Puan, el secreto del sudoeste bonaerense

La Plata, ago 9 (Por Manuel Tejo, especial para De Viaje de agencia DIB).- Al sudoeste bonaerense, en el final (o en el principio) del sistema de las sierras de la Ventania se asienta Puan, una localidad de casas bajas, colinas verdes, una laguna con una isla misteriosa y una impronta religiosa fuerte que coronan dos templos en los cerros más altos del poblado.

La ciudad es pequeña (tiene menos de 5 mil habitantes) y en invierno, a la hora de la siesta, parece vacía. En el centro, se destacan entre sus edificios simples, el Banco Nación, con grandes columnas tipo griegas y ventanas con arcadas curvas; y la Municipalidad, de estilo art decó con una pequeña torre centrada que tiene un reloj en su parte más alta.

Puan es de esos lugares que conquistan de lentamente. Primero parece que con una mirada se puede abarcar todo lo que allí hay; pero luego, al caminar por sus calles mansas, empiezan a aparecer poco a poco nuevos encantos.

A escasos metros de la zona más céntrica de la ciudad se puede acceder a las playas públicas de su laguna, un espejo de unas 750 hectáreas de extensión con una profundidad promedio de 5 metros, en donde se practica la pesca del pejerrey y deportes acuáticos como la vela, el kitesurf y el kayak.

Pero la llamada laguna Puan también es especial por el contexto serrano en el que se encuentra: las tierras con ondulaciones leves; los picos más altos de Pigüé que se pueden observar desde algunas partes de la costa, y una isla de más de 50 hectáreas que es reserva natural y un reconocido sitio arqueológico de la región.

 

La isla misteriosa

En la isla de la laguna Puan se encuentran las ruinas de piedra de lo que fuera la casa de Rómulo Franco, el primer intendente del distrito, electo allá por 1890. Aunque allí, también se han hallado registros de vida muy anteriores.

“En el año 1989, en el marco de una investigación arqueológica, se encontró sobre la barranca de la isla un esqueleto humano de alrededor de 3.300 años de antigüedad. Los restos pertenecen al pueblo Tehuelche y mediante estudios se determinó que la persona falleció en ese mismo lugar y que en ese momento tenía entre 37 y 38 años”, le explicó a De Viaje la directora del museo local “Ignacio Balvidares”, Jorgelina Walter.

En esa misma campaña de investigación se halló también en la isla un reservorio de riolita, un tipo de piedra negra que no se encuentra naturalmente en esa parte de la sierra y que era utilizado por los pueblos que habitaban la zona para realizar herramientas con el fin de cortar carne, madera y cueros.

“Se trata de una roca de 9 kilos y medio que estaba acompañada por un grupo de herramientas líticas. Los grupos que habitaban estas tierras eran cazadores-recolectores con una alta movilidad residencial. Por eso la existencia del reservorio. Se trajeron el núcleo para tener piedra de buena calidad y poder confeccionar sus herramientas”, detalló Walter.

En el museo “Ignacio Balvidares”, ubicado en la esquina de Garay San Martín de la ciudad, también pueden verse otras piezas de interés encontradas en la región. Entre ellas, restos de megamamiferos de alrededor de 28.000 años de antigüedad: el caparazón de un gliptodonte y el molar de una macrauchenia. 

 

La mejor vista

La mejor vista de la laguna de Puan y su isla está en el mirador del templo Millenium, una construcción circular que se alza en el pico más alto de la ciudad: el Cerro de la Paz (306 metros sobre el nivel del mar).   

Esta edificación está inspirada en el Pozo de San Patricio, una maravilla arquitectónica ubicada en Orvieto (Italia) realizada por mandato del Papa Clemente VII y diseñada por Antonio Da Sangallo el Joven en el siglo XIV. La obra italiana cuenta con dos rampas que bajan en caracol sin cruzarse hacia el interior de la tierra. Mientras que su espejo de Puan va hacia arriba y lleva hacia una terraza. 

En las alturas del Millenium, el viento fresco del invierno se siente más intenso en la cara. Para un lado puede divisarse el pequeño pueblo espejado en su laguna. Para el otro, otros ojos de agua en el medio de un campo verde que se va haciendo cada vez más llano hacia el horizonte.

 

Pascual y su legado

En Puan hay un sacerdote que goza de una popularidad destacada. Se trata del franciscano Pascual Di Saverio, oriundo de Italia y radicado desde 1977 en el distrito. Allí, a lo largo de más de 40 años, el cura fue construyendo una amplia obra que se plasma con dos edificios distinguidos (uno de ellos es el Millenium) y una capilla móvil en la que recorre el interior provincial llevando su mensaje.

