La Plata, jun 15 (DIB).- La Fiscalía que investiga el
asesinato de María Marta García Belsunce, ocurrido el 27 de octubre de 2002, ordenó
la reconstrucción del hecho para julio y que hacia fines del año que viene
comenzaría el juicio.
La fiscal del caso, María Inés Domínguez, estimó que a
mediados de agosto se elevará la investigación a juicio para que a fines de
2019 empiece el proceso, al tiempo que expresó su convencimiento ante la
culpabilidad de Nicolás Pachelo, quien en la fecha del crimen era vecino de la
socióloga. .
La investigación por asesinato de María Marta dio un giro
cuando los nuevos fiscales Domínguez y Andrés Quintana se convirtieron en los
responsables de rever la causa y solicitaron las indagatorias de Pachelo e Inés
Dávalos Cornejo, a poco de que prescribiera.
Tras las indagatorias y la extracción de sangre para
Pachelo, Dávalos y los ex vigiladores José Ramón Alejandro Ortiz, Ramón Alfredo
Acosta, Víctor Hugo Contreras, Eduardo Walter Vera y Norberto Glennon, la
fiscal informó que durante julio habrá una reconstrucción, según publicó el
periódico Resumen de Pilar.
Al mismo tiempo, informó que en agosto la causa se elevará a
juicio para trabajar diez meses en las indagatorias y hacia fin del año que
viene, estaría el juicio. “Estoy convencida de que el que la mató, fue Pachelo
junto a alguien más. ??l estaba a medio metro de María Marta, entraba a robar a
las casas, ese modus operandi se comprobó con las causas por las que está
detenido. Sí, tenía una custodia, pero era ciego, no veía nada y ese señor, no
estaba el día del hecho. Sí estaba uno de los procesados”, dijo.
Pachelo era aquel vecino “conflictivo” que
habitaba el country Carmel en octubre de 2002, cuando ejecutaron María
Marta García Belsunce de seis disparos, cinco que ingresaron en su cráneo, y
uno que lo rozó y quedó sobre la alfombra del dormitorio de la casa de la
víctima.
En el barrio privado habían ocurrido varios hurtos y los
vecinos dudaban de Pachelo, por lo que decidieron que un vigilador debía
seguirlo a no más de veinte metros de distancia. Sin embargo, el día del
crimen, el custodio fue derivado al barrio privado Martinico, así que nadie
controló lo que hacía. (DIB) FD