Después que el gobernador Axel Kicillof y el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, sembraran dudas respecto de las circunstancias en las que se produjo el asesinato del colectivero Daniel Barrientos, en La Matanza, algunos testimonios conocidos en las últimas horas hacen frente a esa teoría.
En sus primeras declaraciones públicas tras el crimen del lunes de Barrientos, Kicillof sostuvo que “para ser un delito vinculado al robo, tiene elementos muy dudosos y muy sospechosos”. Planteó que el crimen es “prácticamente inédito”, al referir que se trató de un robo en un colectivo que fue “cruzado” por un auto de apoyo y con “dos personas que suben con armas de calibre alto”. “Parecía el robo de un blindado y se llevaron un bolso, una mochila y a quemarropa asesinaron a un chofer”, señaló, y agregó que “no parece un robo a un colectivo en un barrio popular”.
En la misma línea, Berni habló de un hecho que “no fue lo habitual. Por lo general los delitos tienen patrones que coinciden. Cambian los actores pero los patrones son siempre los mismos”. El funcionario insistió con que no es lo habitual “que crucen un auto a las 4 de la mañana, a un colectivo que no tiene plata”, y remarcó que el arma utilizada para perpetrar el crimen fue una pistola calibre 40, con municiones Smith&Wesson y señaló que se trata de un arma “típica de sicario” y no “el arma de los delitos amateur del conurbano”. “No sé si nos tiraron un muerto”, afirmó Berni.
Sin embargo, algunos testimonios conocidos recientemente desestiman esta hipótesis al asegurar, por ejemplo, que ningún auto se cruzó al colectivo buscan evitar continuar con la circulación y que los delincuentes escaparon corriendo en dirección a un vehículo que los estaba esperando a una cuadra del lugar del hecho, en una calle paralela a la que circulaba el micro.
Uno de las voces en remarcarlo es la de María, la esposa del efectivo de la Policía de la Ciudad que viajaba en el ómnibus al momento del hecho y quien se tiroteó con los asaltantes después que le dispararan al chofer y cuando emprendieron la huida. “Es mentira que cruzaron un auto delante del colectivo. Mi marido, que estuvo ahí, me lo dijo”, aseguró en declaraciones a la prensa. Incluso mencionó las imágenes captadas por una cámara de seguridad donde se ve el momento en que los asesinos suben a la unidad y a los pocos segundos descienden y no se advierte ningún vehículo cruzado delante del colectivo.
“El auto los esperaba en una calle paralela para huir”, agregó la mujer. (DIB)