En plena pandemia y ante los problemas serios que tienen los municipios por la baja recaudación, algunos intendentes vuelven a mirar con buenos ojos la posibilidad de avanzar con una tasa adicional al despacho de combustibles, algo que muchos distritos ya aplican y siempre generó polémica.
En los últimos días, el Concejo Deliberante de Morón dio luz verde al cobro de 85 centavos por cada litro de nafta que sale de las estaciones de servicio de esa localidad, y también quiere cargar 65 centavos por cada metro cúbico de GNC.
Lanús, en tanto, estudia un gravamen similar, aunque sería solo aplicable a camiones y no a los vehículos particulares.
Desde la Federación de Empresarios de Combustibles de la República Argentina (FECRA) vienen reclamando desde hace tiempo contra la implementación de este tributo que, aseguran, resiente el consumo de combustibles en esas localidades, ya que los consumidores migran hacia las bocas vecinas en busca de mejor precio.
En este contexto de baja de consumo, el sector señala que se debe hacer frente a una caída en la venta de combustibles que llegó a superar el 80% interanual y aún esa pérdida se mantiene en torno al 50% debido a la continuidad del aislamiento estricto en la zona del Gran Buenos Aires.
Vicente López, San Fernando, San Isidro y Tigre cobran tasas viales desde hace años, según datos de la FECRA, pero hay más casos como Escobar, Merlo, Ituzaingó y Esteban Echeverría y también en el interior, como Chascomús y Junín. Sin embargo, la presión de los estacioneros hizo que otros municipios como en Lomas de Zamora, Berisso, Tres de Febrero y Florencio Varela se dé marcha atrás.
Cabe recordar que en enero, a pocos días de haberse anunciado el congelamiento de combustibles, varios municipios del conurbano aumentaron la tasa vial que les cobran al litro de nafta y pusieron en jaque la política energética nacional del Gobierno de Alberto Fernández. El nuevo impuesto se reflejó en el surtidor de distritos como Tigre y San Isidro. (DIB) FD