Cáncer de cuello de útero: nueve de cada diez casos se pueden prevenir

La principal causa de la enfermedad es el Virus del Papiloma Humano (VPH), que se transmite por contacto directo durante la actividad sexual.

El cáncer de cuello de útero, también denominado “cáncer cervical” o “cáncer de cérvix”, es una enfermedad definida por el crecimiento anormal de células tumorales en los tejidos del cuello uterino. Con la realización de un control ginecológico anual, el 93% de los casos se pueden prevenir.

La principal causa del cáncer de cuello uterino es el Virus del Papiloma Humano (VPH), que se transmite por el contacto directo durante la actividad sexual. “La mayoría de las personas sexualmente activas van a contraer VPH en algún momento de su vida y ni se van a enterar. No es una infección que cause sintomatología. Lo más frecuente es que termine desapareciendo espontáneamente y solo un pequeño grupo de pacientes produzcan cáncer de cuello uterino”, explicó Carlos Silva, médico especialista en oncología y coordinador del Área Psicosocial de LALCEC y agrega: “Por lo general, la infección aparece al final de la adolescencia y al comienzo de los 20 años”.

El VPH puede causar cáncer porque se mete dentro del ADN del epitelio, de las células superficiales del cuello uterino. “Se intercala con el ADN de las células, lo hace para producir más virus.  Usa la maquinaria de la célula para fabricarse a sí mismo”, aclaró Silva. 

Puede producir cambios en algunas regiones del ADN que inducen aparición de mutaciones que llevan finalmente al cáncer. Es decir, si se intercala y produce un ADN anómalo, termina transformándose en cáncer.

Precauciones y cuidados

Son importantes las conductas que permiten la disminución de la exposición a los agentes carcinógenos como, por ejemplo, tener hábitos sexuales saludables: protegerse. Silva detalla que es fundamental “usar métodos de barrera como profilácticos”.

Para prevenir el cáncer de cuello de útero, se debe consultar al ginecólogo periódicamente y realizar un Papanicolau (PAP), colposcopía y test de ADN del VPH anual. Si hay cambios vinculables con el Virus del Papiloma Humano, se determinará cuál es el tipo que la paciente tiene: el VPH es un grupo de más de 150 virus. Se recomienda que se realicen el PAP todas las mujeres a partir de la primera relación sexual y especialmente aquellas entre 35 y 64 años. Además, se puede hacer el Test de VPH desde los 30 años.

También se indica que tanto las niñas como los niños de 11-12 años reciban 2 dosis de la vacuna contra el VPH y eso los protegerá mayormente de cualquier cáncer causado por este virus. En el caso de los jóvenes de entre 13 y 26 años que no se hayan dado la vacuna o que no tengan todas las dosis, también se aconseja su aplicación.

“La vacuna le muestra al sistema inmune propio que hay una proteína que es ajena al mismo. El virus trae esa proteína con él: cuando intenta entrar al organismo, el sistema inmune lo destruye y no permite que el virus entre en contacto con el ADN y pueda producir esa transformación al cáncer. Sensibiliza contra un elemento que es ajeno al organismo y hace que el sistema inmune lo destruya”, clarifica Silva.

El profesional subraya que tener la vacunación no implica que las pacientes no se deban hacer el PAP y la colposcopía. Asegura que, si bien la vacuna disminuye la aparición del cáncer de cuello uterino, no la anula. Con lo cual, la paciente no queda exenta de hacerse controles. (DIB)

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