La Plata, mar 14 (DIB).- Un estudio afirma que el 27% de los
chicos que viven en el segundo cordón del Conurbano debieron abandonar sus
estudios por la crisis económica, según alertaron sus padres. Uno de cada cinco
habría dejado su formación para trabajar.
Se trata de un trabajo del Centro de Estudios Metropolitanos
(CEM) que, en un monitoreo del clima social, que indaga sobre las inseguridades
sociales que vive la población en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
El estudio detalla que en el segundo cordón del Conurbano
“un 27% afirma que su hijo tuvo que dejar de estudiar por la crisis económica”,
mientras que en todo el AMBA, alrededor del 60% considera “cara o impagable la
educación privada”.
Además, al ser consultados si debido a “su situación
económica” o “porque no podían afrontar costos”, alguno de sus hijos tuvo que
“dejar de estudiar para trabajar”, el 20% contestó afirmativamente. En CABA esa
respuesta alcanza el 15%, y en el segundo cordón llega al 27%, un indicador
considerablemente alto.
“La crisis expulsa a chicos y chicas de las escuelas. La
profundización del malestar económico hace que muchas familias decidan no
mandarlos a la escuela, o porque no pueden pagar los gastos porque tiene que
salir a trabajar”, explicó Matías Barroetaveña, director del CEM, un centro
interuniversitario resultado de un acuerdo entre la Universidad Metropolitana
para la Educación y el Trabajo, la Universidad Nacional de Hurlingham, y la
Universidad Nacional Arturo Jauretche.
El trabajo se hizo en base a 1523 casos de entrevistas
telefónicas entre el 26 de febrero y el
2 de marzo de 2019. Como indicador de desigualdad, entre la escuela pública y
privada, para el 66% de los entrevistados es “muy importante” que la escuela
tenga comedor, y un 18% lo consideran “algo importante”. Apenas un 14% lo considera
“poco o nada importante”. Entre aquellos que envían a sus hijos a escuela
pública el 78% lo considera muy “importante”, mientras entre lo que lo hacen a
escuelas de gestión privada es del 50%.
Así mismo, midiendo la calidad educativa en infraestructura,
aquellos que envían sus hijos a escuela pública la satisfacción llega al 33%
mientras que la imagen negativa es de 25%. En el sector privado la distancia es
muy grande: 78% considera la calidad de la infraestructura “muy buena o buena”,
y sólo el 6% “mala o muy mala”.
Donde no hay distancias ni de tipo de gestión ni por región
(CABA – Conurbano) es en la valoración docente, donde seis de cada diez
entrevistados afirman que la calidad es buena o muy buena. “Las brechas
educativas, las diferencias que hay sobre la valoración de la calidad y de la
infraestructura entre escuelas pública y privadas, desaparecen en la cuestión
docente. Allí la calidad de los maestros salta la grieta de la desigualdad”, concluyó
Barroetaveña. (DIB) MT