Reorientar investigaciones, analizar la avalancha de información mundial, sumar nuevos laboratorios a la detección y apuntar al desarrollo de kits de testeo rápido, son algunos de los frentes de batalla que abre hoy la ciencia argentina en la lucha contra el coronavirus Covid-19 que paraliza al mundo.
“La ventana de tiempo es corta, tenemos de aquí a unos pocos meses para actuar”, dijo a DIB el Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, Roberto Salvarezza, sobre el trabajo a contrarreloj que ya realizan biólogos, médicos, virólogos, ingenieros y científicos sociales de todo el país.
En ese marco fue que se conformó días atrás la “Unidad Coronavirus Covid-19”, que integrarán el Ministerio, el Conicet y la Agencia de Promoción de la Investigación. El objetivo es coordinar las capacidades de los distintos centros, universidades y empresas de base tecnológica locales para colaborar con la emergencia sanitaria.
“La ventana de tiempo es corta, tenemos de aquí a unos pocos meses para actuar”, dijo a DIB el Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, Roberto Salvarezza
Dentro de esos proyectos figura como “muy avanzado” el desarrollo de nuevos tests de detección rápidos, masivos y de bajo costo que permitan, tal cual recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS), realizar la mayor cantidad de pruebas posibles.
“Pueden estar listos en uno o dos meses, están muy avanzados”, aseguró Salvarezza. Y contó que el Estado nacional invirtió $ 25 millones iniciales que destinó a las cuatro empresas de base tecnológica que trabajan en esos desarrollos.
“En este marco de la ventana temporal pudimos identificar varios proyectos concretos para dar apoyo al sistema de salud en la emergencia. Vimos cuáles eran las oportunidades que teníamos y elegimos una serie de temas: lo que identificamos en primer lugar son aquellas empresas de base tecnológica, algunas incubadas por el Ministerio, que tienen desarrollo en métodos alternativos de detección”, indicó. “Una de esas empresas fue la que desarrolló el test de diagnóstico de dengue”, amplió.
¿Y con respecto al método tradicional de testeo PCR qué aporte se puede realizar?
Identificamos a aquellos laboratorios que tenemos dentro del sistema de ciencia y tecnología que cuentan con el equipamiento que se necesita para la detección vía PCR (siglas en inglés de Reacción en Cadena de la Polimerasa) y que tienen las condiciones de bioseguridad porque trabajan con material biológico para realizar los mismos tests que se hacen el Instituto Malbrán y ayudar así a descentralizar aún más el diagnostico. Tenemos siete centros en condiciones de sumarse y de realizar 2.500 determinaciones diarias. Y a su vez hay una gran cantidad de investigadores, técnicos y científicos que se han puesto a disposición, que están familiarizados con el uso de este equipamiento y se han ofrecido para llevar adelante la tarea.

¿Existen investigaciones locales en marcha que permitan conocer un poco más sobre el virus?
Hemos llamado a una convocatoria pública, abierta, con una inversión de $ 300 millones para identificar aquellos proyectos en marcha que tengan alguna correlación con el coronavirus, algunos serán sobre virología, sobre genomas, otros sobre insumos, por ejemplo para el desarrollo de respiradores o material para uso médico, con la posibilidad de que sean redirigidos hacia el coronavirus. Tenemos grupos que trabajan en virología sumamente fuertes e importantes que están en condiciones de llevar adelante un estudio de biología molecular sobre coronavirus sin ningún tipo de inconveniente. Vamos a poner a trabajar proyectos que ya están avanzados en temáticas similares y reorientarlos hacia esta pandemia.
¿Cómo se está estudiando la avalancha de información internacional?
Dentro de la “Unidad Coronavirus” hemos constituido dos grupos que están analizando información internacional sobre dos temas que nos preocupan: uno es el modelado matemático de la evolución de la epidemia en el mundo y en la Argentina para ver cuáles son los escenarios posibles; y el otro grupo está trabajando en el impacto socioeconómico que va a tener la pandemia. Ambos están haciendo prospectiva centrados en la situación argentina, mirando toda la literatura, en el marco de una unidad interministerial que maneja el Poder Ejecutivo.
De acuerdo al diagnóstico del Gobierno, en los últimos cuatro años se produjo un desmantelamiento de la ciencia nacional. ¿Cómo afecta eso al escenario actual?
El sistema de ciencia argentino está dañado porque hubo cuatro años de fuerte desinversión, pero no está destruido. Realmente tenemos los salarios muy bajos, las becas estaban en el nivel de pobreza pero pudimos avanzar en una reconstrucción de los montos de las mismas, también pudimos aumentar la cantidad de investigadores e ingresamos el doble de personal al Conicet que el año pasado, porque había caído con respecto a 2015: pasamos de tener 3 investigadores cada 1.000 habitantes de la población económicamente activa a 2,5. Además, en esta emergencia hemos dispuesto de una cantidad de fondos realmente importante para poder movilizar a toda la comunidad científica, que tiene la capacidad de ponerse rápidamente en marcha cuando hay una demanda concreta. Se intentó instalar esa falsedad de ciencias útiles y ciencias inútiles, pero se necesitan equipos interdisciplinarios, que atiendan las diferentes demandas de la emergencia. También colaboramos con la elaboración de los materiales de la plataforma Cont.ar y en el programa Educ.ar para la creación de contenidos, y en el desarrollo de la app de autoevaluación. (DIB) MCH
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