A un año de las primeras vacunas contra el coronavirus administradas en el mundo, la inequidad en el acceso a las inmunizaciones ensombrece una de las campaña de vacunación más importantes de la historia.
A nivel global se distribuyeron más de 8.200 millones, aunque de forma desigual con unos 73 países de bajos ingresos, más de la mitad en África, que no van a lograr una cobertura del 40% de su población para fin de 2021; mientras los más ricos ya analizan una cuarta inyección de refuerzo.
El 8 de diciembre de 2020 la británica Margaret Keenan fue inoculada con el fármaco de Pfizer/BioNtech en lo que por entonces los funcionarios sanitarios llamaron el “Día V”, un juego de palabras con el “Día D”, como se conoce el desembarco de Normandía que permitió el avance posterior de los aliados durante la Segunda Guerra Mundial.
Tan solo ocho meses después de decretado el inicio de la pandemia, la imagen de la mujer se convirtió en símbolo de esperanza como la primera persona que empezó a ser inmunizada en Occidente, en una noticia de repercusión global que tuvo como dato de color el nombre del segundo vacunado: William Shakespeare, fallecido en mayo de este año.
Tres días antes, el 5 de diciembre, Rusia ya había empezado una campaña de inoculación en Moscú con menos dosis y menos prensa, mientras que China tuvo el lanzamiento oficial de su operativo el 15 de diciembre del año pasado, de acuerdo a la agencia Xinhua.
Desde entonces se administraron más de 8.200 millones de dosis en el planeta, de acuerdo con sitios especializados como Our World in Data de la Universidad de Oxford y la Universidad Johns Hopkins, aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula poco más de 8.000 millones.
Donde los datos coinciden es en la inequidad en el acceso a estos fármacos: cerca del 55% de la población del planeta recibió al menos una dosis de alguna de las vacunas, pero ese promedio baja al 6% si se consideran solamente los países de ingresos bajos.
“Ya se administraron más de 8.000 millones de dosis en lo que es la mayor campaña de vacunación de la historia. Pero todos sabemos que este increíble logro se ha visto empañado por una terrible desigualdad”, resumió esta semana el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
La agencia sanitaria de la ONU puso como meta que al menos el 40% de la población de todos los Estados hayan recibido una inyección para fines de este año, algo que 73 países (44 de ellos en África) no están en camino de alcanzar, de acuerdo a la última proyección de Our World in Data (fuente de la que Google saca los datos para las búsquedas).
Por el contrario, las naciones que tuvieron un mayor acceso a inoculantes ya iniciaron la administración de terceras dosis e incluso algunos como Israel ya analizan la posibilidad de otorgar un cuarto refuerzo.
En paralelo, la iniciativa para suspender temporalmente las patentes de las vacunas contra el coronavirus, presentada en octubre de 2020 en la Organización Mundial del Comercio (OMC), sigue frenada por decisión de un pequeño grupo de países industrializados.
La alarma que genera la aparición de nuevas variantes como Ómicron, en parte motivada por este acceso desigual a los inoculantes, puede provocar una brecha aún más grande como muestran distintas medidas que apuntan a avanzar con la inoculación en menores de edad y hasta la vacunación obligatoria. (DIB)
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