Durante este fin de semana el Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación confirmó que “las y los deportistas clasificados a los Juegos Olímpicos podrán retomar sus entrenamientos, cumpliendo con los protocolos sanitarios correspondientes en el marco de la pandemia por el coronavirus”. Seguramente el reclamo público de la nadadora Delfina Pignatiello, días atrás, le haya dado mayor visibilidad al reclamo. Sin embargo, en la denominada Área Metropolitana (AMBA) la situación epidemiológica transita momentos de extrema sensibilidad. Está claro, aún se está lejos de recuperar cierta normalidad.
A la espera de comunicaciones oficiales y de certezas está Eduardo “Dady” Gallardo, el director técnico de la selección femenina de handball, “La Garra”. A ellos el inicio de la cuarentena, allá por mediados de marzo, los encontró en pleno tire y afloje con la Federación Internacional de Handball. Es que el seleccionado debía viajar a España -epicentro de la pandemia por esos días- para afrontar un Preolímpico que, obvio, se terminó suspendiendo.
Por ahora Gallardo está “tranquilo, muy tranquilo, disfrutando de momentos que antes no tenía y tratando de armar proyectos y cosas nuevas, y laburando en lo que se puede desde casa”. Además de estar al frente del seleccionado nacional, es el “head coach” del handball de River, club que abrió una fan page de Facebook (“River desde casa”) en la que cada disciplina tiene su espacio para continuar con las actividades.
En diálogo con Agencia DIB, Gallardo cuenta cómo trabajaba la Selección en la era precuarentena. “Como un club. Con las chicas que habitualmente están acá hacíamos seis estímulos semanales, que en realidad eran diez, porque entrenábamos dos días a la mañana, cuatro a la tarde, y cuatro más de pesas, antes de hacer pelota. Cuando hay competencia terminamos entrenando todos los días en triple turno: dos de pelota mañana y tarde y el de pesas”.
Ahora, en cuarentena, todo cambió. “Como cada una de las chicas tiene su club y se entrena, con nosotros tienen una rutina que les manda Priscila [Álvarez, la PF], hacemos charlas individuales, o por ahí de a dos, y después armamos un Zoom semanal en el que vamos tocando varios temas: desde cosas técnicas de la parte física hasta la parte táctica. Y con el coach hacemos actividades para pasarla bien”.
Y la charla vira hacia el aspecto psicológico: “Llega un momento en el que hay que estar más atentos a la parte de angustia, de fastidio, que de entrenar. Son chicas que están acostumbradas a entrenar seis veces a la semana, siete u ocho, y de repente hacen un entrenamiento de 50 minutos o una hora con el material que tienen en la casa”. Y se sincera: “Esto supera todo. A veces te preguntan qué planificás, cuándo, y la verdad no se sabe qué va a pasar, entonces es muy difícil: lo de hoy es un sostén, estar juntos, generar el sentido de pertenencia. Pero llega un momento que hasta a nosotros mismos nos cansa”.
No hay una receta, “vamos a escribir los libros recién cuando se termine esto”, opina Gallardo, que a modo de conclusión sintetiza: “Te preguntan qué entrenás, qué hacés: nada, lo que se puede, y sostener el ánimo de las chicas. Aparte ellas tienen sus clubes, Zoom obligatorio con ellos, y entonces seguir cargando con un Zoom más, diario, de entrenamiento… Las pibas son profesionales y saben lo que tienen que hacer”.
Si no hay vacuna…
Gradualmente volverán los entrenamientos pero la pandemia está en curva ascendente en el Área Metropolitana. Por ello se mencionó la alternativa de que los deportistas puedan trasladarse a las zonas donde el virus pareciera estar más controlado. “Yo creo que se va a tardar un tiempo, al menos en Buenos Aires. Vamos a tener que estar uno o dos meses así, tranquilos: la Selección se entrena acá, no lo veo tan fácil. Y además el deporte es amateur, las chicas son amateurs y laburan. Algunas están trabajando desde la casa y, por ejemplo, irse a entrenar al interior no es sencillo. Hay que ver qué sale, si sale, y si se puede”.
Cada federación presentó a las autoridades un protocolo para volver a la actividad. Y la Confederación Argentina de Handball no fue la excepción. “Pero es muy gradual”, admite Gallardo, que opina: “Hasta que no haya una solución, un medicamento o una vacuna, hay que ver cuándo se puede volver a la actividad. Además, en nuestro deporte hay mucho contacto, mucho de agarrar”, explica.
