El presidente Alberto Fernández le bajó el tono hoy a la interna que mantiene con la vice Cristina Fernández, durante una rueda de prensa que brindó en Francia en la que, además, se mostró preocupado por el nivel de inflación en Argentina y aseguró que el gobierno “seguirá trabajando” en bajarla con el programa económico que está en marcha y que el kirchnerismo resiste.
“El programa económico va a ayudar a desacelerar la inflación, de eso estamos seguros”, dijo Fernández, en un respaldo casi explícito al equipo económico, cuya actuación objeta el cristinismo. De todos modos, se mostró preocupado por la inflación: “No estamos contentos con los índices que tenemos, hay que seguir trabajando en eso”, ahondó Alberto Fernández.
El Gobierno descuenta que la inflación se mantendrá elevada en los próximos meses y a los motivos locales, con altos niveles de emisión y presión cambiaria, se agrega la aceleración de los precios mundiales.
El esfuerzo del Presidente se centró en reforzar las expectativas de una baja futura. Ante la pregunta de la inflación, Fernández se mostró más cómodo al aludir a las causas externas del alza de precios que a las domésticas. “Hay un porcentaje de la inflación, que yo creo que es relativamente alto, que es derivado del aumento de los alimentos como consecuencia de la guerra y de muchos insumos, los fertilizantes, por ejemplo”, dijo.
“La causa externa no la manejamos nosotros, y la inflación es muy dañina, porque es el impuesto que se les cobra a los que tienen un sueldo”, agregó. Y reiteró: “Tenemos que trabajar seriamente en todas las causas”.
El Presidente también criticó la decisión de Europa de enfrentar la suba de precios con un aumento de las tasas de interés, con el objetivo de limitar la cantidad de circulante.
Su prédica por ahora avanza sin éxito. La titular del Banco Central europeo, Christine Lagarde, célebre en Argentina por su paso por el FMI durante el gobierno de Mauricio Macri, anticipó que subirán las tasas en julio en la zona del euro. Será el fin del dinero barato para el sistema financiero europeo, al menos hasta contener los efectos en los precios provocados por el alza de la energía causada por la guerra en Ucrania.
El Presidente también ratificó este jueves que, más allá de las quejas de los funcionarios del área de energía que responden a Cristina Kirchner, el Gobierno seguirá adelante con esquema de segmentación previsto para el aumento de tarifas de la luz y el gas.
“Los aumentos suponen la aplicación de la segmentación. De modo tal que el 10% más pudiente que se ve beneficiado con los subsidios, dejen de ser subsidiados. Esa es definitivamente una medida, en términos económicos, muy progresiva. Porque hace que el que tiene, pague. Los sectores más débiles van a seguir siendo atendidos con subsidios. De los aumentos que estamos hablando, son aumentos que se vinculan directamente a cómo evoluciona el salario de la gente”, dijo el Presidente.
El presidente, además, se esforzó por bajarle el tono a los roces con Cristina Fernández, luego de las declaraciones al diario El País, de Madrid, en las que dijo que ella tiene una mirada parcial de los problemas de la economía argentina que no toma en cuenta el impacto de la pandemia. “Un periodista español me hizo un reportaje para un diario muy importante de España. Durante todo el reportaje me trajo al escenario las diferencias que podemos tener con Cristina. Y al final le dije que durante todo el reportaje trató de subirme a un ring para pelearme con Cristina. Y la verdad es que yo no me tengo ni me quiero pelear con Cristina. Yo tengo que pelearme con Macri, tengo que pelearme con la derecha. Tengo que pelearme con los causantes de la decadencia argentina”, dijo.
“Yo no tengo una disputa con Cristina. Tengo diferencias. En el 2023 debemos hacer lo que sea necesario para ganar y garantizar que el macrismo y la derecha no nos vuelvan a sumir en el mundo espantoso que nos sumieron”, enfatizó Fernández. (DIB)
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