La Plata, may 1 (DIB).- Solo 4 de cada 10 personas en el
Conurbano bonaerense cuenta con un empleo formal, en un mercado dominado por el
empleo precario y sin regularizar.
Los datos surgen de la última Encuesta de la Deuda Social
elaborada por la Universidad Católica Argentina (UCA) para la Defensoría del
Pueblo bonaerense. Según el informe, el 38,1% de la población económicamente activa
(PEA) tiene un empleo “pleno de derechos”. Es decir, que cuenta con todos los
beneficios previstos por la ley: formalidad, estabilidad, pago de cargas
sociales y jubilaciones, entre otras.
En este universo, en tanto, las mujeres aparecen como el
sector más perjudicado: solo el 30,4% accede a un empleo formal, mientras que
para los varones la cifra llega al 43,2%.
El informe destaca “la persistencia de un sector informal,
una heterogeneidad de la estructura productiva y posibilidades limitadas de acceso
a un trabajo pleno de derechos que se agrava aún más en el caso de las
mujeres”.
En ese marco, se indica que el 27,7% de la PEA cuenta con un
empleo precario, con niveles de ingresos superiores a los de subsistencia pero
sin registro en el Sistema de Seguridad Social. En tanto, el 24,3% dispone un
subempleo inestable, realizando “changas” y trabajos temporarios, o como
beneficiarios de programas de empleo. Finalmente, el 9,9% está desocupado.
“Estas cifras evidencian déficit serios como la persistencia
de un sector informal, y posibilidades limitadas de acceso a un trabajo pleno
de derechos que se agrava aún más en el caso de las mujeres”, señaló el
Defensor del Pueblo bonaerense, Guido Lorenzino.
En el informe se destaca además que dentro del grupo de
asalariados, 1 de cada 3 no está registrado. En tanto, y debido a las
diferentes situaciones de informalidad, “7 de cada 10 trabajadores no
asalariados no realizan sus aportes jubilatorios”.
El trabajo de la UCA resalta además que “en la población
económicamente activa, una de cada 4 personas experimentó al menos una
situación de desempleo durante el último año. Además, la demanda de más horas
de trabajo abarca a 3 de cada 10 trabajadores y el deseo de cambiar de trabajo
a 1 de cada 5 trabajadores con empleo pleno de derechos o precarios”.
Según Eduardo Donza, responsable del informe, “al menos
durante las últimas décadas, sea en un contexto de políticas basadas exclusivamente
en la dinamización del mercado interno o de otras con mayor apertura, el
sistema económico argentino no ha dejado de acumular barreras productivas que
han generado una persistencia de los núcleos de marginalidad y reafirmado las
desigualdades estructurales”. (DIB)