A pesar de que vive en Argentina hace más de cuatro décadas, el padre Di Saverio mantiene su acento italiano. Habla extenso y reparte caramelos que lleva en una botella de plástico de Gatorade. Los puanenses cuentan que su estilo de vida es austero, que es hincha de la Roma y fanático de Francesco Totti.

Con ese mismo semblante humilde, Di Saverio fue el ideólogo de dos obras que le dieron una fuerte identidad a Puan: el Monasterio de Santa Clara (construido a fines de los “80), junto al también franciscano Lamberto Franscioni, y el Millenium, cuyo proyecto fue bendecido por el Papa Juan Pablo II.

“Esto se empezó a hacer cuando cumplió 2000 años Jesús. Quien era la titular de Cultura municipal en ese momento preguntó: ¿No vamos a hacer nada para el cumpleaños de Jesús? Vaya si lo estaba pensando. Se empezó en 1998”, contó a De Viaje el sacerdote en una visita guiada al Millenium.

A partir de la idea de la funcionaria local, distintas organizaciones de la ciudad conformaron una comisión para la creación del tempo. En un viaje para visitar a sus padres, Di Saverio pudo llegar hasta el Juan Pablo II para contarle sobre el proyecto y para que este lo bendiga. 

En tanto, en la ciudad se realizó una colecta monetaria entre familias. “Con eso, pudimos pagar un albañil y un ayudante. Después el albañil se fue a Bahía Blanca y continuó el peón solo con el trabajo. Tardamos 12 años en terminarlo (se inauguró en 2010)”, cuenta.

Del Millenium, el sacerdote ya da cuenta de algunos momentos milagrosos: el día que se salvó por un instante de un desmoronamiento cuando el templo estaba en construcción y la mañana en que encontraron agua bajo tierra en el lugar en que cayó una piedra que tiró de espaldas mientras decía una oración.

Por otro lado, el Monasterio de Santa Clara, una gran construcción de techos a dos aguas, ladrillos a la vista y patio amplio, es también un sitio de atracción para el turismo religioso. La edificación se encuentra en el Cerro Chico, en un entorno rodeado de vegetación, y cuenta con una “casa de retiros espirituales”, una enorme cruz y una Porciúncula -replica de una pequeña capilla incluida en la basílica de Santa María de los Ángeles (Asís, Italila)-.

“Todo esto lo hicieron Pascual y Lamberto. Esto era un cerro rocoso y ellos empezaron a implantar vegetación. Acá viven diez hermanitas en clausura y la casa de retiro tiene unas 70 plazas”, le contó a De Viaje la directora de Turismo puanense, Cora Biondini, en el Santa Clara.

En ese predio vive además Di Saverio. Este particular cura también recorre en una “capilla móvil” distintas localidades del interior para llevar su palabra a “donde no llega la celebración”. El vehículo lo armó con ayuda de un amigo metalúrgico y lo arrastra con su propio auto: el “pascualmóvil”. Sus allegados dicen que estos recorridos van en consonancia con el pedido del Papa Francisco de “salir a la calle”. “Hace algunas semanas estuve en Mar del Plata, haciendo epopeya”, dice él.

 

 Un origen sangriento 

Puan nace en el marco del avance del Estado argentino contra los pueblos indígenas que habitaban la zona. En el año 1876, bajo la presidencia de Nicolás Avellaneda y cuando Adolfo Alsina estaba a cargo del ministerio de Guerra y Marina, se funda en lo que hoy es la localidad una “comandancia de frontera” junto a otras en los territorios de Bahía Blanca, Carhué, Guaminí y Trenque Lauquen.

Alsina, con la construcción de una gran “zanja nacional” que buscaba evitar malones, tenía pensada una estrategia de avance más defensiva hacia el sur; pero tras su muerte asumió en el ministerio Julio Argentino Roca con un plan agresivo y dio indicaciones de ataque. “Nosotros somos consecuencia de la ?Campaña del Desierto?, no lo podemos negar”, explicó Walter

De esos años hay varios rastros. En 1968, cuando una motoniveladora municipal trabajaba sobre un terreno en el que se iban a construir viviendas, se descubrieron restos óseos y se logró identificar un cementerio militar en la zona de la laguna. El lugar fue declarado sitio histórico y allí se erigió el “monumento al soldado desconocido de la Campaña del Desierto”. (DIB) MT