de los actores involucrados dice por lo bajo que no cree que acepte revisar su negativa.
Un detalle que no pasó desapercibido: casi todos los actores que estuvieron en ese encuentro esquivaron una definición sobre si Kicillof será finalmente forzado a ser candidato nacional o no. “Primero hay que definir lo nacional”, dijo Andrés “Cuervo” Larroque. Así lo creen también cerca del propio Gobernador, aunque sospeche que finalmente no lo moverán “hacia arriba”. En su círculo, insidiosos, marcan otro detalle: el impacto cada vez menor de las movidas que se impulsan desde el comando el PJ provincial. De hecho, creen que la disputa de Máximo Kirchner, por estas horas, pasa sobre todo con amenazar con internas locales para lograr lugares en las listas del oficialismo. (DIB) AL