El presidente Alberto Fernández se metió en la polémica por la limitación de la circulación a mayores de 70 años en la Ciudad de Buenos Aires y respaldó al Jefe de Gobierno porteño, al pedir que “no tomen esto como un ataque a la libertad de expresión”.
El Presidente, que viene mostrando muy buena sintonía con Horacio Rodríguez Larreta, aseguró que respalda su decisión: “Hoy escuché que cuestionaron la decisión de Rodríguez Larreta. Lo hace porque conoce lo que pasa: el 85% de las muertes que el coronavirus genera es de gente de más de 65 años”, afirmó.
“No tomen esto como un agravio un ataque a la libertad, sino como un modo de cuidarlos. El Estado los está cuidando”, añadió.
Sobre la situación del coronavirus en el país, Fernández indicó que “lo estamos sobrellevando bien, el ritmo de crecimiento es más lento, el ritmo de contagio se ha vuelto más lento. Somos uno de los países que hemos logrado torcer la curva siniestra, pero no está terminado el problema”.
No es la primera señal de buena sintonía entre Fernández y Rodríguez Larreta: desde el inicio de la emergencia por el coronavirus, el Presidente sentó a su lado al Jefe de Gobierno porteño, que respaldó sus decisiones en torno a la prolongación de la cuarentena. En tanto, el dirigente de Juntos por el Cambio se sentó ayer al lado del mandatario durante el anuncio de renegociación de la deuda.
¿Permiso para salir?
La polémica se inició este viernes, cuando el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires informó que comenzará a implementar un permiso obligatorio para que los adultos mayores de 70 años puedan circular.
La intención del Gobierno porteño es que esta herramienta los disuada de salir a la calle y garantice el distanciamiento preventivo ante posibles contagios. La medida se complementa con otras y es parte del Plan Integral de Cuidado y Acompañamiento de Adultos Mayores que lleva adelante el Gobierno de la Ciudad.
Tras las críticas, Rodríguez Larreta afirmó que “no se busca prohibir nada”, sino “ayudarlos en sus necesidades cotidianas para evitar que salgan a la calle”. “Son decisiones antipáticas y difíciles, pero lo hacemos para cuidar a todos”, señaló.
Cabe señalar que el permiso que obtengan sólo tendrá validez para un día determinado, aunque hay excepciones: si salen para el cobro de la jubilación, hacer tratamientos médicos y aplicarse vacunación no será exigible.
El permiso lo deberán sacar a través de la línea 147, y tendrá validez sólo por un día, aunque lo podrán tener tantas veces como deseen llamando cada vez que lo necesiten.
No habrá multas para estos infractores. Si el adulto no tiene el permiso se le va a pedir que vuelva a su casa y se le recordarán los riesgos de salir a la calle. Sin embargo, si reincide en esa conducta, deberán hacer algún tipo de trabajo comunitario.
Las únicas excepciones para salir sin el permiso serán para ir a un tratamiento médico, a vacunarse, al cobrar la jubilación o tener una emergencia de salud
Para que los adultos mayores no necesiten salir de sus casas existen iniciativas de apoyo como el programa “Mayores Cuidados”, de asistencia telefónica y presencial para hacer compras en farmacias y comercios de proximidad y el paseo de sus mascotas, entre otras necesidades. Este programa vincula a voluntarios con adultos mayores que los necesitan para ayudarlos. Los adultos mayores que se registraron fueron 5.951 y la cantidad de voluntarios, 34.346. Hasta el momento se formaron 3.124 parejas.
Críticas
En la Ciudad de Buenos Aires viven más de 650.000 adultos mayores de 65 años, de los cuales cerca del 70% vive solo en hogares mono generacionales (donde todos los convivientes tengan más de esa edad). Los que tienen más de 70 años y necesitarán el permiso son 490.000.
El defensor de la Tercera Edad, Eugenio Semino, cuestionó con dureza y advirtió que “no servirá para nada y será una nueva incomodidad para el adulto mayor”.
“Desde lo gerontológico es una medida anacrónica. Son teorías del ‘viejismo’ superadas que no sirven de nada y que tienden a generar la violación de la norma”, sostuvo Semino, al calificar la medida como una forma de “subestimar la responsabilidad del adulto mayor”.
Según el funcionario, la norma se trata de un “exceso normativo” y que “no genera conductas responsables”, y que en “el mejor de los casos tendrá un efecto neutro”. “Es un error. No contribuye. Es absurdo porque nadie lo va a hacer cumplir”, agregó. “Venimos de una generación muy rebelde. Cuando se nos impone una norma, buscamos cómo violarla”, planteó. (DIB) MCH/JG