La Plata, mar 21 (DIB).- Los conflictos en grandes y
medianas empresas de la localidad bonaerense de Mar del Plata generan
preocupación por los puestos laborales, mientras que las metalúrgicas Eskabe y
Zanella parecen las más complicadas.
Según un relevamiento del diario local La Capital, además se
encuentra en la agenda de conflictos el supermercado Toledo, la confitería
Boston, la fábrica de fideos Kernis y la planta fabricante de mermeladas,
dulces y conservas La Campagnola.
Todas esas empresas presentan algún conflicto en relación al
cumplimiento en lo que respecta a los vínculos laborales y, también, adjudican
la difícil situación que atraviesan a un contexto económico adverso y un
mercado interno castigado.
El caso de la fábrica Textilana fue el único de los
conflictos “grandes” de los últimos días que terminó alcanzando un desenlace
exitoso. Tras ocho días de paro en reclamo de mejoras salariales y demás
condiciones laborales, la totalidad de los trabajadores de la planta lograron
obtener un aumento de $5.000 mensuales y el compromiso a revisar el desarrollo
de un nuevo sistema de producción que, según señaló el personal, los
sobreexige. El resto, en cambio, deberá aguardar las audiencias que prometen
llegar a definiciones en los próximos meses.
Con 180 trabajadores con reducción horaria (unas diez
personas aceptaron el retiro voluntario) y el acuerdo de que hasta el 30 de
junio no se producirán despidos, Eskabe, la planta dedicada a la fabricación de
calefactores, termotanques, cocinas, entre otros productos, advierte una fuerte
baja en sus ventas y la dificultad de hacer frente a los costos de producción.
Según señalaron desde la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), hay
una “gran incertidumbre” en torno a qué ocurrirá una vez vencido el plazo, dado
que “no hay expectativas que el contexto mejore”. “Solo se están haciendo
productos atrasados, pero no hay proyección de ventas; ha bajado mucho el
consumo”, indicó el secretario general de la seccional Mar del Plata, José Luis
Rocha.
En la última reunión que tuvo lugar junto a los dueños de la
empresa el pasado jueves, acordaron volver a reunirse el 22 de abril. En las
reuniones el objetivo es uno: evitar que la crisis se cobre puestos de trabajo.
En Zanella el futuro es aún más desalentador. Con 35
trabajadores suspendidos hasta el 31 de marzo, poco es lo que se sabe de la
continuidad laboral del personal que trabajaba en la fábrica de motos
inaugurada en 2013. Actualmente la planta en su totalidad percibe el 65% de sus
haberes, pero la fuerte devaluación de los últimos meses (la mayoría de los
insumos son importados) sumado a un mercado interno castigado por la baja en el
poder adquisitivo, no genera entusiasmo para los próximos meses. “La
preocupación sigue estando porque la producción está estancada; en el caso de
Zanella, todo dependía de la venta de motos en verano. Si no vendieron mucho,
es probable que sigan stockeando en invierno”, señaló Rocha.
El caso de La Campagnola también encuentra en marzo una
fecha clave. Desde finales de diciembre la firma se encuentra con un “cese de
producción” que terminaría a fines de este mes, por la acumulación de stock y
“cuestiones de zafra y estacionalidad”.
Los empleados de fábrica de pastas Kernis realizaron
festivales, campañas y hasta una toma pacífica de las instalaciones para hacer
frente al conflicto de sueldos e indemnizaciones adeudados. (DIB) MCH