Con mucho color, ruido y sin barbijos ni protocolos, los jóvenes vivieron su UPD

Con controles policiales aunque sin respetar las recomendaciones por la pandemia, los adolescentes tuvieron su tradicional festejo.

Los jóvenes coparon las plazas de varios municipios. (Archivo)

Con bengalas, bombas de estruendo, cánticos pero casi son barbijos ni protocolos pese a la pandemia de coronavirus, los jóvenes que empiezan a cursar su último año de secundario coparon plazas y escuelas de diversas ciudades bonaerenses. Con controles policiales en algunos municipios y bajo la mirada atenta de padres en otros, los adolescentes vivieron el ya tradicional Último Primer Día (UPD), que este año despertó aún más polémica por el peligro de contagios de Covid-19 entre jóvenes.

En La Plata, una de las ciudades que desde hace años se celebra el UPD, los chicos coparon primero el ingreso a sus escuelas para después trasladarse a Plaza Moreno, frente a la catedral. Allí, cientos de estudiantes del secundario la gran mayoría sin barbijos ni, obviamente, respetando el distanciamiento social celebraron el regreso a las aulas.

Lejos de acatar las recomendaciones del Municipio y otros organismos, quienes pidieron postergar y hasta suspender este tipo de festejos para evitar la generación de focos de contagio de Covid-19, los estudiantes se congregaron desde muy temprano, rodeados de bengalas y bombas de estruendo, lo que despertó el enojo de muchos vecinos.  

También en Junín los jóvenes tuvieron sus horas de festejo, tras un año sin concurrir a las escuelas. Plazas, casaquintas particulares, y aún el Parque Natural Laguna de Gómez fueron los diversos escenarios elegidos por los chicos para el festejo, todo en medio de un dispositivo del Gobierno local para vigilar que todo aconteciera dentro de los márgenes permitidos. Según contó el diario La Verdad, fueron alrededor de 2.000 los estudiantes que festejaron el UPD y de acuerdo a las autoridades consultadas no se tuvo que “lamentar inconvenientes”.

En Tres Arroyos, la reunión más grande se realizó en la plaza San Martín, donde desde anoche se encontraron estudiantes de diferentes instituciones educativas, a la espera de que se haga el horario de ingreso a clases. De acuerdo al diario La Voz del Pueblo, el UPD se realizó sin incidentes, aunque tanto los barbijos como el distanciamiento social no dijeron presente.

Cientos de estudiantes bahienses, en tanto, se juntaron en la intersección de Rosario y Cuyo, alrededor del monumento a Cesar Milstein, para comenzar de noche el festejo. Aunque no hubo escenas de descontrol, sí se decomisó una importante cantidad de bebidas alcohólicas, se informó. Ya pasadas las 6 de la mañana, los jóvenes fueron hacia Plaza Rivadavia para esperar el ingreso a clases, todo bajo un estricto control policial.

En Mar del Plata, las autoridades también habían recomendado a los jóvenes que no se realicen estos festejos por la pandemia, aunque no fueron escuchados. Más allá de esto, la noche fue tranquila y se dieron dos grandes lugares de concentración: Plaza España y Parque San Martín. Hubo un solo incidente reportado donde un automovilista atropelló, a baja velocidad, a los jóvenes que estaban en la puerta de un colegio: una adolescente resultó con heridas leves.

Mientras que en Olavarría, donde hubo reuniones en quintas además de en plazas, tampoco hubo problemas, aunque como en la mayoría de las ciudades no se respetaron los protocolos ni el distanciamiento social.

El UPD es un festejo colorido del primer día del último año de la secundaria. Abarca a alumnos de quinto año de los bachilleratos y sexto año de las técnicas. La costumbre arrancó en las provincias de Mendoza y San Juan y se trasladó en la última década a la ciudad de Buenos Aires y a La Plata. Luego se fue extendiendo a otras ciudades del interior bonaerense y ya ahora es un clásico de la juventud. (DIB) FD