Anuario 2019: Kicillof, el gobernador que le devolvió la provincia al peronismo

La Plata, ene 1 (DIB).- El 11 de agosto, cuando se
conocieron los resultados de las PASO, el contundente triunfo de Axel Kicillof
sorprendió a propios y ajenos. El exministro de Economía de Cristina Fernández
de Kirchner se imponía con el 52% sobre la gobernadora María Eugenia Vidal
(34%), la dirigente política con mejor imagen del país, según las
encuestadoras.

Aunque Juntos por el Cambio intentó reponerse del golpe, esa
tendencia se ratificó en los comicios generales del 27 de octubre: el peronismo
volvió al poder a nivel nacional y recuperó la provincia de Buenos Aires que
había quedado teñida de amarillo en 2015, también en una elección sorpresiva.

“Militancia mata marketing”, solían decir en el entorno del
ahora mandatario bonaerense, que comenzó a recorrer la provincia desde los
albores del macrismo para denunciar las consecuencias de las políticas
económicas del Gobierno en improvisados escenarios que montaba en calles,
parques y plazas de distintas ciudades, y a las que llegaba en un Renault Clío,
que pronto se ganó el apodo de “Kicimovil”.

El mentor de la campaña “pueblo por pueblo” y dueño del
auto, su amigo personal Carlos Bianco, hoy ostenta el cargo de Jefe de
Gabinete, y el Kicimovil se encuentra estacionado en Casa de Gobierno, casi
como una pieza de museo.

La Frase
“Estamos adelante de un fracaso de programa
económico neoliberal. Un fracaso de una forma de gobernar. Nos dejan
tierra arrasada”.
Axel Kicillof

Lo cierto es que a principios de 2019 ya se hablaba del
“fenómeno Kicillof” y de su posible postulación, aunque con cierta prudencia.
Los intendentes del Conurbano presionaban para que el candidato saliera de ese
grupo e impulsaban al lomense Martín Insaurralde. E incluso se especulaba con
una interna. Pero con el escenario nacional clarificado, apenas diez días
después de que Cristina anunciara la fórmula que encabezaría Alberto Fernández,
se conoció la noticia: Kicillof y Verónica Magario eran los elegidos para dar
la pelea bonaerense.

La intendenta de La Matanza en la fórmula no solo
significaba un guiño a los alcaldes peronistas sino también al distrito más
populoso de la provincia, un territorio clave para la contienda electoral.

La campaña pueblo por pueblo se intensificó y Kicillof
recorrió los 135 municipios con la promesa de devolverle a la provincia su
impronta productiva. Pronto, algunos dirigentes que en un principio lo habían
mirado con recelo comenzaron a convencerse de que era un “buen candidato” y la
ilusión en torno a un posible triunfo empezó a crecer. No obstante, nadie
imaginó la brecha de más de 15 puntos que finalmente lo separó de la entonces
gobernadora.

En su primera conferencia de prensa como gobernador electo,
Kicillof sostuvo que la provincia era “tierra arrasada” y tras mantener la
primera reunión con Vidal en el marco de la transición lo ratificó en números.
La preocupación por la “herencia” recibida y la deuda bonaerense también fueron
el eje central de su primer discurso como mandatario frente a la Asamblea
Legislativa, donde anunció que enviaría un paquete de emergencias y pidió el
acompañamiento de la oposición.

Kicillof mantuvo hasta último momento y con cierto
hermetismo los nombres de quienes conformarían su gabinete, un plantel sub 45
de perfil técnico y academicista, con algunas sorpresas: Julio Alak en Justicia
y Sergio Berni en Seguridad, un enviado de Cristina para la difícil tarea de
conducir de la Policía Bonaerense. El Ministerio de las Mujeres, Políticas de
Género y Diversidad también fue novedad con Estela Díaz, dirigente de la CTA, a
la cabeza.

El 19 de diciembre con la aprobación de las emergencias tras
arduas negociaciones con la oposición, Kicillof logró sobrepasar su primer
desafío político y obtuvo así la facultad para renegociar la deuda en el marco
de inminentes vencimientos, al tiempo que consiguió el congelamiento tarifario
por 180 días. (DIB) MCH