La Plata, jul 12 (DIB).- En el Complejo Penitenciario San
Martín, ubicado en la provincia de Buenos Aires, avanza el programa
“Analfabetismo cero”, mediante el que se busca que todos los privados de
libertad alojados en las Unidades 46, 47 y 48, sepan leer y escribir para
articular de inmediato con los niveles de educación formal.
En la actualidad son alfabetizados 86 internos mediante dos
metodologías: formal y no formal. La primera se da en el primer ciclo del nivel
primario por docentes que dependen de la Dirección General de Cultura y
Educación en las escuelas que funcionan dentro del penal, y la otra modalidad
tiene la particularidad de que los instructores son detenidos que cursan el
último año de la secundaria o la Universidad, y las capacitaciones se dan a
contra turno de la Primaria.
Para identificar a los internos que no saben leer ni
escribir se realizó un censo y con esa información se procura que todos sean
inscriptos para ser alfabetizados. Según el informe oficial del Ministerio de
Justicia a cargo de Gustavo Ferrari, en la Unidad 46 son alfabetizados 29, en
la Unidad 47 son 42, y en la Unidad 48 son 15.
Además, en este caso, se cuenta con el apoyo del poder
judicial de San Martín, ya que con audiencias públicas coordinadas por la jueza
de Ejecución Penal, María del Carmen Rodríguez Melluso y el defensor oficial,
Andrés López, se trabaja en todo lo relacionado a que los internos accedan a la
oferta educativa.
En cada establecimiento carcelario un funcionario
penitenciario cumple el rol de animar a los detenidos, a través de entrevistas
personalizadas, a inscribirse a los distintos cursos y a los niveles formales
de educación.
“La alfabetización es el primer eslabón para garantizar la
educación. En contexto de encierro es clave que las personas privadas de
libertad se aferren a la obtención de conocimientos”, afirmó Ferrari.
En el Complejo Penitenciario San Martín funcionan la Escuela
de Educación Primaria para Adultos N° 721, la Secundaria N° 460 y la
Universidad Nacional de San Martín, donde en la actualidad la matrícula
integral alcanza a 786.
Silvia Key es una de las docentes alfabetizadoras. “Una de
las experiencias más fuertes es cuando aprenden a firmar. Salen de escribir su
nombre de pila en cursiva a una inscripción única y distintiva, y eso los pone
muy bien”, explicó la maestra.
Por otro lado, la docente contó que “cuando los alumnos
logran formar con letras una palabra y luego darse cuenta qué representa, se
les llena el rostro de una sonrisa”. (DIB) FD