Confirman que los restos de un naufragio hallados cerca de Quequén presentan partes de un submarino alemán

El dictamen firmado por el doctor Fabio Giuseppe Bisciotti, director del Centro de Estudios Subacuáticos de la Liga Navale Italiana.

La Liga Navale Italiana (LNI) determinó este jueves que el naufragio encontrado en cercanías de la localidad balnearia de Quequén se corresponde con un submarino alemán, nave que, luego de ser hundida, fue destruida con explosivos, según un contundente dictamen firmado por el doctor Fabio Giuseppe Bisciotti, director del Centro de Estudios Subacuáticos de la LNI, entidad que está bajó el ámbito y jurisdicción del ministerio de Defensa de Italia.

Bisciotti es uno de los máximos expertos internacionales de submarinos de la Segunda Guerra Mundial y fue designado por el grupo Eslabón Perdido, que descubrió el naufragio, como perito internacional del caso.

En tanto, Abel Basti, miembro de la organización, expresó que ahora se procederá a retirar las piezas. “Se cuenta con la tecnología apropiada para hacerlo, la tiene Prefectura Naval Argentina, y nuestra recomendación es en principio extraer el telescopio de ataque”, aseguró.

Durante el peritaje de las imágenes, obtenidas por el grupo Eslabón Perdido y por la Prefectura Naval Argentina, Bisciotti identificó el periscopio del navío, conformado por un tubo que en su parte superior tiene una óptica para facilitar la observación a distancia.

El especialista aseveró que el casco se encuentra semienterrado y con un alto grado de destrucción, pero que a pesar de estas condiciones pudo identificar la subestructura de la cubierta.  

También afirmaron que el tamaño de los restos tiene puntos de contacto con el tamaño de los submarinos oceánicos de la Segunda Guerra Mundial, que tenían más de 76 metros de eslora.

El material analizado por los expertos fue obtenido por Prefectura Naval Argentina (PNA) a 3 kilómetros de la playa, en la zona ubicada entre Costa Bonita y Quequén, al norte de Necochea.

El punto de ubicación de los restos fue descubierto en 2009 por Enrique Vicente Silva, un exmilitar y pescador de la zona, quien detectó entonces con la ecosonda de su embarcación costera una elevación de cerca de 4 metros sobre el lecho marino, en un sitio sin marcaciones de naufragios registradas en las cartas náuticas oficiales.

Silva contó que tuvo “una corazonada” desde entonces y regresó al lugar tiempo después con una lancha de menor porte y tras lanzar unas líneas de pesca “enganchó en el fondo restos de óxido”.

En 2021, luego de ponerse en contacto con Silva, Basti -autor entre otros de libros como “El exilio de Hitler” y “La segunda vida de Hitler”- y el grupo Eslabón Perdido confirmaron la presencia de una estructura “muy desarmada” a unos 28 metros de profundidad, tras una inspección con una sonda de barrido lateral.

A partir de una presentación realizada en marzo último ante Prefectura en Quequén por parte de Basti para que el hallazgo fuera investigado, se produjo un alejamiento del grupo Eslabón Perdido por parte de Silva y los otros miembros.

En junio, PNA realizó una inspección técnica en el lugar con buzos, con intervención del Guardacostas de Salvamento PNA SB 15 “Tango” y el apoyo de Guardacostas PNA GC 68 “Río Paraguay”. (DIB) ACR

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