Brasil, ese vecino que siempre está listo para el verano

Es uno de los destinos del exterior más elegidos por los argentinos y prepara para un verano único. Mejores lugares y sus precios.

FLORIANÓPOLIS

Un clásico que nunca pierde vigencia son las playas de la isla de Santa Catarina, repleta de contrastes, ubicada al sur del vecino país, lo que permite que muchos lleguen hasta allí en auto. En sus 58 kilómetros de largo y 18 de ancho, cuenta con 42 playas oficiales, algunas de ellas bien escondidas. Aunque lo bueno es que, por las cortas distancias, en un mismo día uno puede optar por dos o más planes. 

En el norte se encuentran las familiares y bulliciosas Canasvieiras, Ingleses, Jureré y Santinho, así como Cachoeira do Bom Jesus y Ponta das Canas. Entre las más tranquilas figuran Daniela, Campeche (mar abierto) y Lagoinha del Este. Para muchos esta última es la joya de la isla, e ideal para ir en familia. No es tan fácil llegar, ya que hay que atravesar unos complejos senderos de más de una hora de trekking. Pero vale la pena el esfuerzo.

Para practicar surf se destacan Praia Brava y Mole (con vida nocturna), así como Joaquina (tiene dunas para sandboard) y Barra da Lagoa. Esta última es una de las playas más lindas y que tiene de todo: desde agua transparente hasta bares, restaurantes, discos y todo centrado en un par de cuadras. Plagada de morros verdes y vistas increíbles, se trata de un pueblo de pescadores con hermosos lugares para recorrer, como la Prainha, la elegida del público joven en las noches, el puente colgante, las piscinas naturales y la Lagoa da Conceição, en la que se pueden hacer paseos en barco. También en esta zona se pueden realizar actividades como senderismo, deportes acuáticos, parapente y buceo.

Y más al sur, en tanto, están Campeche y Pântano do Sul, entre tramos desiertos con mar abierto y aldeas de pescadores.

RÍO DE JANEIRO

Mezcla de mar, morros y urbe, y también con su espléndido capital cultural fruto de la historia brasileña y de la infinidad de extranjeros que transitan sus playas, Río de Janeiro tiene un imán para los argentinos. Populosa, por momentos muy invasiva, sobre todo se se llega en tiempos de carnavales, tiene todo lo que un turista quiere para pasar un buen momento.   

La franja balnearia, un cordón que abarca el área de Copacabana, Ipanema, Leblon y Barra de Tijuca, en la zona sur, es la referencia para aplacar el calor, bañarse, surfear, caminar o simplemente descansar en las playas. Con sus pisos blancos y negros sobre la avenida Atlântica, Copacabana es el barrio carioca más emblemático. Además de disfrutar de su playa durante el día, por la noche los paradores y bares de playa son una gran opción para cenar junto al mar. Ipanema, en tanto, es una de las zonas más glamorosas, al punto que sobre la avenida Vieira Souto se alzan los inmuebles más caros de América latina.

Entre los clásicos para visitar está la estatua del Cristo Redentor. Para llegar a la cima de la montaña, se puede utilizar el Tren Corcovado y observar las impresionantes vistas mientras se atraviesa el Bosque Nacional Tijuca. El Pan de Azúcar es otra de las atracciones emblemáticas. Este morro, al que se accede a través de un teleférico llamado bondinho, es uno de los puntos más turísticos, ya que desde allí se aprecian las mejores vistas de la ciudad, el océano Atlántico y la Bahía de Guanabara.

Al oeste se extiende la playa más larga del Estado de Río de Janeiro. La zona de Barra da Tijuca cuenta con grandes hoteles y una amplia variedad de restaurantes para quienes prefieren alojarse en las afueras del centro de la ciudad.

Bombinhas combina playas muy populares con otras para el relax. (Archivo)

BOMBAS Y BOMBINHAS

Rodeado de un paisaje verde por los morros sobre la costa, el pequeño municipio de Bombinhas se ubica en Santa Catarina con su forma de península, apenas a 41 kilómetros de Camboriú y a 70 de Florianópolis, la capital regional.

Toda la península que compone el municipio tiene leyendas misteriosas, playas de arenas blancas y aguas de inigualable transparencia, rodeadas de cerros verdes. Además, Bombinhas se afirmó como uno de los puntos de buceo más codiciados del sur del país.

Las playas del centro son ideales para aquellos que quieren tener todo a un paso, ya que la avenida principal con supermercados, comercios y restoranes corre paralela al mar. Muy similar, aunque con olas de mayor envergadura que rompen sobre las rocas (lo que le ha valido su nombre), Bombas posee casi dos kilómetros de arenas blancas.

Otras de las playas que se destacan entre las más elegidas están Mariscal, con 4 kilómetros de longitud, y mar abierto con olas que la hacen buena para surf. Mientras que Cuatro Islas es una playa de particular hermosura y más bien corta, con solo 800 metros, recortándose el mar contra los morros. Quatro Ilhas no dispone de un centro como Bombinhas aunque sí hay posadas y bares.

Si sigue camino al sur, sobre los pliegues de la península mayor aparece sobre un peñasco saliente la paya de Sepultura que, junto a Lagoinha, pueden visitarse a pie. Allí el snorkeling hace furor. En tanto, Playa del Trapiche es el centro náutico desde donde parten diversos barcos de paseo, siendo también punto de salida de las escuelas de buceo del municipio.

PORTO DE GALINHAS

A 63 km de Recife, Porto de Galinhas es una de las playas más bonitas de Brasil, con aguas cristalinas casi sin oleaje, piscinas naturales y veleros para navegar entre increíbles peces de colores.

Se trata de un encantador pueblo de pescadores con 18 kilómetros de arena blanca y fina, atractivas palmeras y un mar transparente que, en algunos puntos, hasta parece una piscina. Según la hora del día, el horizonte se llena de jangadas, las típicas barcazas en las que los turistas se trasladan hasta los arrecifes de coral para hacer snorkel.

En el litoral sur de Pernambuco, este destino también ofrece snorkel, kayak, buceo y excursiones por el río Maracaípe, donde se observan hipocampos. En cuanto a las playas, las más conocidas son Maracaípe y Cupé, con arenas blancas y cocoteros, y la mayoría de los hoteles está a lo largo de la costa.

Porto de Galinhas y sus piscinas naturales con peces de colores. (Visit Brasil)

GUÍA BRASILERA

La moneda

Para hacer la transformación lo ideal es manejarse con el dólar blue. Aunque en el caso de los argentinos hay una parte del gasto que después se recupera con Ganancias, lo mejor es multiplicar cada dólar por unos 290 pesos. En Argentina, un real se cotiza en el mercado paralelo a 70 pesos.

El alquiler

En Florianópolis, un departamento para cuatro personas dentro de un condominio cerca de la playa metros de la playa arranca en los 70 dólares por noche. En Bombinhas, un departamento similar, a 200 metros de la playa, con pileta, ronda los 80 dólares. Uno de 100 metros cuadrados trepa a los 140 dólares por noche. Los hoteles en Río de Janeiro para una familia tipo, sin desayuno, parten de los 55 dólares.

La comida

Según algunos precios playeros de referencia del Embratur, un choclo ronda los 5 reales; una porción de papas fritas 20; un agua mineral y gaseosas 6; cerveza en lata 8 y caipirinha 20 reales. Comer en una cadena de hamburguesas está unos 33 reales y en un restaurante a la carta unos 75 reales. (DIB) FD

*Nota publicada en el suplemento De Viaje.

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