Brillo, color y playas en Gualeguaychú

La ciudad de Entre Ríos vibra cada verano con sus atractivos. Desde los ríos para refrescarse a la fiesta del carnaval.

El color, brillo y alegría de los carnavales, tras un año de inactividad por la pandemia del coronavirus, convocan durante enero y febrero a disfrutar de la temporada turística en varias ciudades de Entre Ríos. Sin embargo, cuando se trata de plumas y música, la mayoría piensa en Gualeguaychú y su conocido Carnaval del País. Pero el Parque Unzué, la pesca, el deporte aventura, un circuito histórico-cultural y una noche muy divertida, también son parte de esta ciudad entrerriana ubicada sobre la ruta nacional 14.

El día en la ciudad puede comenzar muy temprano, con algún paseo en barco para hacer una actividad náutica o simplemente por uno de los atrapantes balnearios. Rodeada por los ríos Gualeguaychú y Uruguay, además de sus vertientes, las costas tienen playas de arena y bosques, de orillas pobladas de sauces y ceibos que cautivan al turista y lo relajan del estrés diario. 

Una de las clásicas opciones, y que no deben dejar de visitar, es el Balneario Camping Ñandubaysal. Desde Gualeguaychú, cruzando el Puente Méndez Casariego, atravesando el Parque Unzué y completando unos 15 km por ruta Nº 42, se llega hasta este lugar de playas amplias y agua calma. La particularidad de este balneario, que cuenta con todos los servicios en sus 35 hectáreas y con lugar para mil carpas, es que uno comienza a meterse en el agua y debe caminar unos 50 metros para que recién se nos moje la cintura. Ideal para familias y chicos, que el piso sea de arena y sin pozos es una ventaja sobre otros ríos donde uno debe ir esquivando piedras y pisando con mucho cuidado.

Otras opciones, pero sobre ambos márgenes del Río Gualeguaychú, son los balnearios Norte, Parador Morena, Punta Sur, Costa Alegre y Papaya. La mayoría de los paradores ofrece alquileres de sombrillas, reposeras, parrillas, confitería y actividades recreativas. Y para los más jóvenes, debido a la movida y la música que acompaña todo el día, está Solar del Este, con sus 200 metros de playa a pocas cuadras del centro.

Un poco más alejado, a unos 15 minutos en auto, está Puerta del Sol, también sobre el Río Gualeguaychú. Con una entrada de 50 pesos el auto, este camping tiene ambiente familiar, espacios verdes con frondosa arboleda y playas con agua algo más profundas. Canchas de fútbol, vóley y espacios para hacer un buen asado, acompañan este lugar que cuenta con un parador para los que no se inclinan por la cocina propia.

Hay playas para estar en familia y otras para los más jóvenes. (Turismo de Gualeguaychú)

A recorrer

La ciudad ofrece distintas actividades náuticas, entre deportes acuáticos y pesca deportiva. Hay empresas que hacen paseos en velero, incluso nocturnos. Excursiones en catamarán, en lancha, alquiler de canoas, kayaks y avistaje de aves en la ribera conforman las opciones de turismo aventura. Desde el Balneario Norte o desde el puerto local, se pueden realizar paseos por las aguas del río Gualeguaychú y llegar a conocer la Isla Libertad -que fue de Justo José de Urquiza-, en medio de espectaculares paisajes costeros.

Para las tardes que uno no elija hacer playa o que el tiempo no acompañe tanto, el Parque Unzué, frente a la ciudad y sobre el río Gualeguaychú, es un sitio ideal para las actividades al aire libre en sus extensas 116 hectáreas. Pero también se puede apostar por lo histórico-cultural. El Teatro Gualeguaychú, inaugurado en 1914 con la ópera Aída de Verdi y en el que alguna vez actuó Carlos Gardel, es una visita obligada. A esto hay que sumar la imponente Catedral San José, cuya piedra fundamental se colocara en 1863 y el sólido edificio del centenario Instituto Magnasco -fundado por dos mujeres de 20 años en 1898- con los tesoros artísticos y bibliográficos que allí se guardan.

Gualeguaychú también cuenta, entre su variada oferta de museos, con uno dedicado exclusivamente a la historia del tren. Fue inaugurado el 24 de noviembre de 1984 y ha pasado por varias etapas, pero a partir de la reinauguración en 2007 tuvo un fuerte impulso con la creación de una biblioteca ferroviaria.

Las carrozas desfilan cada noche por el corsódromo. (Turismo de Gualeguaychú)

Noche de glamour

Cada fin de semana de verano, el Carnaval del País, la fiesta a cielo abierto más grande de la Argentina, se destaca con una puesta en escena de plumas, disfraces, luces, elegancia, alegría y energía.
La edición 2022, que tendrá lugar los fines de semana hasta el 28 de febrero, mostrará a las cinco comparsas compitiendo por el trono por primera vez, con 250 integrantes cada una. Se presentarán todos los sábados de enero y febrero y el fin de semana del 26 al lunes 28 de febrero.

El Corsódromo fue construido en la vieja estación de la ciudad. El despliegue de carrozas, bailarines y músicos que interpretan distintas temáticas ecológicas, sociales y humanitarias, contagian al turista que se anima a bailar al ritmo de las agrupaciones Kamarr, Marí Marí, Ara Yeví, Papelitos y O’Bahía.

Durante más de una hora, cada comparsa recorre la calle “iluminada” por el Dios Momo. Cientos de esculturales bailarinas (y para ellas también hay bailarines) se mueven y cantan al ritmo de la contagiosa música sobre el cemento o bien encima de las majestuosas carrozas que tienen en algunos casos más de 15 metros de altura. Ritmo de Brasil, atravesado por la murga uruguaya y las reminiscencias de las plumas de Corrientes, Gualeguaychú edificó un show con sello propio, distintivo y que supo convertirse en el “Carnaval del País”.

La fiesta termina cerca de las 3 de la mañana y a partir de allí algunos optan por una vuelta por el casino temático inspirado, obviamente, en el Carnaval, aunque los más jóvenes se reúnen en la cautivante costanera a tomar algo para luego ingresar a un boliche. La movida nocturna permite disfrutar también de varios pubs y boliches que durante el verano alcanzan su pico de mayor esplendor. (DIB) FD

*Nota publicada en el suplemento De Viaje

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