La preocupación ante el incremento en la cantidad de casos de coronavirus hicieron que mucha gente decidiera posponer la consulta con un médico. Es así que desde el inicio de la cuarentena hubo una considerable merma en la realización de tratamientos y estudios de diagnóstico, lo que trajo aparejado un agravamiento de algunos cuadros clínicos.
Varias fueron las especialidades que sufrieron esta significativa caída en las consultas. Una de ellas fue la endoscopía digestiva que en los más de cinco meses de instaurarse el distanciamiento social vio reducida abruptamente la cantidad de prácticas realizadas.
Desde la Asociación Civil Endoscopistas Digestivos de Buenos Aires (ENDIBA) y la Federación Argentina de Asociaciones de Endoscopía Digestiva (FAAED) estimaron que desde el inicio de la cuarentena hasta la actualidad, la realización de este tipo de procedimientos disminuyó entre un 70% a un 90% en los centros médicos de distintos puntos del país como Buenos Aires, Mendoza, Córdoba y Neuquén.
“Hemos notado que desde marzo hasta ahora la realización de endoscopías digestivas cayó de forma drástica y esto desencadena un gran problema en aquellas personas que tienen enfermedades preexistentes o que presentan síntomas de alguna afección que necesita de los resultados del estudio para ser diagnosticada”, sostuvo el doctor Lorenzo Padin, Jefe de la sección Endoscopia del Hospital Durand y médico endoscopista del Sanatorio Las Lomas de San Isidro.
Posponer o abandonar un tratamiento puede ocasionar un serio daño a la salud de los pacientes. El cáncer de colon, por ejemplo, tiene una tasa de curación del 90 por ciento si se lo diagnostica en estadios tempranos, por eso es tan importante acudir a la consulta ante la aparición de los primeros síntomas.
“Si el paciente posterga el estudio y tiene indicaciones precisas de hacerse la endoscopía cuanto antes, está perdiendo un tiempo valiosísimo en detectar una patología que puede o no ser quirúrgica y no va a recibir el tratamiento oportuno en tiempo y forma, con los riesgos que eso implica”, subrayó Padin.
Si bien, durante la pandemia, hay un consenso de no realizar endoscopías de screening, es decir como testeo a una persona asintomática para el diagnóstico precoz del cáncer de colon, sí se la solicita en los casos en los que el cuadro clínico lo amerita. “Si nos encontramos con una persona que viene por una urgencia por la ingesta de cuerpos extraños, o viene con un sangrado, una anemia severa, o tenemos sospechas de que tiene un tumor, es necesario hacerle una endoscopía cuanto antes”, explicó.
Recaudos ante la pandemia
La demora en acceder a un tratamiento puede ser determinante en la evolución de algunas patologías. “La gente tiene miedo de salir de su casa y cuando llega a la consulta el cuadro muchas veces puede ser grave”, indicó el doctor Agustín Sequeira, Jefe del Área de Endoscopia del Servicio de Gastroenterología del sanatorio Julio Méndez.
A raíz de la irrupción del Covid-19, la endoscopía como tantos otros procedimientos médicos debieron readaptarse. Desde la correcta colocación de los equipos de protección personal, hasta los lugares en los que se realiza, todo debió reformularse en procura de garantizar que el estudio continúe con los estándares de calidad y seguridad que siempre supo tener.
“Hoy en día se han ideado muchas estrategias para minimizar riesgos. Por ejemplo, el lugar donde hacemos la endoscopía en algunos hospitales o clínicas cambió: pasamos de una sala tradicional donde podía haber varias personas, a un quirófano donde sólo están el médico, el anestesista, un asistente y el paciente”, contó el doctor Sequeira. (DIB/Vida y Salud Hoy)