Razones para perderse por las calles de Seúl

La capital de Corea del Sur es un sitio que mezcla muy bien lo moderno con las tradiciones. Barrios para todos los gustos.

Pese a que siempre sobre sus espaldas sobrevuela un posible conflicto, Corea del Sur es, el destino más accesible de la península coreana, ofrece al viajero un abanico amplio de actividades con todo tipo de experiencias en una tierra con hermosos paisajes y 5000 años de cultura e historia.

Con una infraestructura moderna, si uno elige disfrutar unos días de Seúl, su capital, encontrará allí un lugar bullicioso, a la moda, pero también profundamente tradicional. Entre palacios y senderos de montaña, la ciudad combina de manera magistral lo antiguo y con lo nuevo, y a eso sazona con una gastronomía fantástica, una exuberante vida nocturna y una intensa actividad cultural.

La zona que se conoce como Gwanghwamun, por la majestuosa puerta del palacio principal del Gyeongbokgung y la plaza alargada que la precede, es un punto de referencia de la ciudad, así como un símbolo de la historia de Seúl durante la Dinastía Joseon. El tamaño del palacio y su esplendor han quedado muy mermados desde su apogeo en el siglo XVIII, pero el complejo palacial, en el distrito de Jongno-gu, ilustra sobre cómo se vivía en el poderoso corazón de la ciudad vieja. Los inmensos edificios del palacio están casi vacíos, lo que permite apreciar los ideales confucianos de frugalidad, sencillez y separación de sexos tanto en la arquitectura como en los jardines.

Perderse por entre las calles de la zona de Insadong, es un buen plan. Más allá de tener hermosos restaurantes para comer (también callejeros), este sitio está repleto de tiendas y ofrece opciones de ocio, galerías de arte y hay infinidad de artistas. Una de las mayores atracciones de Insadong es el Parque Tapgol, que cuenta con varios monumentos históricos y una pagoda que data del 1400. Insadong es también la entrada más interesante para llegar hasta la Bukcheon Village, uno de los lugares más pintorescos. Más allá de las Hanok (casas tradicionales), lo que le da un toque especial al barrio son las parejas vestidas con trajes tradicionales sacándose mil fotos.

Personas se toman fotografías en el parque Yeouido Hangang. (Agencia Xinhua)

Hacia el oeste de la ciudad, están Hongdae (alrededores de la Universidad de Hongik), Edae (alrededores de la Universidad Femenina de Ewha) y Sinchon (entre las universidades de Yonsei y Sogang), tres distritos jóvenes y creativos con pocos lugares tradicionales de interés pero mucha diversión y ocio para sibaritas. Todo dependerá de las ganas de estar cerca del ruido y rodeado de juventud. Los coreanos son artísticos por naturaleza y sobre todo aman cantar y bailar. Pasear por Hongdae va a ser una linda a tus oídos y tus ojos. El barrio se encuentra poblado de grupos de baile, bandas y artistas solitarios, cada uno demostrando lo que mejor saben hacer.

Namsan, la montaña guardiana de la ciudad, invita a caminar y a subir hasta su torre para disfrutar de la panorámica. Este parque suele ser una escapada romántica, ya que allí las parejas llegan con el propósito de dejar un candado prometiéndose el amor eterno. Lo ideal es no ir el fin de semana porque está abarrotado de gente. Mientras que el museo de la Muralla de Seúl permite descubrir seis siglos de historia, el arroyo de Cheong-gye-cheong brinda un respiro urbano en un paseo entre sus 22 puentes y sus orillas adornadas con obras de arte, que acogen celebraciones como el festival de faroles.

Finalmente, hay que dedicarle un tiempo a visitar los mercados locales, para conocer parte de la cultura local. Además, sirve para recortar gastos si uno viene con la billetera complicada. Uno de los mercados más conocidos es Gwangjang, con sus tiendas de ropa y telas de día, pero puestos del meokjagolmok (callejón de la comida) por la noche, que desprenden aromas exóticos y ofrecen exquisiteces gastronómicas como guisos y arroces con verdura. También se destacan otros mercados como Nandaemun (especializado en ropa y electrodomésticos), Dongdaemun (uno de los más completos) y Noryangjin (especializado en frutos de mar). En este último lo tradicional es comprar pescado fresco y llevarlo a los locales de comidas que se encuentran apostados a la salida del mercado y pedir que te cocinen lo que acabas de comprar. (DIB)

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