Trabajadores textiles de una cooperativa ubicada en la localidad de Wilde, partido bonaerense de Avellaneda, buscan evitar que se produzca el desalojo de la fábrica, previsto por la Justicia en las próximas horas, y piden que “se puedan salvar los puestos de trabajo”.
Se trata de 84 costureros de la Cooperativa de Trabajo Nueva Generación Limitada, ubicada en Méndez 671, de Wilde, en el partido de Avellaneda.
“Nos quieren desalojar porque nos hicieron un juicio en el año 2011. Compramos el predio en 2005 de modo informal, aparecieron familiares herederos del predio que no existían y ahora nos quieren desalojar”, dijo a la agencia estatal Télam Alicia Gutiérrez, presidenta de la Cooperativa de Trabajo Nueva Generación.
Según informó Gutiérrez, el juez en lo comercial Pablo Bocaccia ordenó el desalojo de los trabajadores cooperativizados de Wilde.
“Vamos a resistir el desalojo porque es nuestro lugar de trabajo”, advirtió la presidenta de Nueva Generación y agregó: “Somos 84 familias costureras, con nuestro comedor y nuestro jardín maternal y para nosotros la fábrica y el trabajo es todo”.
Intervención
La titular de la cooperativa solicitó la intervención de las autoridades del Gobierno bonaerense para que “nos ayude para que la Justicia revea la decisión y salvemos el trabajo de 84 familias” ya que, “si se concreta el desalojo, seremos 84 familias en la calle”.
“Acá no hay Justicia, porque a esta Justicia no le importan los trabajadores, las familias, y los niños que están en la guardería”, dijo Gutiérrez y pidió la “solidaridad activa de los hermanos de otras cooperativas, el apoyo gremial que banca el cooperativismo, a los legisladores del campo popular, a los funcionarios municipales sensibles y a los movimientos sociales para salvar las fuentes de trabajo”.
La cooperativa de Trabajo Nueva Generación nació en Wilde en 2005, y se instaló en un espacio que antes era un basural en Méndez al 671. Además de la fábrica, funciona un jardín maternal para 100 niños, y una escuelita de apoyo escolar y de género.
Según contó Alicia Gutiérrez en una entrevista anterior, tras adquirir el boleto de compra y venta, los trabajadores se instalaron y comenzaron a producir y pagar servicios e impuestos. Sin embargo, 6 años después “vino un abogado a decir que un tal Guillermo Perugini había comprado el espacio y en 15 días tenía título de propiedad”.
“Así comenzó nuestro peregrinaje en el parlamento para pedir la expropiación que logramos en el 2012 y que duró hasta el 2017. Se cayó porque la provincia de Buenos Aires (durante el mandato de María Eugenia Vidal) no lo pagó y volvimos al juicio”, lamentó la titular de Nueva Generación. (DIB) MM
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