Distintas formas de cuarentena podrán evitar “segundas olas” de brotes y contagios

Los días pasan y Argentina ya está a menos de una semana de que, en teoría, se levante aislamiento social, preventivo y obligatorio. ¿Pero qué otras medidas seguirán? Aún no fueron anunciadas, pero se sabe que de acá al domingo 12 de abril se darán a conocer. Porque la cuarentena y el evitar los contactos con otras personas, sobre todo en ámbitos masivos, es un hábito que como dijo el infectólogo Pedro Cahn, llegó para quedarse.  

En este marco y en medio de la incertidumbre desatada por la pandemia, Gabriel Leung, uno de los epidemiólogos más respetados en la lucha contra el COVID-19, publicó una columna en The New York Times donde advirtió cómo se deben levantar las medidas de aislamiento.

Decano de Medicina en la Universidad de Hong Kong, este reconocido médico, expresó que “se necesita un marco formal, con un fundamento explícito basado en la ciencia, para determinar cuándo y cómo y en función de qué factores relajar las restricciones, y cómo volver a aplicar algunas o todas ellas en caso de que otra ola epidémica golpee nuevamente”.

El epidemiólogo manifestó que en lo que resta del 2020 (quizás algo más), “probablemente las poblaciones del mundo vean encenderse y apagarse distintas formas de cuarentena” para prevenir “segundas olas” de brotes y contagios. “La mejor manera de hacerlo variará según el país, dependiendo de sus medios, su tolerancia a la disrupción y la voluntad colectiva de su gente. En todos los casos, sin embargo, el desafío es esencialmente un tira y afloje de tres vías entre combatir la enfermedad, proteger la economía y mantener a la sociedad en equilibrio”, precisó.

“Proteger las vidas”

Si bien expresó sus preocupaciones por los efectos económicos, el honkonés también aclaró que “el primer objetivo debe ser proteger las vidas y eso significa evitar el colapso del sistema de atención médica”. Para que ello ocurra, describió a los hospitales “como la última línea de defensa” en la batalla contra el coronavirus.  

“El objetivo debe ser reducir la epidemia a un ritmo lento para ganar tiempo para que la población mundial adquiera, de una forma u otra, inmunidad al COVID-19. La pandemia solo puede evitar que resurja cuando al menos la mitad de la población mundial se haya vuelto inmune al nuevo virus. Y eso puede suceder de dos maneras: después de que suficientes personas se hayan infectado y se hayan recuperado o bien que en el mejor de los casos hayan sido inoculadas con una vacuna”, resumió Leung. (DIB)AR

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