La explosión de casos de Covid -19 que transformó al interior bonaerense de avanzada aperturista en foco de preocupación para las autoridades sanitarias de la provincia, registra algunos casos notables: hay un distrito que en solo 15 días vio crecer los casos un 12.700% en tan solo 15 días, mientras que otros, en general gobernados por intendentes “aperturistas”, registraron curvas el orden del 350 al 750%.
Los datos son oficiales: surgen de la evolución de casos que informa diariamente el ministerio de Salud bonaerense. La metodología computa los casos según el domicilio declarados de los afectados, por lo que a veces surgen algunas discrepancias con la información de los municipios, pero que no revierte la tendencia general: en el interior se están verificando las curvas de ascensos de casos más importantes.
De hecho, el 35,7% de los casos que se confirmaron hoy son “extra AMBA”, en un marco de “nueva normalidad” con un elevado número de contagios, que tiene a ubicarse en forma constante por encima de los 10 mil nuevos contagios diarios. En Conurbano está respondiendo a esa lógica de estabilización con muchos casos, pero en el interior sorprende no solo la aceleración de contagios, sino también el corto lapso en el que se produjo el fenómeno.
Uno de los casos llamativos es el de Mar del Plata. Ese distrito, el 11 de agosto tenía 850 casos, quince días más tarde 1560 y al 29 de ese mes registraba 3.507. La situación es de la que más preocupa a las autoridades no solo por el aumento diario, por encima de los 280 casos –La Matanza tiene 600 pero están estables- sino porque la ciudad tiene su sistema de salud exigido al máximo, pese a que fue reforzado con uno de los hospitales modulares que construyó Nación, el único instalado fuera del Conurbano.
Ahora, la ciudad, que estaba en fase 5, retrocedió desde el lunes a Fase 3, pero su intendente, Guillermo Montenegro (PRO) fue uno de los abanderados del “aperturismo”: Mar del Plata hizo punta con programas piloto para la vuelta al funcionamiento de bares y restaurantes, por caso, que ahora debieron ser rápidamente dejados de lado. La ciudad, además, funciona como centro de irradiación de contagios a distritos vecinos.
En Tandil sucedió algo similar: entre el 15 y el 29 de ese mes, los casos pasaron de 15 a 124, un 726,6% más. El distrito está gobernado por uno de los intendentes con más experiencia, el radical Miguel Lunghi, quien llegó a enfrentar abiertamente a las autoridades provinciales: “Vamos a tener que abrir” locales comerciales con o sin autorización del gobierno central, con el que sostiene una “mirada distinta” sobre la cuarentena.
Junín, en el noroeste de la provincia, es otro caso de suba precipitada: un 347,7% en la segunda quincena de agosto, cuando los casos pasaron de 44 a 197. El intendente Pablo Petrecca –PRO- había respaldado pedidos de su par Jorge Macri, de Vicente López, para agilizar aperturas, pero ahora tuvo que volver de fase 5 a 4. Un caso que llamó mucho la atención es el de General Viamonte, un pequeño distritos gobernado por el radical Franco Flexas: batió todos los récords a pasar aumentar un 12.700% los casos en un mes: pasaron de 1 a 128.
Otro distrito récord del interior –el segundo en aumento de casos- es Leandro Alem, pequeña localidad rural de noroeste, gobernada por Alberto Conocchiari, del Frente de Todos. Los casos allí pasaron de 1 a 17, lo que bastó para marcar una suba del 1.600%. Mar Chiquita, donde manda el peronista Jorge Paredi, experimentó un incremento del 413%, de 22 a 113 casos enm la segunda quincena del mes. (DIB)