El mapa del peronismo bonaerense: quién es quién en la interna

La Plata, abr 1 (Por José Giménez, de la Agencia DIB).- Fotos,
gestos, declaraciones, reuniones con mensajes… Tras la derrota electoral de
octubre pasado el peronismo bonaerense entró en una etapa de reacomodamientos
no exento de tensiones, y cuyo resultado final aún está lejos de verse.

En este escenario impreciso y (muy) cambiante, resulta
difícil saber cómo están dispuestas las piezas en el gran tablero bonaerense: la
foto que hoy nos entrega este peronismo “reunionista” puede ser muy diferente
al del final de la película, allá por junio de 2019. Incluso la famosa metáfora
de Juan Domingo Perón sobre el apareamiento felino entraría en crisis:
¿realmente los gatos se están reproduciendo o esta vez sí se están peleando?

En el llano desde 2015, el peronismo perdió la conducción
centralizada que naturalmente se le otorga a quien maneja los destinos del país
(o de la provincia, ante la ausencia del primero). Esto provocó una profunda
“diáspora” que fortaleció a Cambiemos en la elección de medio término, y cuyas
consecuencias aún no se terminan de calibrar.

En este escenario, confeccionar una cartografía del
peronismo bonaerense es una tarea compleja: el mapa aparece aún muy impreciso,
y las fronteras entre los diferentes grupos son lábiles y se mueven según las
circunstancias.

Por ahora el panorama se moldea al ritmo de dos hechos
centrales: el lugar que cada grupo le da a la figura de Cristina Kirchner, y la
actitud a adoptar frente al Gobierno de Cambiemos. Sin embargo, hay otros
condimentos que, combinados a éstos, complejizan la realidad.

 

El hexágono

Siguiendo estos preceptos, hoy podrían encontrarse seis
diferentes “tribus” en el peronismo bonaerense: los “intendentes dialoguistas”;
el “Grupo Interior”; el kichnerismo; el massismo; el gremialismo y el
randazzismo.

El primero de los grupos es el de “Unidad y Renovación”,
integrado por los intendentes que conducen el PJ, y cuyas figuras centrales son
Gustavo Menéndez (intendente de Merlo y presidente del partido), Fernando Gray
(Esteban Echeverría) y Martín Insaurralde (Lomas de Zamora).

Un segundo sector es el denominado “Grupo Interior”: jefes
comunales que plantean la dicotomía con el Conurbano, en búsqueda de una
identidad propia. Su principal convocante es el intendente de San Antonio de
Areco, Francisco “Paco” Durañona.

En tercer lugar, el kirchnerismo plantea una oposición
cerrada al Gobierno y quiere mantener a CFK como la figura central indiscutible
del peronismo. Sus principales representantes son Fernando Espinoza, Verónica
Magario (intendenta de La Matanza), Mario Secco (Ensenada) y Jorge Ferraresi
(Avellaneda).

Muy cerca de ellos aparece la rama gremial del peronismo,
entre quienes se destaca la figura de Hugo Moyano y otros dirigentes de marcada
oposición al Gobierno como Roberto Baradel y Hugo Yasky.

Finalmente, como “outsiders”, se encuentran Sergio Massa y
Florencio Randazzo, quienes en 2013 y 2015 abandonaron las filas partidarias
para enfrentar a CFK y ahora conversan entre ellos sobre la posibilidad de una
vuelta al redil.

 

Todos con(tra) todos

En este marco general se mueven los diferentes grupos. Los
“dialoguistas” plantean la unidad de todos los sectores, pero impulsan la
renovación. Quieren a CFK adentro, pero sin encabezar listas o en todo caso
siendo parte de una “gran PASO”. En ese marco, Menéndez ensayó un acercamiento
a Massa en el verano, pero por ahora solo quedó en eso.

En tanto, la relación con el Grupo Interior nació tirante a
raíz del debate por el Presupuesto (que los intendentes acompañaron), pero se
fue recomponiendo con eje en la gestión: no hace mucho, ambos sectores se
reunieron para rechazar el Pacto Fiscal bonaerense, que los mismos
“renovadores” habían aprobado.

Los intendentes del interior, en tanto, son heterogéneos en
su conformación. Si bien varios están identificados con el kirchnerismo, otros
están más cerca de la idea de evitar una candidatura de CFK porque creen que en
distritos eminentemente rurales les jugará en contra.

El kirchnerismo, en tanto, también dio señales de unidad (al
aceptar, por ejemplo, conducir el Congreso del PJ), pero se diferencia de los
intendentes en su relación con el Gobierno. Quieren construir una oposición
fuerte y creen que CFK es quien más votos podría aportar. A este grupo se sumó recientemente
Hugo Moyano, quien volvió a formar parte de la conducción partidaria tras su
accidentado paso en 2010.

Massa y Randazzo, aún afuera de la estructura partidaria,
miran expectantes. Se reunieron dos veces en pocas semanas para sondear la
posibilidad de aunar fuerzas. Por ahora, ambos rechazaron compartir espacio con
el kirchnerismo, pero el exjefe de Gabinete se encuentra tironeado entre
quienes sostienen esa posición (con Graciela Camaño a la cabeza) y quienes
quieren volver (Felipe Solá y Daniel Arroyo, entre otros). Habrá que ver cuánto
pesa también su relación con Margarita Stolbizer, quien quedaría marginada en
el caso de una vuelta del tigrense al PJ. (DIB) JG