San Nicolás, tierra de peregrinos y de la gambeta de Sívori

Fundada el 14 de abril de 1748, la ciudad bonaerense esconde secretos e historias que marcaron a nuestro país.

Desde la gambeta impredecible con las medias caídas de Enrique Omar Sívori, pasando por las aventuras de “Hormiga Negra” hasta llegar a la aparición de la Virgen del Rosario que congrega cada año a miles de fieles en sus calles, la ciudad de San Nicolás de los Arroyos esconde secretos entre el río y las barrancas.

Tierra de querandíes en un pasado, esta localidad rodeada de agua y anclada en el extremo norte del territorio bonaerense es recordada por haber sido testigo de la firma del Acuerdo de San Nicolás, donde se sentaron las bases de la organización nacional de Argentina y fue el primer precedente de la Constitución de 1853.

Las tierras del partido de San Nicolás eran llamadas “Pago de los Arroyos”, por la existencia de los arroyos Seco, del Medio y Ramallo. Según la historia, la ciudad fue fundada por Rafael de Aguiar el 14 de abril de 1748, aunque su existencia haya sido de unos años antes debido a que unas mil personas ya vivían en esas tierras. El nombre del partido y ciudad responde a la devoción de Aguiar por San Nicolás, el santo de Bari, y al asiento geográfico: el primitivo “Pago de los Arroyos”.

Las tierras del partido de San Nicolás eran llamadas “Pago de los Arroyos”.

Entre edificios históricos y paseos costeros, la ciudad con un marcado perfil religioso e industrial es depositaria de uno de los capítulos más relevantes de la historia nacional. Aquí tuvo lugar la firma del Acuerdo de San Nicolás, en la llamada Casa del Acuerdo -hoy museo-, donde los representantes de las provincias, convocados por el general Justo José de Urquiza, firmaron, el 31 de mayo de 1852, el pacto que dio lugar a la Constitución Nacional.

En este partido de 150 mil habitantes, en 1872 se editó el primer periódico que tuvo la provincia: El Progreso. También aseguran los libros de historia que los primeros tranvías a caballo circularon por sus calles, y que la iluminación a gas de hulla en los pueblos del interior fue estrenada por estas latitudes.

Cada 25 de septiembre, desde 1983, fieles y devotos de la Virgen del Rosario de San Nicolás se congregan en la basílica de la ciudad para participar de un nuevo aniversario de la aparición mariana. La Virgen, según testimonios y estudios del Vaticano, se manifestó por primera ante Gladys Quiroga de Motta. Fue en el año de la vuelta de la democracia a nuestro país cuando la mujer estaba en su habitación, rezando, con un rosario entre las manos, y se le apareció una virgen y le hizo gesto como para entregarle algo.

Los orígenes de la Iglesia Catedral de San Nicolás datan del año 1730. (descubrisannicolas.com.ar)

Más allá del turismo religioso, San Nicolás cuenta con edificios emblemáticos. El Museo y Archivo Histórico Municipal “Primer Combate Naval Argentino”, que se detecta a pocas cuadras de la mencionada Casa del Acuerdo; el Pequeño Colón de 1908, como llaman al Teatro Municipal Rafael de Aguiar; el muy interesante Museo Internacional del Mosaico Contenporáneo; y el icónico Colonial, hotel de época cerrado a fines de los 80 y reinaugurado con todos los brillos en 2001.

Pero la ciudad del norte bonaerense no es sólo arquitectura valiosa. En sus calles las historias de personajes conocidos se repiten en cada esquina. Uno de los más famosos vecinos fue (es y será) Enrique Omar Sívori. Nacido en 1935, su amor con la pelota comenzó de muy pequeño, en los baldíos, en el mítico Francia, equipo del barrio y después en el hoy extinto club Teatro Municipal. Debutó en la liga local con 15 años, y dos más tarde le llegó el momento de partir a River. Su carrera estuvo repleta de logros y ya en los últimos años de su vida (falleció en 2005), se repartía entre la Italia que lo amaba y su San Nicolás en la que era un vecino más y donde se lo veía tomando un café en la Peatonal o charlando con los tacheros y amigos.

El bello patio de la histórica Casa del Acuerdo. (descubrisannicolas.com.ar)

También rodeado de mitos está la figura de Guillermo Hoyos, más conocido como “Hormiga Negra”. Se trata de un gaucho argentino, pendenciero, que murió en 1918 y sirvió de inspiración en la literatura argentina gracias a la novela de Eduardo Gutiérrez. Y al hablar de literatura no hay que olvidar a  Manuel Peyrou, un novelista de policiales y cultor de cuentos fantásticos que fue elogiado hasta por el propio Julio Cortázar.

Hoy San Nicolás sigue siendo un municipio pujante, con ese costado industrial que le da un fuerte impulso en la provincia de Buenos Aires.  Río, tranquilidad y buena de historia nos darán la bienvenida para parar un buen momento.  (DIB) FD

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí