La Plaza de Toros de Colonia que supo despertar de las ruinas

Después de más de cien años, este ícono uruguayo reabrió como escenario para la cultura y el deporte con capacidad para más de 2.000 personas.

Silenciosa, lejos del glamour de Punta del Este o del ruido de Montevideo, Colonia del Sacramento, es un pueblo de pocas calles, playas sobre el río, buena gastronomía y vida nocturna, ideal para una escapada romántica o en familia. Los ferris llegan cada día desde Buenos Aires a las orillas de esta joya de Uruguay con turistas decididos a caminar y descubrir los secretos de esta ciudad cuyo barrio histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1995.

Grandes árboles sombrean su cuadrícula urbana y el aire salino del Atlántico penetra hasta el interior de su entramado peatonal, situado justo a occidente de la terminal de ferris, en un morro natural. La ciudad es una expresión de la fusión de culturas y estilos: portugués, español, holandeses, franceses, suizos e italianos dejaron en sus sellos. En sus calles se mezclan construcciones de diferentes estilos arquitectónicos.

Y una de ellas es la Plaza de Toros Real de San Carlos, declarada Monumento Histórico Nacional, y que fue inaugurada en 1910 para el desarrollo de espectáculos taurinos. Sin embargo, esa aventura duró solo dos años.

La Plaza de Toros fue construida por el empresario argentino Nicolás Mihanovich e inaugurada en enero de 1910, como parte de un complejo turístico que tenía un muelle, al lado una usina de energía eléctrica, un frontón de paleta, y un hotel casino que hoy es la Universidad de la Empresa.

Mihanovich traía su barco, el Vapor de la Carrera, cargado de turistas argentinos que descendían en el muelle, donde se tomaban un trencito que los pasaba por delante de la Plaza de Toros -levantada con un atractivo estilo morisco- y los dejaba en la puerta del hotel, ubicado a corta distancia.

La idea era atraer a los argentinos ofreciéndoles entretenimiento de apuestas en el casino y en las corridas de toros. Además, había actuaciones como la que hizo Carlos Gardel en 1913, junto con José Razzano, que también servían como imán. También se destacaron artistas como la bailarina española Concepción Martínez; la cantante criolla Blanca Coral; el joven bailarín Juanito Pardo (conocido como “el Rey de la Jota”); la artista Antonia Pellicer; el transformista Fregolino y la Murga Sevillana (concertistas cómicos).

Sin corridas

Las corridas de toros fueron prohibidas en Uruguay en 1912 durante la segunda presidencia de José Batlle y Ordóñez. Pero ya en 1888, con el decreto-ley N° 2017, hubo un intento de “disciplinar” el espectáculo, estableciéndose que, a partir de 1890, solo podría haber corridas en las que no se sacrificaran animales.

El cambio en la modalidad del espectáculo se debió a la muerte del matador valenciano Joaquín Sanz Almenar, “Punteret”, quien vestido de lila y oro sufrió severas heridas al tratar de banderillear sentado en una silla a un toro. Esta práctica que suavizaba las toreadas tradicionales terminó en 1918.

En 1920, falleció Mihanovich y los sueños se esfumaron, al igual que el capital de los inversionistas que sostenían el financiamiento de las diversas actividades que allí se montaban. Otro factor importante que provocó la decadencia del complejo fue que el Estado argentino sancionó, en diciembre de 1923, el Plan Herrera Vegas y estableció un impuesto de $10.000 a todo buque que zarpara del puerto de Buenos Aires, tuviera un destino menor a 80 kilómetros y tocara puertos donde hubiera casinos.

Recién en 1935 pasó a manos de la Intendencia de Colonia. Eventualmente, la antigua fábrica textil Sudamtex hizo una fiesta en el ruedo en la década del 50, en 1980 se organizaron algunas actividades por los 300 años de la fundación de Colonia del Sacramento y de ahí en más quedó abandonado. Hasta hace unos 25 años se podía visitar, pero luego se prohibió el ingreso por peligro de derrumbe, aunque la gente entraba igual, e incluso llegó a haber ocupantes ilegales que levantaron unas construcciones precarias. 

Tras la rehabilitación a fines de 2021, que está ubicado a 5 kilómetros del centro de Colonia del Sacramento, este complejo se transformó en un centro de espectáculos con un aforo de unos 2.500 espectadores en las gradas y más de 2.000 en el ruedo. Además, tendrá locales comerciales y un restaurante.

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Cuándo ir

La plaza se puede visitar de miércoles a domingos de 11 a 18:30. Hay recorridos guiados. Las entradas se pueden adquirir a través de la página de tickantel o en la boletería a un costo de 150 pesos uruguayos (unos 400 argentinos). Los menores de 12 años ingresan gratis.

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