Con dolor e indignación, familiares, vecinos y amigos despidieron a Sheila Ayala

La Plata, oct 20 (DIB).-Familiares, amigos y vecinos
de Sheila Alejandra Ayala, la nena de 10 años asesinada en un crimen que
presuntamente involucra a su tía y su pareja, participaron hasta hoy  del velatorio de sus restos en una casa
mortuoria de Moreno, en medio de muestra de dolor y de indignación.

El velorio comenzó el viernes a las 20 en la Casa
Lattanzio. Allí llegaron primero sus familiares y con el correr de las horas se
fueron sumando vecinos. Muchos no habían conocido a Sheila, pero decidieron
acercarse al lugar para acompañar a su entorno y sumarse al pedido de justicia.

Según contaron en la cochería, la mayor cantidad de
gente se vio a la madrugada. La ceremonia se realizó con el cajón cerrado y
hubo llanto y mucha angustia entre los presentes. “Que se haga justicia
por la nena, es todo lo que pido. Que les den perpetua, que nunca más salgan.
No se merecen otra cosa”, sostuvo una vecina que se acercó al velatorio.

Durante el velorio, no se vio ni al padre, Juan
Carlos, ni a ninguno de los integrantes de ese lado de la familia de la nena.
Su tía paterna, Leonela Abigal Ayala (25), y su pareja, Fabián Ezequiel
González Rojas (24), están acusados por el crimen. La mujer, ayer, dio a luz.

El cuerpo de Sheila estuvo en la casa velatoria
hasta las 9 de la mañana. Hubo un operativo policial de prevención, teniendo en
cuenta que el día que apareció el cuerpo hubo disturbios. En la cochería ya
habían tenido experiencia en casos de mucha difusión. En el mismo lugar, en
agosto, habían despedido los restos de la docente Sandra Calamano, que falleció
en la explosión de gas de la Primaria N° 49 de Moreno.

Un cortejo que incluyó micros escolares donde
viajaron vecinos y compañeritos de la nena, acompañó el recorrido del cuerpo de
Sheila hasta el cementerio de San Miguel. Allí, la mamá se descompensó y tuvo
que recibir asistencia médica.

La autopsia reveló que a Sheila la estrangularon
con un lazo -se cree que usaron sábana infantil- pero que no alcanzaron a
violarla. Todo apunta a que murió el mismo domingo que desapareció, en el
predio donde vivía, en San Miguel, y que intentó defenderse de un abuso.

El acusado, González Rojas, tenía marcas de
rasguños. Cuando detuvieron a la pareja, la tía de la nena le dijo a los
policías: “Tomamos alcohol y drogas y no sabemos qué pasó”.

Los investigadores creen que a Sheila la intentaron
atacar sexualmente pero que el o los autores no llegaron a concretar la
violación. No tenía lesiones en su zona genital. De todos modos, aún restan los
exámenes de las muestras recolectadas con hisopados.

Otro dato que refuerza la hipótesis del intento de
abuso es que en el momento del hallazgo el cuerpo de la víctima estaba desnudo,
dentro de una bolsa en la que también encontraron la ropa que tenía puesta el
día que desapareció.

Las pericias también indicaron que el estómago de
la nena estaba vacío. La última vez que la vieron, el domingo, Sheila estaba
jugando en la puerta del predio donde desde el jueves de la semana pasada vivía
con su padre.

Un testigo declaró que alrededor de las 12.30 del
mediodía, alguien la llamó por su nombre y la menor respondió “Tía ya
voy”. Desde ese momento nadie más la vio. Para los investigadores, la
falta de alimentos en el cuerpo podría indicar que la chica desayunó y fue
asesinada apenas desapareció, al mediodía. (DIB) AL