Iryna Khokhlova: “Donetsk es mi casa y siempre voy a querer volver, pero solo si es parte de Ucrania”

Sin poder regresar a Kiev, la deportista ucraniana que representó a Argentina en los Juegos Olímpicos de 2016 -pentatlón moderno- pasa estos días hospedada en el hotel del Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard), junto a su marido argentino.

Por Gastón M. Luppi, de la redacción de DIB

“Estamos acá de suerte”, inicia la charla Iryna Khokhlova. Ella y su marido tenían pasaje para el 27 de febrero regresar a su casa en Kiev, la capital de Ucrania. Sin embargo, pocos días antes habían decidido postergar el retorno hasta el 15 de marzo. Es que el verano argentino les resultó tentador para quedarse entrenando en Buenos Aires.

Khokhlova y Emmanuel Zapata compiten en pentatlón moderno. Ella representó a Ucrania en los Juegos Olímpicos de Londres, en 2012. Luego se casó con Zapata y ambos estuvieron en Río de Janeiro 2016, en este caso representando a Argentina. Desde hace unos años viven en Kiev. Obviamente, los pasajes para este martes ya no cuentan y por ello, mientras se pueda, seguirán alojados en el hotel del Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard), en Buenos Aires.

“Todavía no puedo creer que esté pasando esto”, le dice Khokhlova, de 32 años, a la Agencia DIB. “Estoy acá, todo está tranquilo, la gente sigue su vida, pero allá… Mi familia, mis amigos, me dicen lo que está pasando. A veces se ponen muy tristes, otras veces me pongo a llorar yo. Es mi casa, vivo ahí. Allá quedaron mi departamento, mis cosas, gente cercana”.

Instalada en Kiev desde hace unos pocos años, Khokhlova y su familia son de una pequeña ciudad de Donetsk. El pasado 21 de febrero, como antesala de la invasión que se produjo tres días más tarde, el presidente ruso Vladimir Putin reconoció la independencia de la separatista República Popular de Donetsk y anunció el envío de tropas. “Para mí esto es como un ‘déjà vu’”, sintetiza Khokhlova.

Es que en 2014, en medio de la caída del presidente ucraniano Víktor Yanukóvich y la secesión y anexión rusa de Crimea, en Donetsk manifestantes prorrusos tomaron el edificio del gobierno y declararon la independencia que Moscú reconoció este 21 de febrero, casi ocho años después. En aquel 2014 hubo, de un lado, un cuestionado referendo que “convalidó” la independencia. Y del otro, respuesta militar por parte de Ucrania. “Es la segunda vez que está pasando esto”, dice Khokhlova resignada. “No lo puedo creer, parece una película”.

A propósito de este “déjà vu”, Khokhlova habla de 2014: “Había mucha gente que quería independizarse de Ucrania, pero mucha otra gente no. Mi mamá, mi familia, muchos se quedaron allá porque no tenían otra opción, no podían dejar todo e irse a vivir no sé a dónde. Yo me fui porque compitiendo para Ucrania sí tuve la posibilidad. Tomé la decisión y dejé todo; mi departamento sigue allá, en Donetsk”.

Iryna Khokhlova representó a Argentina en los Juegos Olímpicos de 2016 y en los Panamericanos de 2019. – COA –

Khokhlova rechaza todo el tiempo la injerencia rusa. “Venían muchas provocaciones, le llenaban la cabeza a la gente. Y ahora dicen que Ucrania atacó Donetsk. ¡Mentira! Ucrania estaba defendiendo su territorio”. Y agrega: “Quisieron hacer un referendo. Vos sabés: en una semana no podés hacer un referendo, no pueden imprimir papeles, ‘¿querés o no querés?’, vamos a votar. Así no se hace”, opina respecto de la consulta que “convalidó” la independencia que ahora reconoce Moscú, “una declaración de guerra”, según occidente. “No puede ser que Rusia venga y se meta porque hay gente que quiere. ¿Por qué todos tenemos que aceptar esto?”.

