Una marcha en reclamo de la “democratización de la justicia” se realizó esta tarde frente al Palacio de Tribunales en la ciudad de Buenos Aires, promovida por organizaciones sindicales, sociales, dirigentes, funcionarios del Poder Judicial y juristas, donde se pidió la “renuncia” de los jueces de la Corte Suprema.
Los manifestantes se encontraron en la Plaza Lavalle, sobre la calle Talcahuano al 600, donde habla uno de los promotores de la manifestación, el juez del Tribunal Oral Criminal 29, Juan María Ramos Padilla.
El magistrado arremetió contra “los delincuentes con toga”, criticó a los jueces del alto tribunal y dijo “no quieren que entren los morochos al Poder Judicial”.
“Cuando el pueblo está unido no lo pueden vencer. Yo les pregunto qué les pasa a los jueces que van a comer con los empresarios a los restaurantes más caros. ¿Cuándo van a comer con el pueblo? ¿Cuándo van a comer con Milagro Sala? ¿Cuándo se van a ocupar de los héroes de Malvinas?”, dijo.
Ramos Padilla apuntó también contra los camaristas Pablo Bertuzzi y Leopoldo Bruglia, nombrados por traslado por Mauricio Macri y sostenidos en la Cámara Federal por un fallo de la Corte. A ellos los llamó “jueces de la mafia”.
Pero la lectura del documento político central estuvo a cargo de dos actrices, Cristina Banegas y Luisa Kuliok, de reconocida militancia kirchnerista. Las dos estuvieron en diciembre en la cena con Cristina Fernández.
“Exigimos que esta Corte se vaya”, dijo Kuliok en un encendido discurso desde el acoplado que funciona como escenario, en la Plaza Lavalle, frente al Palacio de Tribunales.
La intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, y el exvicepresidente condenado por el caso Ciccone, Amado Boudou se sumaron también a la manifestación contra la Corte Suprema. Llegaron con el acto ya empezado.
Boudou, que no consiguió que el máximo tribunal hiciera lugar a sus planteos, es un asiduo denunciante del “lawfare”. El exvicepresidente se ubicó en un lugar central, en medio del escenario, junto a Luis D’Elía.
Pero sus críticas centrales fueron contra los jueces de la Corte. “Algunos les dicen supremos. Yo les digo atorrantes. Son delincuentes”, afirmó.
Luis D’Elía, uno de los promotores centrales del acto, fijó en un tuit cuál es, para él, el objetivo del acto: “exigir la renuncia de los cortesanos”. Entre los organizadores hay otros que se presentan con consignas más abstractas y menos beligerante, como “el fin del lawfare” y la “democratización de la Justicia”. D’Elía fue de los primeros en llegar. Se ubicó cerca del escenario y ahí esperó la entrada de la columna de su partido, Miles.
El día elegido para la marcha contra los jueces de la Corte Suprema fue el primero de actividad judicial del año, después del receso por la feria judicial de enero. Los cuatro ministros del tribunal tenían previsto reunirse hoy, pero finalmente, por un problema de agenda de uno de ellos, pospusieron el encuentro para mañana. Juran que nada tuvo que ver la marcha, que dicen que nos les preocupa. “Es una muestra de impotencia”, se sonreían esta mañana en el despacho de uno de los ministros, donde destacaban que el Gobierno no tiene siquiera los votos en el Congreso para pensar en nombrar un nuevo juez y por eso no envió una candidata en reemplazo de Elena Highton, que renunció en octubre pasado.
Las tres principales consignas del acto son el repudio al desempeño de la Corte y sus miembros, el reclamo contra la impunidad y el fin del “lawfare” o la “guerra judicial” con fines políticos. (DIB)