La Plata, mar 1 (DIB).- La apertura del nuevo período de
sesiones ordinarias, con el discurso de la gobernadora María Eugenia Vidal ante
la Asamblea Legislativa, dejó algunas perlitas, en el marco de una sesión sin
incidentes, en contraste con la participación del Presidente Mauricio Macri en
el Congreso.
Los palcos estuvieron colmados de dirigentes, funcionarios e
intendentes del oficialismo: esta vez ningún jefe comunal de la oposición fue
de la partida. Una ausencia que sí resultó llamativa fue la del Arzobispo de La
Plata, Víctor “Tucho” Fernández, quien el año pasado reemplazó en el puesto a
Héctor Aguer, quien “religiosamente” concurrió a todas las Asambleas
Legislativas, tanto de Vidal como de sus antecesores en el cargo.
A diferencia de otros años, esta vez no se registraron
disonancias durante el discurso. Desde las gradas se acompañó la palabra de la
gobernadora con repetidos aplausos y vítores, y desde las bancas de la
oposición no se oyó prácticamente ningún reproche.
El único que rompió el molde fue el diputado kirchnerista Facundo
Tignanelli, quien lanzó un involuntario “centro” a la mandataria. Promediando
su intervención, Vidal habló de las inversiones en salud, y desde su banca el
legislador de Unidad Ciudadana le reclamó a los gritos: “abrí los hospitales de
La Matanza”. Ante esto, la mandataria contestó: “Decidimos no inaugurar hospitales
vacíos sin equipamientos ni médicos”.
Invitación a Monzó
Antes y después de la sesión, legisladores del kirchnerismo
charlaron muy animadamente con el diputado Marcelo Daletto, un “monzoísta” en
Cambiemos, a quien invitaron, en modo de sorna, a “volver” al peronismo. “Dale,
Marcelo, apúrense que queda poco tiempo”, le gritó Santiago Révora, ante las
risas de sus compañeros y del propio oficialista. (DIB)