La Plata, mar 25 (DIB).- La pobreza multidimensional
urbana pasó del 26,6 al 31,3% de la población entre 2017 y 2018, en un contexto
en el que se redujo la cantidad de hogares sin acceso a cloacas, bajo
contaminación o con vivienda precaria, según un relevamiento de la Universidad
Católica Argentina (UCA).
Así lo refleja el nuevo informe “Enfoque de
Pobreza Multidimensional basado en derechos”, elaborado por el
Observatorio de la Deuda Social, que mide las carencias no monetarias, es
decir alimentación y salud, servicios básicos, vivienda digna, medioambiente,
educación, empleo y seguridad social, y las relaciona con ingresos.
De acuerdo a los nuevos datos, el 31,3% de la población
urbana -12.700.000 personas??? son pobres porque no tienen ingresos para
comprar los alimentos y demás productos de una canasta básica y además tienen
entre una y tres carencias sobre seis indicadores básicos, como alimentación, vivienda,
salud, educación, trabajo y servicios básicos.
Es la cifra más alta desde 2010. En relación a 2017,
cuando se único en el 26,6%, se agregaron 1.900.000 nuevos pobres. Los más
afectados son las clases medias bajas, los trabajadores y los sectores más
pobres, en un contexto de aumento de la desigualdad social.
La novedad de este relevamiento es que va más allá de
comparar el ingreso de los hogares con el valor de las canastas básicas, la
llamada “pobreza por ingresos” o “pobreza monetaria”. Toma en cuenta y combina
con otras carencias básicas de los hogares y por eso se conoce como “pobreza
multidimensional”.
Esta medición no es similar a la del Indec que califica como
indigentes o pobres a los hogares y las personas que no tienen ingresos
suficientes para adquirir una canasta de alimentos o básica total. Pero las
cifras y la tendencia de ambas mediciones son muy coincidentes. Este jueves el Indec
dará a conocer su informe correspondiente al IV Trimestre de 2018.
Al dar a conocer el estudio, que no incluye la población
rural, Agustín Salvia Director del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad
Católica Argentina (UCA) señaló que las cifras arrojan “un agravamiento de la
pobreza estructural y una ampliación de la brecha de desigualdad”. Y explicó que
“la pobreza es mucho más amplia que la sola falta de ingresos y por
lo tanto no puede ser medida por un solo indicador”. Ser pobre
“multidimensional” significa estar sometido a privaciones y exclusiones
sociales que no se limitan al nivel de ingresos”.
El informe señala que la pobreza estructural ???por ingresos y
por tener de tres o más carencias básicas- aumentó del 16,6% al 18,6% de la
población: son 7.500.000 pobres estructurales. Desde 2010 esa pobreza
estructural tuvo un piso del 15% con saltos en 2014, 2016 y 2018. Por eso
Salvia señaló que “la tendencia es hacia un agravamiento de la pobreza
estructural”. (DIB) FD