La Plata, jul 21 (Por Ana C. Roche,
de la redacción de DIB).-“Bresh”, “Breshita”, “La Bresh”. Esta palabra sonora,
agradable, efervescente, que no quiere decir nada en concreto, le da nombre a
“la fiesta más linda del mundo” -tal como se presenta en su perfil de
Instagram- y designa quizá, con ánimo de hipotetizar, a una nueva forma de
diversión gestada desde el respeto al otro, el no acoso y el deseo genuino de
experimentar una celebración.
La fiesta
Bresh comenzó en 2016 de manera “fortuita”, explican dos de sus organizadores,
Juan Ernesto Rodríguez -más conocido como Juane- y Antonella Fiorucci, DJ y
productor artístico, y coordinadora de relaciones públicas del evento
respectivamente. El hacedor fue, casi sin querer, Jaime James, el músico Louta,
quien tenía una fecha confirmada en el boliche porteño Beatflow para presentar
su primer disco y no llegó a terminarlo. “Para no dejar en banda al lugar se
nos ocurrió hacer una fiesta”, cuenta Juane. Con el tiempo, por la convocatoria
que generó el evento, se instaló en el lugar “soñado” para todos, que era Niceto
Club.
Los
organizadores de la Bresh son amigos desde el colegio secundario. Iban
principalmente al Carlos Pellegrini y al Paideia y tienen entre 24 y 26 años. Fiorucci
resalta el hecho de haber concurrido a esos colegios, ya que de esa formación
pedagógica surgen “los principios de vida” que tienen y que conforman el eje
conceptual sobre el que se erige la fiesta: el respeto al otro y la diversión
sin discriminación.
La fiesta empezó
a expandirse por las redes sociales como una opción diferente a la salida al
boliche tradicional, ya que la mayoría de las personas que empezaron a ir y que
van son mujeres, con el deseo de poder bailar sin ser molestadas o acosadas,
término que hace referencia al rol naturalizado que tienen los varones en el
marco de la noche, que es el de “ir a encarar” y no sólo a divertirse.
“El 70% del
público que asiste a la Bresh está compuesto por mujeres”, subrayan Juane y
Antonella sin dudar. “La frase que usamos durante un año entero fue ?acá las
pibas bailan tranquilas?, nos criticaron mucho porque decían que lo usábamos de
slogan y lo dejamos de usar, no queríamos que se confunda y se crea que
queríamos lucrar con eso, pero realmente es así”, resalta Fiorucci.
En esa
línea, se llevan a cabo algunas acciones, para poder atender cualquier
inconveniente que surja durante la noche. “Antes de cada fiesta, en la ciudad
que sea, se pone una historia en Instagram para anunciar que si alguien sufre
una situación de acoso o abuso de cualquier tipo, sexual, verbal o de poder,
pueden comunicarse con cualquier organizador de la fiesta y abajo aparece mi
nombre, aparece mi Instagram, me pueden hablar directamente”, explica Fiorucci.
El sistema
funciona y se articula en pocos minutos. Cualquier situación fuera de lugar que
surge se atiende y resuelve. “Una vez pasó que iba un chico con tres vasos
llenos, se chocó con unas chicas y un vaso se volcó y las empezó a insultar,
sacado; inmediatamente, muchas chicas que no se conocían entre sí armaron una
ronda alrededor del chico, sacaron celulares y le sacaron fotos y se las
mandaron a la chica que les había vendido la entrada, yo me enteré enseguida
porque me avisaron, me acerqué al personal de seguridad de Niceto, que es una,
y lo sacaron al muchacho en dos minutos”, grafica Antonella, y agrega: “Es muy
sencillo, es lo que no nos enseñaron que teníamos que hacer, lo que más importa
es el estar presente, el sentir que hay alguien que se está preocupando por vos”.
En cuanto
al trato con la seguridad, en cada lugar en el que se hace la fiesta, se les habla a los patovicas para que sepan
cómo se tienen que manejar, ya que en la Bresh “no rige el derecho de admisión
por color de piel, por si sos más o menos feo, más gordo o más flaco”,
puntualiza Juane.
Por todo el país
En este
momento la Bresh está en plena expansión. Tuvo un pico en el verano con dos
ediciones en Mar del Plata a las que asistieron unas 6 mil personas en total y,
después de eso, no hay un solo fin de semana en el que no haya una fiesta en
Niceto o en alguna ciudad del país.
“Nuestras
proyecciones son muy amplias, la masividad a nivel país se dio cuando empezaron
a venir muchas personas famosas, pero que eran personas famosas que compartían
lo mismo que nos y que saben que no hay un concepto de paparazzi, no van a
hacer presencias, jamás le pagamos a nadie, vienen a divertirse”, cuenta
Fiorucci.
Entre los
famosos que asisten habitualmente a la Bresh están Valentín Oliva, más conocido
como “Wos”, la cantante y actriz Ángela Torres, la futbolista Maca Sánchez y la
candidata a diputada porteña, Ofelia Fernández.
La Bresh
tuvo ediciones también en La Plata, Córdoba, Rosario, Mendoza, Santa Fe y “la
idea es llegar a cualquier localidad que nos pida que se haga la fiesta”,
sintetizan Antonella y Juane.
La
organización en el interior del país se realiza a través de productoras locales
y se busca siempre algún espacio que salga del circuito tradicional de los
boliches, en general, teatros o salas que tengan escenario.
Una experiencia para ser vivida
“La Bresh
te recibe con caramelos. Ni bien entrás
hay un puesto de chicas que aplican glitter y siempre ambientamos el lugar.
Ahora mismo estamos usando una temática de plush y flores”, resume Juane, sin
contar todo lo que se vive en la fiesta. “En relación a la música, hay
distintos momentos, el cierre se volvió un clásico, es súper emotivo”, revela
el DJ, aunque aquí no será espoileado con cuál es el tema con el que termina la
fiesta. Juane señala también que Bröder, el otro DJ del evento, genera un
momento especial con la canción de Daddy Yankee “Limpia Parabrisas”: en el que
se apagan todas las luces, se prenden todos los celulares del lugar y se agitan
las pantallas. “Con Bröder siempre nos juntamos antes de la fiesta y armamos
una suerte de guión, donde están pautados los momentos, qué tipo de música
pasar, y también tenemos en cuenta lo que pasa en cada lugar, porque hay
público al que le gusta más el reguetón y la cumbia, a otros les pega más lo
viejo, vamos viendo”, describe. En cuanto a shows, la Bresh no tiene música en
vivo ni tocan bandas. Algunas veces se han realizado intervenciones, pero no es
lo habitual. En la Bresh, en definitiva, los protagonistas del espectáculo son las
personas que asisten y se entregan al disfrute de forma colectiva.
Entradas y fechas
Las
entradas pueden conseguirse de tres maneras: en puerta, por Internet o a través
del circuito “crew”, una especie de red que se organiza en cada ciudad. El
costo de las entradas para la Bresh varía entre $ 250 y $ 400, según el momento
de venta y el lugar.
Este fin de
semana hubo el viernes dos Bresh simultáneas (por primera vez) en Capital
federal y en Córdoba, y el sábado una en Rosario.
Las
próximas fechas son el 27 de julio en Niceto, con una edición especial; y el 2
de agosto en Santa Fe. (DIB) AR