La Confederación Económica de la Provincia de Buenos Aires (Cepba) aseguró que desde el comienzo de la cuarentena se triplicó la cantidad de locales vacíos en la provincia de Buenos Aires, y actualmente 1 de cada 3 locales de los principales centros comerciales tiene las persianas bajas.
El número, que refleja como pocos el impacto de la crisis derivado de la pandemia del coronavirus, muestra que entre marzo y agosto se multiplicaron por tres los locales vacíos, un indicador de la velocidad del cierre de comercios, que ya venían afectados en los últimos dos años.
El presidente de Cepba, Guillermo Siro, aseguró que según un relevamiento realizado en toda la provincia a través de sus entidades asociadas se determinó que “se triplicaron la cantidad de locales cerrados que teníamos a febrero de este año”. Además, precisó que “esta situación se da en las principales del Conurbano. En el interior no fue tan grave, salvo en ciudades grandes como Mar del Plata y Bahía Blanca, pero también hubo una caída.
En concreto, si se toma como punto de partida el mes de febrero, entre marzo y agosto la cantidad de locales cerrados aumentó un 263%. Esto hizo, según el dirigente empresario, que en los principales paseos comerciales de la provincia el 30% de los locales estén vacíos.
Este número marca la velocidad de la crisis, y es sostenido por datos macroeconómicos publicados por el Indec, que marcó que en el segundo trimestre de 2020 hubo una caída del 22,3% del consumo privado. En tanto, los datos de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came) hablan de una baja del 26% de las ventas en octubre.
Los motivos de la crisis
Siro explicó a DIB que existen varios motivos que explican el récord de persianas bajas, junto con la explicable caída de las ventas. “Esto se da por el aumento de los costos fijos, que ha hecho que los comercios no pudieran trabajar por encima del punto de equilibrio, lo que provocó que muchos decidieran cerrar”, afirmó. En este punto, el dirigente empresario argumentó que el aumento de los gastos se explica en buena medida por las mayores medidas de salubridad adoptadas frente al coronavirus, como el traslado de trabajadores, entre otros. Además, pesó el pago de salarios -más allá de la ayuda de los ATP- durante el período en el que la actividad fue “0”.
En segundo lugar, Siro apuntó a el aumento de los servicios públicos: “Muchas empresas de servicios han facturado promedios de cuando la actividad estaba en marcha,y los locales estaban cerrados”. Finalmente, sostuvo que “muchos locales, fundamentalmente los de ropa, estaban preparados para la temporada de invierno y se perdió”. Esto provocó la “descapitalización” de muchas firmas -sobre todo las de venta de indumentaria-, impidiendo que puedan reponer sus mercaderías para la primavera-verano.
“Nos hemos descapitalizado y no tenemos recursos para cambiar a la próxima temporada ya que el financiamiento comercial prácticamente no existe: hoy se debe comprar a poco plazo o de contado. Antes, prepandemia existía el cheque como instrumento de financiamiento”, dijo el titular de Cepba. (DIB) JG