Artémides Zatti, el “enfermero de la Patagonia”, será declarado santo

El Vaticano reconoció un segundo milagro por la intercesión de Zatti, nacido en Italia pero que trabajó durante muchos años en un hospital salesiano en Viedma.

El papa Francisco reconoció la santidad del italiano Artémides Zatti, laico enfermero conocido por su labor por los enfermos de la Patagonia argentina, al confirmar un segundo milagro por su intercesión. El pontífice argentino reconoció una curación milagrosa atribuida a la intercesión de Zatti, laico salesiano nacido el 12 de octubre de 1880 en la localidad italiana de Boretto y fallecido el 15 de marzo de 1951 en Viedma, en la Patagonia argentina, y conocido como “el enfermero santo de la Patagonia” o “el enfermero de los pobres”.

De esta manera, el Papa autorizó al cardenal Marcelo Semeraro, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, la promulgación del decreto que reconoce el acto milagroso.

El segundo milagro reconocido para la canonización consistió en la recuperación de un hombre filipino de Tanauan Batangas, que se estaba muriendo de un grave ataque isquémico en la cabeza, agravado por una fuerte hemorragia. Su familia no tenía medios para operarlo y lo llevó a casa el 21 de agosto, pero el 24, de repente, se quitó la sonda nasogástrica con la que se alimentaba y el oxígeno, y pidió que le dejaran comer. Su hermano, coadjutor salesiano en Roma, había pedido por la recuperación del hombre, y el mismo día en que fue ingresado en el hospital, se puso a rezar por la intercesión del beato Artémides Zatti.

Zatti había sido beatificado por el papa Juan Pablo II en abril de 2002, por un milagro que lograron confirmar dos años antes los médicos de la Sagrada Congregación de los Santos en Roma, según se publicó este sábado en el Boletín Oficial del Vaticano. En ese caso, se trató de la curación de la gangrena del seminarista Carlos Bossio, inspector salesiano en Rosario, provincia de Santa Fe.

En 1976, el “Pariente de los Pobres”, como también lo llamaban, había comenzado su camino de santidad por la Conferencia Episcopal Argentina, luego que en 1980 fuera declarado Siervo de Dios, y venerable el 17 de julio de 1997. En tanto, el Hospital Regional de Viedma lleva el nombre del “enfermero de los pobres” desde 1975.

Monumento en memoria de Zatti erigido en la localidad de Viedma. (Noticias.net)
Monumento en memoria de Zatti erigido en la localidad de Viedma. (Noticias.net)

Recorrido de vida

Artémides Zatti nació en Boretto (Reggio Emilia) el 12 de octubre de 1880. Obligada por la pobreza, la familia Zatti, a principios de 1897, emigró a Argentina y se estableció en Bahía Blanca.

El joven Artémides comenzó enseguida a frecuentar una parroquia dirigida por salesianos, encontrando en el párroco don Carlos Cavalli, hombre piadoso y de extraordinaria bondad, su director espiritual. Fue éste quien lo orientó hacia la vida salesiana, y tenía 20 años cuando entró en el aspirantado de Bernal.

Asistiendo a un joven sacerdote enfermo de tuberculosis, contrajo esta enfermedad. La solicitud de Cavalli hizo que le buscaran a Zatti la Casa salesiana de Viedma, de clima más propicio, y donde, sobre todo, había un hospital misionero con un enfermero que hacía prácticamente de médico, el padre Evasio Garrone.

Este invitó a Artémides a rezar a María Auxiliadora para obtener la curación, sugiriéndole hiciera esta promesa: “Si Ella te cura, tú te dedicarás toda la vida a estos enfermos”. Artémides hizo la promesa y se curó. Entonces renunció al sacerdocio y se consagró totalmente al hospital, donde en un primer momento se ocupó de la farmacia, pero cuando en 1913 murió el padre Garrone, asumió toda la responsabilidad del hospital San José.

Fue vicedirector, administrador, enfermero apreciado por todos los enfermos y por todo el personal sanitario, que poco a poco le fue dando mayor libertad de acción.

Su servicio no se limitaba al hospital sino que se extendía a toda la ciudad, y hasta a las dos localidades situadas en las orillas del río Negro: Viedma y Carmen de Patagones.

En 1950, Zatti cayó de una escalera y fue en esa ocasión cuando se manifestaron los síntomas de un cáncer que él mismo se diagnosticó.

Continuó, sin embargo, cuidando de su misión todavía un año más, hasta que murió el 15 de marzo de 1951 rodeado del afecto y del agradecimiento de toda la población. Sus restos descansan y son venerados en la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, en el Instituto San Juan Bosco de Viedma. (DIB) MM

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