De acuerdo con el DT, y como pasa en los otros órdenes, “Europa nos va a ir marcando cómo vamos a ir nosotros acá: tenemos la película dos meses atrás”. Alguna de las jugadoras de la Selección está en el “Viejo Continente”, donde ya retomaron ciertas actividades. Sin embargo, Gallardo aclara: “Están entrenando, sin contacto, todos trabajos individuales. De acá hasta que empiecen a jugar va a llevar un tiempo, que calculo no será menos de dos meses, porque exponer a los deportistas a jugar antes es peligroso. Nosotros estamos empezando el invierno, ellos lo están terminando, y recién ahora están saliendo. Hay que ver si hay rebrote, o no, qué es lo que pasa. Podés pensar, soñar, pero de ahí a planificar, o ver cómo, es más complejo”.
De las pocas certezas, el Preolímpico que se iba a realizar en marzo pasado fue reprogramado para marzo de 2021. Allí las argentinas se medirán con Senegal, España y Suecia, con estas dos últimas selecciones como favoritas para quedarse con el pasaje a Tokio. “Habrá que ver el año que viene. Más allá de cómo prepares todo, es cómo se llega en ese momento, que falta mucho todavía. Tampoco nos vamos a volver locos: la lógica era que se clasificaran Suecia y España; la lógica, pero estábamos muy bien como para dar un zarpazo”.
Y Gallardo vuelve a una idea anterior: “Llega un momento en que hasta te cansás de ponerte a ver la tele, porque llevás dos, tres meses adentro y no sabés cuándo va a terminar. Pero si te largan a la calle te podés contagiar, termina siendo peor. No es un tema menor: estamos viendo una película de ciencia ficción. Si la mirábamos antes no la creíamos, pero hoy salís a la calle y ves a la gente con barbijo en todo el mundo; es una locura. Preocuparse por si se hace un preolímpico o no…, acá hay en juego otras cosas”.
Mientras tanto, Gallardo se arma de paciencia, respetuoso de la delicada situación. Y consultado por Agencia DIB si aprovecha para ver partidos de handball, exclama: “Toda mi vida miré partidos, partidos, partidos… ¡Olvidate! Hoy miro Netflix”.
No entraba en la cabeza
Entre el 20 y el 22 de marzo pasados debía desarrollarse en Valencia uno de los preolímpicos. Sin embargo, por esos días España comenzaba a vivir la escalada descontrolada del Covid-19. Es más, el 21 de marzo, en fecha de Preolímpico, fue cuando el país superó la barrera de los 1.000 fallecidos.
Argentina debió haber viajado el 14 de marzo, cuando en España ya había 191 muertos a causa del nuevo coronavirus. Pero en el plantel había lógica preocupación, recuerda Eduardo Gallardo, a casi tres meses de aquella insólita experiencia. “Los últimos días fueron ver si íbamos o no. Era una situación de entrenar pero con la incertidumbre de no saber si íbamos o no, fue raro. Hasta que el equipo decidió no ir y la Confederación avaló y apoyó; ¡era una locura ir! El Comité Olímpico Argentino y el Enard acompañaron, y recién después la IHF (Federación Internacional de Handball) lo postergó”, repasa el DT. Por si acaso, el 13 de marzo entró en vigencia la cuarentena en Argentina, así que el plantel tampoco hubiese podido viajar.
“Fue como cuando River dijo no juego”, recuerda Gallardo aquel partido que el equipo de Núñez no jugó frente a Atlético de Tucumán, por la primera fecha de la Copa de la Superliga del fútbol. “A veces hay que dar el puntapié y el equipo fue muy maduro en decir no vamos. Era ir al epicentro del contagio, que era Valencia. Era una locura, no entraba en la cabeza de nadie”.
Gallardo padece de algunos problemas respiratorios que lo incluyen en los denominados grupos de riesgo. Sin embargo, él va más allá: “Había mucho en juego, por eso la decisión fue no ir. En definitiva no sos vos solo: es la gente que vive con vos, los chicos, tu vieja; no es tan fácil. Por ahí uno se infecta y termina siendo el transmisor de la enfermedad. Está todo bien con el deporte, representar a tu país, pero había muchas cosas más en juego. Hay que cuidarse, esto no es un tema menor: cuando ves cómo va cayendo la gente, hay que tener cuidado”.
Hoja de ruta
La selección argentina de handball logró a finales del año pasado su mejor posición final en una Copa del Mundo: puesto 16 en Japón. Unos meses antes, además, “La Garra” había logrado la medalla de plata en los Juegos Panamericanos de Lima; tercer segundo puesto consecutivo. En marzo de 2021 buscará la clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio; Argentina solo estuvo presente en los Juegos de Río de Janeiro, en 2016. (DIB) GML