El ecoturismo y el turismo aventura, en el que se engloba por ejemplo el trekking, viene desde hace años pisando fuerte en el país, con más de 2500 prestadores. Por el atractivo que brindan y las formas en que se desarrolla su actividad, se posicionan entre las alternativas más eficaces para reactivar el movimiento turístico tras la pandemia de coronavirus. Ya sea por grupos reducidos o bien por los espacios amplios y al aire libre donde se desarrollan, las caminatas se convierten en seguras para evitar contagios.
Desde la Asociación Argentina de Ecoturismo y Turismo Aventura (Aaetav) ven que los cambios que provocará el Covid-19 en la industria de los viajes hará que la preferencia de los turistas se vuelque a los espacios en contacto con la naturaleza, al aire libre y en grupos más que reducidos.
La Organización Mundial de Turismo (OMT) coincide en esta postura y reconoce el valor ecológico, cultural y económico de esta actividad, a la par que considera valioso que “el 70% del costo de un viaje de turismo aventura queda en el destino que se visita”, y que “el gasto medio de un turista en este segmento es de 2.600 euros, en viajes con una duración promedio de ocho días”.
Con el viento de fondo
La provincia de San Juan cuenta con circuitos de baja, mediana y alta dificultad para los turistas amantes de este segmento pero también para aquellos que hacen de la caminata un espacio más de reflexión que deportivo. Todo en medio de un escenario de paisajes imponentes de la Cordillera de los Andes y la precordillera, que se destacan por su inigualable belleza.
El parque Quebrada de Zonda, a pocos kilómetros de la ciudad de San Juan, ofrece varios senderos de diversas dificultades con recorridos permiten apreciar bosques autóctonos, formaciones rocosas milenarias y los picos nevados de la cordillera.
El Cerro Tres Marías y Lomas de las Tapias, dos sitios para realizar este tipo de actividades también ubicados cerca de la capital y a los que se accede por la Ruta Interlagos, ofrecen una gran belleza paisajística y una amplia gama de prestadores.
El turismo aventura también está presente en el dique Punta Negra, que ofrece una vista panorámica de todo el embalse y la precordillera, sitios que se pueden apreciar desde los miradores y la cumbre del cerro Negro y América. El trekking en cordillera se puede realizar en dos o más días recorriendo los arroyos Turquesa, en Calingasta, y Agua Negra, en Iglesia.
Por los colores riojanos
Más allá de conocer la historia, la riqueza cultural y las tradiciones de La Rioja, la provincia también tiene una amplia oferta para aquellos viajeros que apuestan al trekking y el avistaje de aves, algo que pospandemia ganará en interés.
El Corredor Ruta 40, que transita pintorescos e históricos pueblos que descubren la historia y la cultura ancestral de sus comunidades, es una de las propuestas. Este trayecto arranca en San Blas de Los Sauces, donde se puede practicar trekking y cabalgatas y también hacer turismo rural y cultural, y continúa en el sitio arqueológico Pucará de Hualco, una ciudad de piedra construida hace más de mil años donde se puede apreciar el legado histórico de las comunidades que habitaron esa zona.
Antinaco, con sus pintorescos paisajes brindados por la actividad de los pequeños productores de vid, nogales, hortalizas y frutales, y Chilecito, la segunda localidad más importante de la provincia, marcan la continuidad de este corredor. Justamente ésta, donde se destacan las sierras de Famatina y la historia del Cablecarril, que muestra el desarrollo de la minería, tiene sus secretos para ir descubriendo con caminatas.
En tanto, el Corredor de los Llanos, que visita los pueblos de importantes caudillos y deja conocer los vestigios de sus ideales y su lucha y que ofrece paisajes caracterizados por verdes cultivos de olivos y vides en los que es posible hacer trekking, cabalgar y descansar, es el tercer circuito.
Con el Fiz Roy de testigo
El Chaltén, la capital nacional del trekking, recibe miles de turistas cada año que llegan hasta esta ciudad para dedicarle horas al turismo de aventura y a las caminatas bajo la visión casi constante del monte Fitz Roy.
Fundada el 12 de octubre de 1985 y creada dentro del Parque Nacional Los Glaciares, cuenta con una gran variedad de senderos aptos para desarrollar el senderismo, gracias a las particularidades geográficas de esta zona.
Entre los más frecuentados figuran los que conducen a la Laguna de los Tres, Laguna Capri y Laguna Torre, que están señalizados y han sido adaptados por el Parque Nacional, para facilitar el acceso a los puntos panorámicos más importantes sin interferir con el ambiente.
Para ir caminando, recomiendan los circuitos de Laguna de los Tres en el que se pueden apreciar los bosques de Nothofagus, la fauna y la imponencia del Fitz Roy, a cuya base se llega luego de casi cuatro horas de marcha.
La laguna Capri, que integra el itinerario, está a siete kilómetros y en una hora más se llega al campamento Poincenot, luego de lo cual se llega a la Laguna y Glaciar de los Tres. Loma del Pliegue Tumbado y Laguna Toro son otros recorridos desde los que se ve el lago Viedma, el valle del cerro Torre y el Fitz Roy.
Toma 4 horas llegar, luego de lo cual se va al Paso del Viento, al cabo de 15 kilómetros y cerca de 12 horas de marcha. Para este circuito es necesario, por su seguridad, registrarse en Parques Nacionales.
Desde la Laguna Cóndor, en tanto, comienza una caminata al glaciar Huemul, de una hora de ida, donde se practica pesca deportiva y caminata hasta la Punta Norte. La visita al lago Viedma demanda un día entero pero vale la pena porque así se llega también al imponente Glaciar Viedma, el más grande de Argentina, donde se puede caminar con crampones y hacer escalada en hielo.