En medio de un contexto complejo que combina la pandemia, la parálisis económica y un dólar alto, la mayoría de las operaciones y negociaciones de compraventa de inmuebles o alquileres de locales y oficinas se cierran con fuertes rebajas de precios.
Así se desprende de un informe elaborado por el Observatorio Inmobiliario de la Cámara Argentina de Servicios Inmobiliarios (Camesi), que indica que el 75% de los consultados aseguró que la baja en los valores de las propiedades a la venta ronda entre el 10% y el 20%. Mientras dos de cada diez vendedores señalaron que los descensos son del orden del 20% al 40%, un 5% sostuvo que no hubo cambios en los precios.
En tanto, en lo que respecta a la baja en el valor de los alquileres de oficinas y locales, casi la mitad de las empresas y agentes negociaron quitas del orden de entre el 10% y el 30% y la otra mitad mantuvo los valores, según el mismo informe.
Para el presidente de Camesi, Alejandro Ginevra, “estos porcentajes nos hablan de la complejidad por la que atraviesa el mercado, que es sensible a las incertidumbres económicas”. Y agregó: “La baja en los valores de los inmuebles responde a una necesidad real de cerrar operaciones por parte de los vendedores”.
Tal como informó DIB, tras un mayo con 407 operaciones, la actividad en la provincia de Buenos Aires arrojó durante junio un total de 1.899 compraventas, lo que representa una caída interanual del 70,7%, ya que en el mismo mes de 2019 se habían contabilizado 6.487 escrituras.
En este contexto, los créditos hipotecarios, la unificación del mercado cambiario y algún tipo de incentivo fiscal para inversionistas, fueron las variantes que los consultados indicaron que significarían un alivio y una reactivación del sector. Los préstamos para la compra o construcción de inmuebles a tasa baja fue mencionado por el 58% de los consultados.
Sin embargo, las últimas estadísticas bonaerenses marcan que la crisis para el sector está lejos de superarse. En cuanto a la cantidad de hipotecas, en junio se registraron 66, lo que representó una disminución del 83% respecto del mismo mes del año pasado (391 hipotecas).
“En este sentido, el nuevo ProCreAr representa una gran oportunidad para el sector: sin la construcción, no existe la comercialización, que es la base de nuestra actividad”, remarcó el informe del Observatorio.
Cabe recordar que empujados por la demanda generada por los créditos hipotecarios UVA (Unidades de Valor Adquisitivo), el mercado gozaba de una relativa salud y estabilidad en 2017, algo que terminó estallando por la inflación de 2019, que cerró en 53,8%. De hecho, el 31 de marzo de 2016, cuando la gestión Macri lanzó los préstamos, las UVAs valían $ 14,05. En la actualidad cotizan a $ 56,41. Es decir que las acumulan 300% de incremento. (DIB)