A la distancia

Ocho años después de 2014, la historia se repite para Khokhlova, aunque esta vez a la distancia. “Veinte días atrás, cuando las noticias decían ‘Rusia va a atacar’, hasta el último momento no lo creí. Además, la misma Rusia decía: ‘No vamos a atacar’. Y mirá: a las 4 de la mañana, así, como un cobarde, atacó. La verdad, no sé cómo puede terminar esto, porque ahora Rusia no se puede ir; si lo hace es como si hubiese perdido. Y si se va, ¿qué?: dice ‘Perdón, nos equivocamos’”.

Consumada la ofensiva rusa, Khokhlova busca una respuesta desde hace casi veinte días. “Pensábamos que esto podía durar dos o tres días, pero ya pasaron más de dos semanas y la nadie puede decir qué va a pasar, cuánto va a durar”. Mariúpol, ubicada a poco más de 100 kilómetros de Donetsk, es una de las ciudades que ha sufrido las peores hostilidades. De hecho, la semana pasada el ataque a un hospital pediátrico generó repudió internacional y dio lugar a versiones cruzadas entre Ucrania y Rusia. “Sé que la están pasando muy, muy mal. Es un desastre, muy triste”, dice Khokhlova.

Y una vez más intenta encontrar una explicación. “La verdad, no sé qué pensaron ni por qué hicieron esto. Ellos [por Rusia] dicen que la OTAN, que Estados Unidos, que Europa… Pero nosotros no estamos en Europa, no estamos en la OTAN. Queremos entrar a la OTAN, sí, pero para entrar a la OTAN pueden pasar diez años. Y por si acaso, atacaron, porque en algún futuro podemos entrar. Perdoname: es un genocidio”.

Su lugar

Khokhlova sigue la guerra desde Buenos Aires, sin noticias de un hermano que está en Donetsk. “Le escribí, le llegan los mensajes, pero no me responde. En Donetsk mucha gente tiene miedo de hablar, los controlan, y como yo estoy en Ucrania, quizá por eso no quiere responder. Espero que esté todo bien, pero por ahora no responde”.

El “yo estoy en Ucrania” tiene una explicación. “Para mí, Donetsk es Ucrania, pero ahora está ocupada por Rusia. Ojalá las cosas puedan volver a como estaban antes, pero puede ser que Donetsk quede como una república independiente”, grafica. “Yo siento que Donetsk es mi casa y siempre me gustaría volver, pero solo si es parte de Ucrania. Amo a esa ciudad. Cuando estaba allá, no quería vivir en Kiev. Ahora vivo ahí porque no hay otra opción, porque quiero vivir en Ucrania. Pero siempre tengo una pequeña, chiquita esperanza dentro de mí, de que podamos volver a Ucrania, como antes, y podamos volver todos a nuestra casa en Donetsk”.

Iryna Khokhlova representó a Ucrania en Londres 2012, donde finalizó en el décimo puesto. – IOC/David Burnett –

En Kiev, Khokhlova y Zapata viven en un edificio. Al igual que sucede aquí, los vecinos tienen un grupo de chat. “Escribieron que por ahora estaba todo bien”, informaron los pocos que quedaron. “Como mucha gente se fue, ellos van controlando los departamentos para que no roben. Porque como en todos lados, hay gente que se aprovecha y busca quién dejó sus casas para abrirlas y robar”, suma Khokhlova a la invasión. Y contextualiza: “Todo el tiempo escuchan que pasan aviones, que explotan bombas, las sirenas… Sé que cerca, a un kilómetro y medio, cayó una bomba en una casa, no sé si había alguien o no. Pero sí, pasan cerca, pasan cerca”.

Deportistas rusos sancionados

Dentro de la batería de sanciones que Occidente aplicó a Rusia, las federaciones deportivas no fueron una excepción. Por citar, las medidas más resonantes llegaron desde la FIFA, que dejó a Rusia sin la posibilidad de clasificarse para la Copa del Mundo de este año, y desde el Comité Olímpico Internacional (COI), que recomendó prohibir la participación de deportistas rusos y bielorrusos en eventos deportivos.

Por estos días, Khokhlova no ha tenido contacto con deportistas rusos. “Están todos callados, no dicen nada. Sé qué muchos están en el Ejército y además Rusia agravó sus leyes. Por hacer un posteo en Instagram, o protestar, te pueden poner en prisión. Siempre fue así, pero ahora mucho más duro. Por eso, los ucranianos nos queremos liberar de esas cosas. Rusia dice que nosotros somos países hermanos. No, no es así: Rusia tiene un líder dictador”.

