Con la calculadora en la mano y de cara a octavos de final, puede suceder que dos o más equipos empaten en puntos y para ello deban recurrir diferentes herramientas para ver quién avanza. De hecho, en el grupo de Argentina podría darse un empate en caso que el seleccionado de Leonel Scaloni iguale con Polonia y México venza a Arabia Saudita. En ese caso, entran en juegos goles a favor, y hasta podría llegarse a un sorteo si no se sacan ventaja en una serie de criterios.
En primer lugar, la FIFA se especifica que en caso de que dos equipos obtengan la misma cantidad de puntos al finalizar todos los partidos del grupo, asomará el criterio de “mayor diferencia de goles en todos los partidos de grupo”. A partir del mismo, y en caso de igualdad de unidades entre dos o más equipos, se tomaría en cuenta la diferencia de gol para determinar qué equipo se quedaría con la clasificación.
Pero, al disputarse apenas tres partidos a lo largo de la fase de grupos, que la igualdad en puntos y diferencia de gol persista es algo más que probable. En ese caso, se valoraría el segundo criterio de desempate: el de “mayor número de goles marcados en todos los partidos de grupo”; el cual brindaría una clasificación a partir de los goles a favor de cada equipo contabilizando todos sus partidos disputados.
Aún así, podría haber más de un grupo mundialista que quedaría sin definirse. Contemplando esta posibilidad, la FIFA plantea un segundo paso, y revela lo siguiente: “Si dos o más selecciones obtienen el mismo resultado conforme a los tres criterios arriba mencionados, sus posiciones se determinarán a partir de otros cinco criterios”. Estos últimos cuatro métodos de desempate, comienzan a plantear escenarios menos realistas.
El primero de ellos, por ejemplo, concibe el desempate a partir del “mayor número de puntos obtenidos en los partidos de grupo disputados entre las selecciones en cuestión”. A partir de este criterio, el equipo que avanzaría de ronda en caso de igualdad de puntos, sería aquel que haya conseguido un resultado favorable en el partido disputado entre los seleccionados en cuestión.
Pero si el empate persiste incluso entre más de dos selecciones, pasaría a valorarse la “mayor diferencia de goles en los partidos de grupo disputados entre las selecciones en cuestión”. Esto quiere decir que, si en un grupo existen más de dos combinados que acumulan los mismos resultados en los partidos disputados entre sí, avanzará de ronda aquel seleccionado que cuente con mejor diferencia de gol en estos partidos en concreto. En caso de que persista la igualdad, se valorarían los goles a favor en estos compromisos.
Otro de los criterios que plantea la FIFA, tiene que ver nada menos que con el fair-play, un método que ya fue utilizado en el Mundial de Rusia 2018. En aquella edición, Japón y Senegal igualaron en todos los criterios antes mencionados, pero los asiáticos avanzaron a octavos de final por este criterio en particular que favorece a aquel que obtenga “el mayor número de puntos obtenidos por conducta deportiva según el número de tarjetas amarillas y rojas obtenidas”.
Este sistema de puntos, contempla los siguientes valores: las tarjetas amarillas, que restan un punto; las tarjetas rojas como resultado de dos tarjetas amarillas, que restan tres puntos; las tarjetas rojas directas, que restan nada menos que cuatro puntos; y las tarjetas amarillas acompañadas por una posterior roja directa, que restan cinco puntos.
En referencia a este último sistema, la FIFA aclara: “Se aplicará a cada jugador una sola de las deducciones mencionadas por partido. La selección con el mayor número de puntos obtendrá el puesto más alto en la clasificación”. Y por último, se plantea el escenario de igualdad en términos de fair-play, que se desnivelaría “Por sorteo realizado por la FIFA”. Un recurso, por ahora, nunca utilizado en un Mundial. (DIB)