La ONU alerta: para salvar la Tierra hay que comer menos carne

La Plata, ago 8 (DIB).- Un panel de expertos de la ONU difundió
el primer informe que reconoce la relación directa entre la degradación del
suelo y el cambio climático, y por eso propusieron poner al planeta y al ser
humano a dieta. Más alimentos basados en plantas y consumo de carne asociada a
bajas emisiones de CO2, es la receta para ayudar al Medio Ambiente.

La meta del Acuerdo de París de mantener el
calentamiento global muy por debajo de 2 grados no podrá lograrse sin cambios
en el uso global del suelo, que llevan aparejados nuevos hábitos en el consumo
de alimentos, según advirtió este jueves en un informe de Naciones Unidas, que
será la base para futuras negociaciones sobre cambio climático. Una
de las principales recomendaciones es modificar la dieta global, para que
se coman más plantas y menos carne.

En el documento, aprobado tras cinco días de reuniones de
científicos en la 50 sesión del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre
Cambio Climático dependiente de Naciones Unidas (IPCC), se destaca que
“una mejor gestión del suelo puede contribuir a frenar el cambio
climático, aunque no es la única solución”.

El informe, segundo de los tres encargados al IPCC tras
la firma del Acuerdo de París de 2016 para facilitar su cumplimiento, es clave para
futuras negociaciones entre Estados firmantes e influirá en las que se
produzcan durante la cumbre climática anual que se celebrará en diciembre en
Santiago de Chile.

El amplio análisis contiene recomendaciones para
que los gobiernos dicten políticas con el fin de cambiar el uso forestal y
agrícola del suelo para así contribuir a la lucha contra el cambio climático,
teniendo en cuenta que, entre otras cosas, los bosques absorben cerca de un
tercio de las emisiones de dióxido de carbono (CO2).

En este sentido, en el documento se recomienda la puesta en
marcha de “políticas que reduzcan el despilfarro de comida e influyan en
la elección de determinadas opciones alimentarias”, en alusión a dietas
menos carnívoras y que reduzcan la población obesa o con sobrepeso, próxima a
los 2.000 millones de personas.

De acuerdo con el informe, se derrocha entre un 25% y
un 30% de la comida que se produce en el planeta, por lo que combatir este
problema puede rebajar las presiones por reducir bosques y aumentar el suelo
agrícola, contribuyendo así a una reducción de las emisiones de CO2 (principal
gas causante del efecto invernadero).

Los expertos sostienen que un cambio del sistema alimentario
hacia una dieta más agrícola y menos ganadera reduciría las emisiones de
gases de efecto invernadero que produce el ganado y mejoraría el uso de la
tierra y el agua. En concreto, se podrían liberar varios millones de kilómetros
cuadrados de tierra para 2050 y CO2 de carbono equivalente.

También se propone retomar prácticas agrícolas, ganaderas y
silvícolas de las poblaciones indígenas tradicionales, ya que según el
documento “su experiencia puede contribuir a los desafíos que presentan el
cambio climático, la seguridad alimentaria, la conservación de la biodiversidad
y el combate de la desertización”.

En el informe se fija, por primera vez, la relación
directa entre el cambio climático y la degradación del suelo global (zonas
más áridas, pérdida de biodiversidad, desertización) y se advierte de un
aumento de las sequías en regiones como el Mediterráneo o África del Sur debido
al calentamiento global. En otras zonas, como los bosques boreales, los efectos
del cambio climático podrían incluir mayor riesgo de incendios forestales o de
las plagas, según el texto del IPCC. (DIB) FD