
El cáncer de próstata es el tumor más frecuente en los varones, representando el 18,7% de todos los tumores malignos y con una incidencia estimada de 42 casos por cada 100.000 habitantes al año.
“En el área de la urología el cáncer de próstata es el más común entre los hombres. Si bien no hay prevención para este tipo de enfermedad, sí existe la posibilidad de tener un diagnóstico precoz y obtener un tratamiento temprano. Cualquier anormalidad detectada tempranamente reduce la probabilidad de que el cáncer se propague y aumenta la posibilidad de mejora y hasta de cura definitiva”, explicó Norberto Bernardo, Jefe de Servicio del Centro Argentino de Urología (CAU).
¿De qué se trata la enfermedad?
La próstata es la glándula masculina esencial para la función sexual, reproductiva y urinaria del hombre, se encuentra ubicada entre la vejiga y el recto. Este tipo de cáncer se origina cuando las células de la próstata comienzan a crecer sin control.
Generalmente este tipo de tumor suele crecer lentamente, por lo que no presenta síntomas tempranos. En etapas avanzadas, los síntomas y signos más frecuentes son: incremento de la frecuencia de la orina; disminución en la fuerza de flujo de la orina; sangre en la orina; dolor en los huesos; pérdida de peso; disfunción eréctil y en algunas ocasiones, se pueden presentar molestias al estar sentado, causadas por un aumento del tamaño de la próstata
Factores de riesgo
Si bien no se conocen las causas que originan el cáncer de próstata, existen varios factores de riesgo:
● Edad: esta enfermedad es más frecuente en hombres mayores de 50 años y las probabilidades de padecerla aumentan con la edad.
● Antecedentes familiares: cerca de un 10% de los casos pueden darse como resultado de una predisposición genética o hereditaria.
● Alimentación: las personas que siguen una dieta alta en grasa animal y/o padecen obesidad pueden tener mayores posibilidades de padecer cáncer de próstata.
La mayoría de los cánceres de próstata son adenocarcinomas. Estos se desarrollan a partir de las células glandulares, es decir, las células que producen el líquido prostático que se agrega al semen.
Dependiendo de la situación, existen diversas opciones de tratamiento para los pacientes:
● Observación o vigilancia activa: debido a que el cáncer de próstata frecuentemente crece muy de forma lenta, es posible que algunos hombres (especialmente aquellos de edad avanzada o con otros problemas graves de salud) nunca necesiten tratamiento. En vez de eso, sus médicos pueden recomendar observación (a veces conocida como espera en observación) o vigilancia activa.
● Cirugía: el tipo principal de cirugía para el cáncer de próstata es la prostatectomía radical. En esta operación, el cirujano extirpa toda la glándula prostática además de una porción del tejido que la rodea, incluyendo las vesículas seminales.
● Radioterapia: la radioterapia utiliza rayos de alta energía o partículas para destruir las células cancerosas. Dependiendo de la etapa del cáncer de próstata y de otros factores, se puede utilizar este tipo de tratamiento.
● Crioterapia: la crioterapia (también llamada criocirugía o crioablación) emplea
temperaturas muy frías para congelar y eliminar las células cancerosas de la próstata, así como la mayor parte de la próstata.
● Terapia hormonal: el objetivo de este tratamiento es reducir los niveles de las
hormonas masculinas (andrógenos) en el cuerpo, o evitar que estas hormonas
estimulen el crecimiento de células cancerosas de la próstata.
● Quimioterapia: la quimioterapia (quimio) utiliza medicamentos contra el cáncer que se inyectan en una vena o que se administran por vía oral. Estos medicamentos pasan a través del torrente sanguíneo para llegar a las células cancerosas en la mayoría de las partes del cuerpo.
● Inmunoterapia: es el uso de medicamentos para estimular el sistema inmunitario de la persona de modo que reconozca y destruya a las células cancerosas con más eficacia.
● Terapia dirigida: es un tipo de tratamiento contra el cáncer que usa medicamentos para identificar y atacar a las células cancerosas causando poco daño a las células normales. Estas terapias atacan el funcionamiento interno de las células cancerígenas; la programación que hace que éstas sean diferentes de las células normales y sanas.
Detección temprana, la clave
Encontrar el cáncer cuando se encuentra en sus etapas iniciales a menudo posibilita contar con más opciones de tratamiento. En algunos casos, en la etapa inicial de la enfermedad surgen signos y síntomas que pueden ser notados, pero esto no siempre es así. Existen dos formas de detectar el cáncer de forma precoz:
1. Prueba sanguínea del antígeno prostático: el antígeno prostático específico (PSA) es una proteína producida por las células en la glándula prostática (es producida por células normales y cancerosas). El PSA se encuentra principalmente en el semen, aunque también se puede hallar en pequeñas cantidades en la sangre. La probabilidad de tener cáncer de próstata se incrementa a medida que el nivel de PSA sube, pero no hay un valor límite establecido que pueda indicar con certeza si un hombre tiene o no tiene cáncer de próstata.
2. Examen del tacto rectal: para este examen, que se conoce como DRE (por sus siglas en inglés), el médico introduce un dedo cubierto con un guante lubricado en el recto a fin de palpar cualquier abultamiento o área firme en la próstata que podría ser cáncer. (DIB)
Tenés que iniciar sesión para comentar.