Khokhlova no comparte las quejas de aquellos deportistas que no pueden competir. “No los puedo entender. Ellos están entrenando tranquilos, siguiendo sus rutinas. No pueden competir, sí, pero también tienen que entender que su país está atacando a otro país, que los mismos atletas hombres de Ucrania están con armas en la mano y ni piensan en entrenar. Y si bien otros sí podrían entrenar, por ejemplo, en Mariúpol destruyeron todo”.

Y cuenta el caso de una amiga de ella, también representante del pentatlón moderno, que en estos días pudo dejar Ucrania para competir en una Copa del Mundo. “En las últimas semanas vivió en un sótano, solo le interesaba sobrevivir, no pensaba en entrenar ni nada”.

En shock

Cuando el 24 de febrero Rusia invadió Ucrania, “nosotros nos quedamos acá, en shock. En poco tiempo viajábamos a casa y ahora no sabemos cuándo vamos a poder volver”, le cuenta Khokhlova a la Agencia DIB. En Buenos Aires ella estaba entrenando para competir en la Copa del Mundo que este mes se realizará en El Cairo. Sin embargo, no viajará a Egipto. “Por cómo está la situación, obviamente Ucrania no me puede pagar el pasaje. Pero si viajo, en Europa no tengo dónde quedarme. Acá dentro de todo está el Cenard, donde puedo hospedarme y tengo para entrenar. El entrenador de Ucrania me dijo que me quede. Además, en caso de que aparezca un lugar para hospedarse en Europa, mejor que lo ocupe algún atleta que necesite salir de Kiev, que necesite tener un lugar dónde quedarse”.

Sin calendario competitivo claro por delante, Khokhlova no pierde sus esperanzas de competir para Ucrania en París 2024, en los que serían los terceros Juegos para ella. Pero ese tema ha quedado en un segundo plano. Mientras tanto, la atención está puesta en lo que pasa en su país.

“Después de todo lo que ha pasado con Crimea, Donetsk, Dombás, la gente ucraniana se ha unido mucho y Rusia no esperaba tanta resistencia. Ellos pensaron que iba a ser como Crimea o Donetsk, que los íbamos a esperar con los brazos abiertos. Eso no pasó, la gente se ha unido mucho contra ellos y ahora ellos no saben qué hacer”.

La primera argentina

En pleno conflicto de 2014, Iryna Khokhlova dejó todo en Donetsk y se trasladó a la capital Kiev, donde vivió aproximadamente medio año. Por entonces ya había iniciado una relación con Emmanuel Zapata, además de deportista, integrante del Ejército argentino. Khokhlova vivía en una pensión, lejos de su familia: “En Kiev no tenía nada”. Además, no podía compartir mucho tiempo con su compañero; los compromisos de Zapata en Argentina los mantenían distanciados.

Las autoridades ucranianas no le permitían a Khokhlova representar a su país viviendo en Argentina. Es que con competencias en Europa resultaba un sinsentido costear traslados desde Sudamérica. “No tenía otra opción: terminar con Emmanuel para seguir representando a Ucrania, o tener que casarme con él y estar en Argentina”.

Khokhlova, que había sido décima en los Juegos Olímpicos de Londres representando a Ucrania, pasó a competir por Argentina. Y así en Río de Janeiro 2016 se convirtió en la primera deportista argentina en representar al país en el pentatlón moderno de unos Juegos Olímpicos. Finalizó 27ª.

Por su parte, Zapata fue 30º en una prueba en la que Argentina no tenía representación desde Roma 1960.

Pentatlón moderno

Creado por el precursor de los Juegos Olímpicos modernos, el barón Pierre de Coubertin, el pentatlón moderno se sumó al programa olímpico en Estocolmo 1912. Combina esgrima, natación, tiro, carrera a pie y salto ecuestre. Sin embargo, y a partir de sucesos que tuvieron lugar en Tokio 2020, relacionados con maltrato hacia los caballos, de cara a Los Ángeles 2028 la Federación Internacional debe elegir una disciplina que reemplace los saltos. (DIB) GML

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí