El fallecimiento de Joaquín Salvador Lavado, el maestro Quino, conmocionó no sólo al ambiente de la cultura como se suele decir en estos casos, sino a gran parte de la sociedad argentina. Es curioso pensar que un dibujante haya logrado que lo lloren generaciones enteras. Pero en el caso de Quino no entra el asombro ni la sorpresa: con sus tiras gráficas interpeló a miles de personas que lo siguieron durante años a través de diarios y revistas y se ganó el corazón de lectores y lectoras con Mafalda, su creación más icónica, entrañable y universal.
No obstante, los más afectados por esta pérdida, fueron quizás sus colegas dibujantes, que le tenían una estima singular. En su afán de homenajearlo y despedirlo, figuras como Tute, Rep, Max Aguirre y Liniers, por seleccionar a exponentes que asumen que tomaron su legado, alzaron sus lápices y tintas para decirle adiós al maestro a través de redes sociales y medios de comunicación.
Juan Matías Loiseau, “Tute”, escribió en sus redes una conmovedora carta para Quino y le dedicó un dibujo con una autorreferencia.
También Miguel Repiso, “Rep“, despidió a quien catalogó como su “segundo papá” con trazos originales y profunda ternura, al comparar a Quino con “El Principito”.
Ricardo Siri, “Liniers”, también le dijo adiós a su maestro y publicó en sus redes un boceto a lápiz en el que su personaje, Enriqueta, consuela a Mafalda en un abrazo. La obra terminada apareció además en la portada del diario La Nación.
Max Aguirre también expresó el dolor por la pérdida de Quino con una obra y escribió un sentido texto, en el que graficó la admiración que siempre le tuvo.
“Me queda en el tintero no animarme a hablarte cuando fuimos presentados hace años. Ahí debería haberte confesado que me recortaba las páginas de los domingos cada vez que encontraba alguna y también que me fui comprando una a una todas las Mafalda, esas con tapa de cartón de colores plenos, que admiro mucho tu enorme destreza narrativa, tu hondura reflexiva, tu oscuridad ácida sin pretensión de impacto rimbombante sino más bien con gesto de verdadera búsqueda existencial, que me asombran tanto tus chistes discursivos como tus ideas fuerza absolutamente visuales y gráficas y que cada vez que me toca transitar alguno de esos desiertos de sequía de ideas en donde uno siente que tal vez se le agotó la cantera de la creatividad, tus libros son cita obligada, para reencontrar el camino, para hacer que vuelva la chispa a las bujías esas, que cada tanto se empastan. Gracias por guiar sin saberlo y a la distancia, primero al pibe que fui y su berretín de dibujante y luego al tipo profesional que hoy soy y que cada vez que duda o se desorienta, acude a vos, a tu obra, para preguntarle por dónde seguir. Si hubieses cantado tangos te hubieses llamado Gardel y si se te daba por el fútbol, seguro que Maradona. Gracias Quino, es imposible pensar un solo trazo de los que hice, hago o haré sin que estés siempre presente. #maxaguirre#quino#mafalda“.