Un recorrido por viejos almacenes

Los centenarios almacenes de ramos generales de La Pampa, con sus paredes de ladrillo, mostradores de madera y estanterías hasta el techo, en un ambiente cargado de historia, anécdotas y nostalgias de los pueblos rurales, están al alcance del turismo mediante un circuito organizado por la provincia para cuando retorne la actividad.

Se trata de la Red de Almacenes de Ramos Generales, organizada por la Secretaría de Turismo pampeana e integrada por el momento por cinco de esos establecimientos, que se suman a los atractivos de su entorno, tanto urbanos como paisajísticos.

El “Almacén del Gallego”, en Ataliva Roca, y “La Moderna”, en General Acha, siguen con su actividad comercial; “La Florida”, en Arata, y “El almacén de Pepa”, en Intendente Alvear, son museos, y “Casa Falabella”, de Victorica, cerró sus puertas pero la familia propietaria permite visitas turísticas, previa coordinación con el municipio.
En el Almacén de Pepa se pueden ver las paredes de adobones de gran grosor -que también cubren la vereda- aberturas altas y persianas de chapa, todo en un marcado estilo italiano de principios del Siglo XX, que incluye patio, jardín de invierno y galpón de depósito. Este local fue donado al municipio por sus dueños, descendientes de los fundadores Antonio Pepa y Agustina Magini, y conserva aún mostradores de madera donde se servían copas al paso, y elementos de fraccionamiento de vino, entre otras piezas antiguas.

El Almacén del Gallego, que como su nombre lo indica proviene de la otra gran corriente migratoria europea, está en actividad, frente al Parque Municipal de Ataliva Roca y mantiene su estructura de 115 años, con paredes de ladillos a la vista, puertas dobles y un amplio ventanal, frente al cual había surtidores de combustible que fueron retirados hace años. Su primer dueño fue Santiago Obeso y ahora pertenece a Néstor González y su familia, que atiende sobre un mostrador de madera en “L” y delante de las estanterías que cubren las paredes hasta el techo, aún con los baúles donde guardaban azúcar, yerba, arroz y harina a granel; una antigua balanza y la prensa de correspondencia del local.

La Florida es un Centro Cultural y Museo Histórico de Arata. (Archivo)

Aires de inmigrantes

La Florida, abierta por la familia Norverto, que llegó de España entre 1910 y 1915, es ahora el Centro Cultural y Museo Histórico de Arata, luego que el municipio lo comprara a Félix Norverto, descendiente de los fundadores en 2001 con ese objetivo, entre otras razones por mantener su estructura edilicia sin alteraciones.

Las paredes son las de su última transformación, en 1924, junto al mobiliario de madera importada de Brasil en esos años y trabajada por un carpintero local que armó estanterías y mostradores que permanecen a la vista del visitante. Tiene tres salas -una de ellas en sótano- donde exponen objetos de ferretería, mecánica, despensa, peluquería, tanto de carácter histórico como del pueblo actual, entre ellos la primera camilla de partos del hospital local Arístides Granda.

En la esquina de las calles 16 y 19 de Victorica se encuentra Fallabella, construido en 1925 cuando esas arterias se llamaban Belgrano e Irigoyen, respectivamente, y mantiene sus paredes de ladrillo visto con estilo italiano, por haber sido construido por la familia Oses, de ese origen, que lo vendió en 1946 a Francisco Fallabella.
Ya fuera de actividad, conserva la estantería y el mostrador de madera, dos vitrinas, así como otras tantas balanzas de mostrador y una báscula para pesos mayores, junto a muebles y artículos de escritorio, donde vendía productos al por menor y suelto.

El caso de La Moderna, de General Acha, es actualmente un corralón de artículos de campo de todo tipo, que ofrece herramientas, máquinas, semillas, fertilizantes e indumentaria, y si bien mantiene su estructura y mobiliarios, es el que más ha modernizado su fachada.

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