La Plata, feb 6 (DIB).- Luego de que el presidente Alberto
Fernández confirmara que avanzará con un proyecto de ley para despenalizar el
aborto, la Iglesia católica anunció la realización de una jornada en Luján que
incluirá una misa y un encuentro de fieles para aponerse a esa medida, que se
realizará el 8 de marzo, cuando se celebra el “Día Mundial de la Mujer”.
Fernández confirmó ayer en Francia su intención de avanzar
con el aborto, pocos días después de entrevistarse con el Papa Francisco en El
Vaticano y en el mismo momento en que lo hacía su ministro de Economía, Martín
Guzmán, un gesto explícito de respaldo en las negociaciones con el FMI, cuya
titular, Cristalina Georgieva, también estaba presente.
Esa secuencia causó especial enojo en sectores de la Conferencia
Episcopal Argentina, desde dónde hoy emitieron un comunicado en el que
ratifican que montarán una resistencia para intentar que no se avance en la
despenalización, tal como hicieron en 2018, cuando se trató un proyecto que
logró ser aprobado en Diputados pero naufragó en el Senado.
El texto de la CEA convoca a una misa el 8 d marzo en la Basílica
de Luján por “la protección de la vida humana desde la concepción hasta la
muerte natural”, bajo el lema “Sí a las mujeres. Sí a la vida”.
“En el marco de la celebración del Día Internacional de
la Mujer y con motivo del anunciado tratamiento legislativo del proyecto de
legalización del aborto, la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal
Argentina invita a todos los Obispos a concelebrar en la misa que tendrá lugar
en la Basílica de Lujan, el domingo 8 de marzo a las 11, para pedir por la
protección de la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural”,
indicó el texto.
El comunicado fue firmado por el presidente del Episcopado,
monseñor Oscar Ojea; el vicepresidente primero, arzobispo de Buenos Aires y
Primado de la Argentina, cardenal Mario Poli; el vice segundo, monseñor Marcelo
Colombo, y el secretario general, monseñor Carlos Malfa.
La Iglesia viene en alerta por este tema desde diciembre
cuando el ministro de Salud, Gines González García -recién asumido en su cargo-
actualizó el protocolo para la realización de abortos no punibles, una medida
que había sido instaurada por el secretario de Salud del gobierno anterior,
Adolfo Rubinstein, pero que fue vetada por Mauricio Macri.
De hecho, en el primer encuentro formal entre la cúpula de
la Iglesia y Fernández, que se produjo en diciembre, ese malestar quedó
expuesto y el Episcopado le expresó al mandatario su “sorpresa y
desazón” por la instalación del tema apenas asumido.
A pesar de las diferencias en esta cuestión puntual, la
relación entre el gobierno y la Iglesia marcha sobre rieles en temas sociales
-como la lucha contra el hambre y las drogas- y en especial esta semana,
después del apoyo cosechado en El Vaticano, en el marco del proceso de
renegociación de la deuda que está encarando el gobierno argentino.
En medio de los cruces de ayer por el aborto, pareció un
guiño de Fernández a la Iglesia el anuncio ayer mismo de que también se está
elaborando otra iniciativa, denominada el “Plan de los 1000 días”,
que tiene como objetivo garantizar la alimentación de la madre desde el
embarazo hasta que su hijo tenga dos años.
“Si la mujer quiere tener el hijo, la falta de recursos
no será una excusa. El Estado le garantizará una adecuada alimentación”,
subrayaron fuentes oficiales que conocen los planes del Presidente.
El programa se inspira en uno similar que funciona en
Francia, que consiste en que el Estado garantiza a la madre su alimentación y
suplementos necesarios durante el embarazo, y luego monitorea al progenitor
hasta los dos años.
Ambas iniciativas -la del aborto y la de los 1000 días-
serán anunciadas formalmente por el Presidente el domingo 1 de marzo, durante
su discurso ante la Asamblea Legislativa que se reunirá para dar comienzo a las
sesiones ordinarias del Congreso de la Nación. (DIB) AL